04 - Illuminatus Parte I: El Ojo en La Pirámide - Libro II: ZWEITRACHT - Cuarto Viaje, o Chesed




Libro Dos: ZWEITRACHT



“Debe tener una causa ‘natural’”



“Debe tener una causa ‘sobrenatural’”



Deja que estos dos asnos se pongan a moler el maíz



- Frater Perdurabo, O. T. O., “Música China”, El Libro de las Mentiras







Cuarto Viaje, o Chesed



Jesucristo en Bicicleta







El Sr. Orden corre a muy buen paso



Pero la vieja Madre Caos la carrera está ganando



- Lord Omar Khayaam Ravenhurst, G. C. S., “El Libro del Consejo”, El Honesto Libro de la Verdad









Muchos de aquellos que sabían que la verdadera fe de Mahoma estaba contenida dentro de las enseñanzas Ismaelitas fueron enviados al mundo para buscar posiciones en los gobiernos de Oriente Cercano y Europa. Ya que Alá se complacía en decretar estas tareas para ellos, obedecían servicialmente; muchos servían a aquellos gobiernos toda su vida. Algunos, sin embargo, luego de cinco, diez e incluso veinte años de fidelidad a un shah, califa o rey, recibían, a través de canales subrepticios, un parche que llevaba el símbolo . Esa noche, el sirviente atacaría y desaparecería como humo; y el amo sería encontrado a la mañana siguiente con la garganta cortada, y la emblemática Daga de la Llama de los Ismaelitas a su lado. Otros eran escogidos para servir de otra manera, manteniendo el palacio del mismo Hassan i Sabbah en Alamut. Éstos eran especialmente afortunados, porque tenían el privilegio de visitar más a menudo el Jardín de las Delicias que otros, en donde el Señor Hassan en persona, por medio de sus químicos mágicos, los transportaba al paraíso estando todavía en sus cuerpos mortales. Un día, en el año 470 (conocido como 1092 D. C. por los perros cristianos incircuncisos), recibieron otra prueba de los poderes del Viejo, cuando fueron reunidos en la sala del trono donde estaba el Señor Hassan en toda su gloria, mientras que frente a él, en el suelo, había una bandeja sobre la que reposaba la cabeza cercenada del discípulo Ibn Azif.



“Éste ingenuo” declaró el Señor Hassan “ha desobedecido una orden - crimen imperdonable para nuestra Orden Sagrada -. Os muestro su cabeza para recordaros el destino de los traidores en éste mundo. Es más; os instruiré sobre el destino de los traidores en el otro mundo”. Diciendo esto, el buen y sabio Señor Hassan se levantó de su trono, caminó con su característico paso tambaleante y se acercó a la cabeza. “Te lo ordeno:” dijo “habla”.



La boca se abrió, y la cabeza profirió un grito tal, que todos los fieles cubrieron sus oídos y desviaron la vista, y muchos murmuraron plegarias.



“¡Habla, perro!” repitió el sabio Señor Hassan. “Tus lloriqueos no nos interesan. ¡Habla!”



“Las llamas” gimió la cabeza “llamas terribles. Alá, las llamas…” balbució como un alma en extrema agonía. “Perdón” rogó “perdonadme, O poderoso Señor”.



“No hay perdón para los traidores” dijo Hassan, el que todo-lo-sabe. “¡Vuelve al infierno!”. Y la cabeza enmudeció inmediatamente. Todos se inclinaron y rezaron a Hassan y a Alá por igual; de todos los milagros que habían visto, éste era ciertamente el más formidable y terrible.



El Señor Hassan los despidió diciendo “No olvidéis esta lección. Guardadla en vuestros corazones como guardáis el nombre de vuestros padres”.



(“Queremos reclutarte” dijo Hagbard, 900 años después “porque eres muy crédulo. O sea, crédulo en el buen sentido”)



Jesucristo iba en bicicleta. Esa fue la primera advertencia de que no debí haber tomado ácido antes de venir a Balbo y Michigan para ver la acción. Pero realmente me pareció correcto en otro nivel: me pareció la única forma de relacionar todo este ejemplo de proceso democrático de Kafka-de-bajón, con la acción no citada. Encontré a Hagbard en Grant Park, tranquilo, como es usual, con un balde de agua y un montón de pañuelos para las víctimas del gas lacrimógeno. Estaba cerca de la estatua del General Logan mirando las confrontaciones más violentas en el Hilton al otro lado de la calle, chupando uno de sus cigarros italianos y viéndose como Ahab al encontrar a la ballena…Hagbard estaba recordando al profesor Tochus en Harvard: “Maldición, Celine, no puedes graduarte en ingeniería naval y en derecho. Después de todo no eres Leonardo da Vinci”. “Sí lo soy” había respondido él, con cara de póker. “Recuerdo detalladamente mis encarnaciones pasadas, y Leonardo fue una de ellas”. Tochus casi explota “¡Entonces, sé un idiota! Cuando comiences a fracasar en la mitad de tus materias, quizás vuelvas a la realidad”. El viejo se había decepcionado terriblemente luego de ver la larga hilera de materias aprobadas. Cruzando la calle, los manifestantes avanzaban hacia el Hilton, y la policía cargaba contra ellos, golpeándolos nuevamente. Entonces vio que Moon, el nuevo discípulo del Padre, se aproximaba… “No te han golpeado todavía” dije, pensando que en un sentido, el viejo clásico presurrealista de Jarry “La Crucifixión de Cristo Considerada como una Carrera de Bicicletas Cuesta Arriba” era realmente la mejor metáfora para el circo manejado por Daley. “Tampoco te han golpeado a ti, me alegra ver” respondió Hagbard, “aunque a juzgar por tus ojos, te han echado gas lacrimógeno anoche en el Lincoln Park”. Asentí, recordando que había estado pensando en él y en su extraño yoga Discordiano cuando eso sucedió. Malik, el tonto social-demócrata-liberal que John quería reclutar, estaba unos metros más allá y Burroughs y Ginsberg estaban cerca de mí hacia el otro lado. Pude ver, de repente, que éramos piezas de ajedrez, pero: ¿Quién era el ajedrecista que nos movía? ¿Y de que tamaño era el tablero? Al otro lado de la calle un rinoceronte se movía pesadamente, convirtiéndose en un jeep con alambre de púas en el paragolpes para disuadir a la multitud. “Mi cabeza tiene una fuga” dije.



“¿Tienes alguna idea de quién la está recibiendo?” preguntó Hagbard. Él estaba recordando una clase del profesor Orlock sobre el contrato de arrendamiento. “En nuestro idioma, esto equivale,” había dicho Hagbard “a que el arrendatario no tiene derechos que lo puedan defender exitosamente en una corte, y que el terrateniente puede incumplir con sus deberes de manera segura”. Orlock lo miró adolorido, y muchos estudiantes estaban estupefactos, como si de repente Hagbard hubiera saltado y hubiera expuesto su pene a la clase. “Te has expresado de manera incorrecta” dijo Orlock finalmente… “Puede ser alguien en el futuro”, dije “o en el pasado”. Me preguntaba si no era Jarry quien la estaba recibiendo, en París, medio siglo atrás; eso explicaría la similitud. En ese momento pasó Abbie Hoffman hablando con Apolonio de Tyana. ¿Estábamos todos en la mente de Jarry, o en la de Joyce? Hasta tenemos un sheriff de Wood lanzándonos sus multitudes, y las hordas de Rubin de hombres de Jerry… “El auto de Fuller es una maqueta, una pieza de exhibición” dijo el profesor Caligari “y, de cualquier manera, no tiene nada que ver con la ingeniería naval” Hagbard lo miró poniéndose a su altura “Todo tiene que ver con la ingeniería naval”. Al igual que en la escuela de leyes, los otros estudiantes estaban perturbados. Hagbard comenzó a comprender: no están aquí para aprender, están aquí para adquirir un pedazo de papel que los habilitará para ciertos trabajos…



“Hay unos pocos informes más” dijo Saúl a Muldoon. “Echémosles un vistazo y luego llamamos al Cuartel para ver si Danny encontró a esta tal Pat que los escribió”  







PROYECTO ILLUMINATI: MEMO # 15



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Esta es la versión más extraña de la historia de los Illuminati que he encontrado hasta el momento. Es de una publicación escrita, editada y publicada por alguien llamado Philip Campbell Argyle-Stuart, quien sostiene que los conflictos del mundo se deben a una vieja guerra entre el pueblo semita “Khazar” y el pueblo nórdico “Faustiano”. Ésta es la esencia de su pensamiento:



Mi teoría es que una sobrepoblación impuesta, extremadamente diabólica, se sumó a la población Khazar. Aquella consistía en humanoides llegados en platillos voladores desde el planeta Vulcano, el cual, presumo, no se encuentra en una órbita intra-mercurial alrededor del sol, si no en la órbita de la Tierra, detrás del Sol, siempre fuera de la vista de los terrestres, siempre a seis meses detrás o delante del viaje orbital de la Tierra



Lo mismo sucedió en la Cultura Occidental Gótico-Faustiana. Las olas de migraciones poblacionales previas, comparativamente tan inertes y sin propósito, conocidas como Francos, Godos, Anglos, Sajones, Daneses, Suabos, Alemanes, Lombardos, Vándalos y Vikingos sufrieron una súbita sobrepoblación debido a la llegada de los Normanos-Marcianos-Varangianos venidos de Saturno a través de Marte, en platillos voladores…



Luego de 1776, (los conspiradores Khazar-Vulcanianos) utilizaron a los Illuminati y a los masones del Gran Oriente. Después de 1815 usaron las maquinaciones financieras de la Casa Rothschild, luego de 1848, al movimiento comunista, y después de 1895 al movimiento Sionista…



Una cosa más necesita ser mencionada. La Sra. Helena Petrovna Blavatski (1831-1891), fundadora de la Teosofía… fue tan hipócrita como demoníaca, una verdadera bruja de gran poder maligno aliada a los Illuminati, a los masones del Gran Oriente, a los anarquistas rusos, a los ingleses que teorizaban sobre Israel, a los proto-sionistas, a los asesinos árabes y a los thugs indios.



Fuente: El Boletín del Alto Coeficiente Intelectual, Vol. IV, Nº 1, Enero 1970. Publicado por Philip Campbell Argyle-Stuart, Colorado Springs, Colorado.



Pat.







“¿Cuál era la palabra?” preguntó el soldado Celine ansiosamente.



“SNEBJ” le dijo el soldado Pearson. “¿Nunca la habías escuchado antes?” se sentó en su litera y lo miró.



“Soy un ciudadano naturalizado” dijo Hagbard. “Nací en Noruega” se quitó la camisa; el verano en el Fuerte Benning era muy caluroso para la mitad nórdica de sus genes. “Situación Normal, Estamos Bien Jodidos” repitió. “Eso lo resume todo. Realmente lo expresa”.



“Espera a estar un tiempo más en este ejército del Hombre” dijo el negro, vehementemente. “Entonces verdaderamente apreciarás la aplicación de esa palabra, chico. Oh, sí que la apreciarás, man”.



“No es sólo aplicable al ejército” dijo Hagbard, pensativo “Es el mundo entero”.



En verdad, luego de que hicieran inmanente el Eskatón, encontré hacia dónde se estaba fugando mi cabeza aquella noche, (y también un par de noches más): hacia el pobre George Dorn. Mi fuga casi le causa un derrame cerebral. Continuó preguntándose de donde venía todo aquel Joyce y aquel surrealismo. Soy siete años mayor que él, aunque tenemos los mismos valores, debido a experiencias escolares similares y padres revolucionarios. Es por eso que Hagbard nunca nos comprendió completamente: él tuvo tutores privados hasta alcanzar la universidad, y para esa etapa, la Educación Oficial comienza a hacer concesiones parciales con la realidad para que sus víctimas tengan al menos una oportunidad de sobrevivir en el exterior. Pero yo no sabía nada de eso aquella noche en Grant Park, ni cómo el ejército había ayudado a Hagbard a comprender la universidad, porque yo estaba trabajando esta nueva noción sobre la valencia total del escenario permanente. Esto significaría que yo debería irme cuando George llegara, o por decir, Marilyn Monroe tuvo que tomar las píldoras y Jayne Mansfield tuvo que sufrir el accidente automovilístico para dejar espacio a las vibraciones de Raquel Welch.

 





PROYECTO ILLUMINATI: MEMO # 15



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J. M.:



Creo haber encontrado una pista de cómo encajan Zoroastro, los platillos voladores y todo este material lunático en el rompecabezas Illuminati. Presta atención, jefe:



El partido Nazi fue fundado como apéndice político de la Sociedad Thule, rama extremista de la Logia de los Iluminados de Berlín. Esta logia, a su vez, fue creada por rosacruces - altos francmasones -, y su preocupación era el duelo por la muerte del sistema feudal. Los masones de aquella época, al igual que el Partido Federal de la América pos-revolucionaria, trabajaban diligentemente para prevenir la “anarquía” y preservar los viejos valores creando el Cristianismo Socialista. De hecho las conspiraciones de Aarón Burr, las cuales serían de origen masónico según alega el profesor Hofstadter, fueron un prototipo americano para las intrigas germanas del siglo posterior. A su socialismo científico externo, estos masones, sumaron conceptos místicos cuyos orígenes se presumían “gnósticos”. Uno de estos conceptos era el “Gnosticismo” en si, llamado Iluminación - el cual postulaba que ciertos seres celestiales, directa o indirectamente, habían dado a la humanidad sus grandes ideas y retornarían a la Tierra cuando nuestra raza hubiera alcanzado el progreso requerido -. La Iluminación era una característica del Pentecostalismo, el cual fue perseguido por el cristianismo ortodoxo durante siglos, y que logró entrar en la francmasonería a través de un complejo proceso histórico imposible de explicar sin mayores digresiones. Basta decir que los Nazis, siendo “Iluminados”, se sintieron inspirados divinamente, y por lo tanto, justificados para reescribir las reglas del bien y del mal adaptándolas a sus propósitos.



(De acuerdo a la teoría Nazi) antes de que la actual Luna fuera capturada por la Tierra, estos seres celestiales habrían vivido en las regiones de mayor altitud: en Perú, México, Cóndor (Etiopía), el Himalaya, Atlántida y Mu, formando la Confederación Uraniana. Esto fue tomado muy seriamente, y la Inteligencia Británica lo combatió con la fantasía de Tolkien “El Silmarillion”, la base de sus famosos libros sobre “Hobbits”…



Tanto J. Edgard Hoover, como el congresal Otto Passman son altos dirigentes masones, y ambos, significativamente, lo reflejan en su filosofía y actitud maniquea. El peligro principal en el pensamiento masónico, más allá del “derecho divino a gobernar”, es - por supuesto - el maniqueísmo: la creencia de que tu contrincante se opone a la voluntad de Dios y, por ende, es un agente de Satán. Ésta es la aplicación extrema, y Hoover generalmente la reserva para el “Comunismo Ateo”, pero está siempre presente en distintos grados.



Fuente: “La Religión Nazi: Repaso al Satanismo Religioso en Alemania y América” por J. F. C. Moore, Libertarian American, Vol. III, Nº 3, Agosto de 1969.





Ahora estaban usando Gas Pimienta, y vi a un fotógrafo disparar una toma mientras un policía lo estaba rociando (¡Heisenberg cabalga de nuevo! ¡Desde el oeste llegan los cascos atronadores del gran caballo, el Fenómeno del Porro! Con la excepción de que yo estaba de ácido; si hubiera estado fumado hubiera sido realmente, verdaderamente, un Fenómeno del Porro). Luego escuché que el fotógrafo había recibido un premio por aquella foto. En ése momento no parecía estar a punto de recibir un premio. Parecía como si le hubieran arrancado la piel y le estuvieran tocando los nervios vivos con un torno de dentista. “Cristo” le dije a Hagbard, “mira al pobre bastardo. Espero salir de esto con sólo uno o dos ataques más de gas lacrimógeno. No quiero nada de Pimienta”. Pero el ácido es plácido, ya saben, y un minuto después me encontraba en los juicios de Joyce nuevamente, y pensando en un drama llamado “Su Pimienta y mis Lamentos”. Hice una primera línea florida, en honor al Padre Pederastia: “Qué dúo impresentable, para completar los lamentos de esta hora”.



Bism’allah” dijo Hagbard. “Nuestro Karma está constituido por nuestras acciones, no por nuestras plegarias. Estás en el escenario, así que toma la acción como venga”.



“Oh, córtala con tu rollo de Hombre Santo y deja de leerme la mente” protesté, “no tienes que impresionarme”. Pero me fui por otra tangente, lo que era algo así: si el escenario era el circo del Alcalde Daley, entonces el Alcalde Daley era el maestro de ceremonias. Si como es abajo es arriba, como indicó herméticamente Hermes, entonces este decorado es el decorado mayor. El Sr. Microcosmos se encuentra con el Sr. Macrocosmos. “¡Hola Mic! “¡Hola Mac!”. Conclusión: El Alcalde Daley, en pequeña medida, es lo que Krishna es en mayor medida. QED.



Fue entonces que unos chicos del ESD que habían sido fumigados con gas lacrimógeno vinieron corriendo a nuestro encuentro, y Hagbard se ocupó de entregarles pañuelos húmedos. Los necesitaban: estaban casi ciegos, como Joyce descuartizando a su Adán en esperanzas sabias. No fui de mucha ayuda, ya que estaba ocupado llorando por mi cuenta.



“Hagbard” sollocé extasiado “el Alcalde Daley es Krishna”.



“Mala suerte para él” dijo cortante, repartiendo pañuelos, “él no lo sabe”.



Repentinamente pensé:



Hubert el Jorobado tosió, carraspeó y escupió en las calles por las que caminó Lincoln.



El agua se convirtió en sangre (Hagbard era un Jesús bromista y pesado: ¿Qué esperaban, vino tal vez?) y recordé la historia de mi madre sobre Dillinger en el Biograph Theatre. Todos estamos aquí, como él, en el Teatro Biográfico, soñando el drama de nuestras vidas, saliendo hacia la ternura de la abuela, hasta que los besos de plomo nos despiertan nuevamente a la hermosa soñolencia. Pero él había encontrado una forma de volver. ¿Qué era lo que Charley Mordecai había dicho?: “¿Primero como tragedia, luego como farsa?”. Marxismo-Lennonismo: Ed Saunders de los Fugs, la noche anterior, hablando de coger en las calles como si leyera mi mente (¿o yo la suya?) y el “Why Don’t We Do It in the Road?” (“¿Por qué no lo hacemos en la ruta?”) de Lennon grabado un año después en el futuro. Los Marx y nuestras groupies. Los pañuelos sangrientos empapados de agua, y el rito de la misa continuó, la misa Continuó, la Pimienta pasó. Capone lo preparó para los Fedes, pero John se cansó y se bajó del escenario, así que un extra llamado Frank Sullivan recibió las balas. El Teatro Autobiográfico, la casa del drama y del trauma, si. Tal vez tendría que haber tomado media tableta en vez de toda la pepa, porque a esta altura los chicos del ESD, que el próximo año se irán del lado del RYM-I en la ruptura, se ven como si tuvieran atuendos de monaguillos y pensé que Hagbard les estaba repartiendo hostias, no pañuelos. Me miró repentinamente con esa cara de halcón egipcio y observé que Horus El Saltarín Heisenberg observó lo que yo sentía. No necesitas ser el meteorólogo, pensé, para saber hacia donde sopla mi mente.



Hubo un ruido en la multitud, como si un tren subterráneo abriera todas sus puertas chupando el aire, y vi venir a la policía cruzando la calle para despejar el parque.



“Aquí vamos nuevamente” dije “Salve Discordia”.



SNEBJ über alles” Hagbard sonrió, y comenzó a trotar a mi lado.



Fuimos hacia el norte, figurándonos que aquellos rezagados en el este quedarían atrapados contra la pared y recibirían una paliza. “Democracia en acción” dije jadeando.



“Aquí veréis la verdadera imagen de la Autoridad” citó, arrojando el agua de su balde para mantener el equilibrio. Capté la referencia shakesperiana y miré hacia atrás: en mi mente cada policía se veía como un perro de Shakespeare. Recordé la semántica frenética en la fiesta de no-cumpleaños de LBJ, cuando William Burroughs insistió en que los policías de Chicago eran más como perros que como cerdos, en contradicción a la retórica de el ESD. Terry Southern, tomando su habitual y maniática postura mediadora, afirmó que eran más parecidos a los mandriles de culo púrpura, seguramente de la familia de los babuinos. Pero la mayoría de ellos todavía no había descubierto la escritura.



“¿Autoridad?” pregunté, dándome cuenta de que había perdido algo en el camino. Bajamos el ritmo hasta caminar, la acción había quedado atrás.



“A no es A” Hagbard explicó con su paciencia cansina. “Una vez que aceptas que A es A, estás enganchado. Literalmente enganchado, adicto al Sistema”.



Advertí la referencia a Aristóteles, el viejo de la tribu con su desafortunada parálisis epistemológica, y también a aquella damita vivaz que siempre imaginé como la verdadera Anastasia perdida, pero todavía no caía. “¿Qué quieres decir?” pregunté, tomando un pañuelo húmedo mientras un poco de gas lacrimógeno comenzaba a llegar hasta nuestra parte del parque.



“Mao no dijo ni la mitad de ello” respondió Hagbard sosteniendo un pañuelo en su cara. Sus palabras sonaban silenciadas “No es solamente poder político lo que sale del cañón de la pistola. También sale la definición completa de la realidad. Un escenario. Y la acción que se desarrollará en ése escenario en particular y en ningún otro”.



“No seas tan jodidamente paternalista” objeté, mirando por una esquina del tiempo y cayendo en la cuenta de que aquella era la noche en la que me rociarían Pimienta. “Es Marx puro: la ideología de la clase dominante se transforma en la ideología de toda la sociedad”.



“No sólo la ideología. La Realidad”. Bajó su pañuelo “esto era un parque público hasta que ellos cambiaron su definición. Ahora, las armas han cambiado la Realidad. Ya no es un parque público. Hay más que un solo tipo de magia”.



“Como las Actas de Propiedad” dije huecamente. “Un día la tierra pertenecía a la gente. Al día siguiente le pertenecía a los terratenientes”.



“Y como las Actas de Narcóticos” añadió “Cien mil adictos inofensivos se volvieron criminales de la noche a la mañana por un Acta del Congreso. Y realmente se volvieron criminales cuando los papeles fueron firmados. Las armas lo demuestran. Camina cerca de una de esas armas llevando un porro y rehúsate a parar cuando ellos te lo dicen. Su Imaginación se transforma en tu Realidad en un segundo”.



Finalmente obtuve mi respuesta para Papá, cuando un policía saltó desde la oscuridad gritando algo sobre los putos maricones comunistas hijos de puta y me roció como tenía que suceder (lo supe mientras me derrumbaba adolorido) en ése escenario.





 

PROYECTO ILLUMINATI: MEMO # 16



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Aquí hay más información sobre cómo encajan Blavatski, la teosofía y el lema debajo de la gran pirámide del Sello de los EEUU al cuadro de los Illuminati (o cómo no encajan. ¡Se vuelve más confuso cuanto más avanzo!) Éste es un artículo en defensa de Madame Blavatski, luego de que Truman Capote repitiera los cargos de la Sociedad John Birch, quienes decían que Sirhan Sirhan se inspiró en los trabajos de Blavatski para asesinar a Robert Kennedy: “Sirhan Blavatski Capote” por Ted Zatlyn, Los Ángeles Free Press, 26 de Julio, 1968:



Los Birchers que atacan a Madame Blavatski, a pesar de ser pocos en número y de estar tan locos como siempre, han encontrado un nuevo hogar en esta atmósfera de sospecha y violencia. Truman Capote los toma con seriedad…



¿Sabrá el Sr. Capote que los Illuminati (de acuerdo a la sagrada doctrina de Birch) nacieron en el Jardín del Edén cuando Eva lo hizo con la serpiente y dio a luz a Caín? ¿Que todos los descendientes de Caín, el hombre-serpiente, pertenecen a un grupo súper- secreto conocidos como los Illuminati, dedicados absolutamente al mal más bajo y rastrero imaginado por la mente satánica del hombre?



El anti-Illuminati John Steinbacher escribió en su libro inédito, Novus Ordo Seclorum (El Nuevo Orden de las Eras): “Hoy en América, gente con distintos talentos está coqueteando con el desastre al asociarse con las fuerzas malignas de siempre… la doctrina de Madame Blavatski era extraordinariamente similar a la de Adam Weishaupt…”



El autor también da su versión de la versión de los Birchers sobre qué es lo que los Illuminati están tratando de lograr:



Su maligna meta es la de trascender el materialismo y lograr un mundo unido, negando la soberanía de las naciones y la santidad de la propiedad privada.



No puedo creer ni entender esto, pero al menos explica cómo tanto nazis como comunistas pueden ser falanges de los Illuminati. ¿O no lo explica?



Pat.



 

“La propiedad es un robo” dijo Hagbard, pasando la pipa de la paz.



“Si el BAI ayuda a esos promotores inmobiliarios a tomar nuestras tierras” dijo el Tío John Pluma “sería un verdadero robo. Pero si nosotros conservamos nuestras tierras, ciertamente no lo es”.



La noche estaba cayendo en la reserva Mohawk, pero Hagbard pudo ver a Sam Tres Flechas asentir vigorosamente en la oscuridad de la pequeña cabaña. Nuevamente sintió que los indios americanos eran la gente más cabeza dura del mundo. Sus tutores le habían dado una educación cosmopolita, en el sentido amplio de la palabra, y frecuentemente no encontraba trabas para comunicarse con personas de cualquier cultura, pero por momentos los indios lo desconcertaban. Podían ser la sociedad más simple o la más sofisticada del planeta, aunque tal vez fueran ambas, y la simpleza y la sofisticación extremas son idénticas.



“La propiedad es libertad” dijo Hagbard “estoy citando al mismo hombre que dijo que la propiedad es un robo. También dijo que la propiedad es imposible. Hablo desde el corazón. Deseo que comprendan por qué tomé éste caso. Deseo que lo comprendan plenamente”.



Sam Tres Flechas dejó la pipa y levantó sus ojos oscuros hacia los de Hagbard. “¿Quieres decir que la justicia no es algo conocido, como un perro que ladra en la noche? ¿Es como un sonido inesperado en el bosque, que sólo puede ser identificado cuidadosamente luego de ser estudiado en profundidad?”.



Allí van nuevamente: Hagbard había escuchado la misma imaginería concreta en el discurso de los Shoshones, al otro extremo del continente. Se preguntaba, en vano, si la poesía de Ezra Pound habría sido influenciada por los hábitos de diálogo que su padre obtuvo de los indios - Homer Pound había sido el primer hombre blanco nacido en Idaho -. Ciertamente iban más allá que los chinos. Y no provenía de los libros, ni de la retórica, si no de escuchar al corazón - la metáfora india que él mismo había utilizado hacía un minuto -.



Tomó su tiempo para responder: estaba comenzando a adquirir el hábito indígena de pensar un rato largo antes de hablar.



“La propiedad y la justicia son agua” dijo finalmente. “Ningún hombre puede retenerla mucho tiempo. Pasé muchos años en Juzgados, y he visto cómo cambia la propiedad y la justicia cuando un hombre habla, cambian como cambia la oruga a mariposa. ¿Me comprenden? Pensé en tener la victoria en mis manos, luego el juez habló y se me escapó. Como agua que corre entre los dedos”.



El Tío John Pluma asintió “Yo comprendo. Quieres decir que perderemos nuevamente. Estamos acostumbrados a perder. Desde que George Washington nos prometió estas tierras ‘mientras existan las montañas y el pasto sea verde’, para luego romper su promesa y robar parte de ellas diez años más tarde - ¡Diez años, amigo! -, siempre hemos perdido. Tenemos sólo una hectárea de los cientos que nos habían prometido por entonces”.



“Podríamos no perder” dijo Hagbard “Les prometo, al menos, que el BAI sabrá que esta vez le dimos batalla. Aprendo más trucos y me vuelvo más tramposo cada vez que voy a una corte. Ahora soy más pillo y tramposo. Pero tengo menos confianza en mí mismo de la que tenía cuando tomé mi primer caso. Ya no comprendo por qué estoy luchando. Tengo una palabra para ello - el Principio SNEBJ, le llamo -, pero no comprendo muy bien qué es”.



Hubo otra pausa. Hagbard escuchó un traqueteo en la tapa del cesto de basura detrás de la cabaña: era el mapache al que el Tío John Pluma llamaba el Viejo Abuelo, que había venido a robar la cena para esta noche. La propiedad es un robo, ciertamente, en el mundo del Viejo Abuelo, pensó Hagbard.



“Yo también estoy desconcertado” dijo finalmente Sam Tres Flechas. “Trabajé hace mucho en la ciudad de New York, en la construcción, como muchos hombres de la nación Mohawk. Descubrí que los blancos a menudo eran como nosotros, y que yo no podía odiarlos a todos. Pero no conocen ni aman a la tierra. Usualmente no hablan desde el corazón. No actúan desde el corazón. Son más como los actores de las películas. Interpretan roles. Y sus líderes no son como nuestros líderes. No son elegidos por sus virtudes, si no por su habilidad de interpretar un rol. Los blancos me lo han dicho en palabras simples. No confían en sus líderes y aún así los siguen. Cuando nosotros no confiamos en un líder, está acabado. Entonces, por lo tanto, los líderes de los blancos tienen más poder. Es malo obedecer a un hombre porque si. Pero lo peor es lo que dije sobre el corazón. Sus líderes lo han perdido, y han perdido la compasión. Hablan desde otro lado. Actúan desde otro lado, pero ¿de dónde? Como tú, yo tampoco lo sé. Creo que es una especie de locura”. Miró a Hagbard y añadió amablemente “Algunos son diferentes”.



Aquel fue un largo parlamento para él y revolvió algo en el Tío John Pluma. “Yo estuve en el ejército” dijo. “Fuimos a combatir a un hombre blanco malo, o eso es lo que los blancos nos dijeron. Tuvimos reuniones llamadas orientación y educación. Eran películas. Nos mostraba las cosas terribles que éste hombre blanco malo hacía en su país. Cuando el film terminó, todos estaban enojados y con deseos de pelear. Menos yo. Yo sólo estaba allí porque la armada me pagaba más de lo que un indio podía ganar en cualquier otro trabajo. Así que yo no estaba enojado, si no sorprendido. No había nada que hiciera aquel líder blanco que no hubieran hecho antes los líderes blancos de nuestro país. Nos hablaron de un lugar llamado Lídice. Era parecido a Wounded Knee. Nos contaron de familias que viajaron miles de millas para ser destruidas. Era parecido al Viaje de las Lágrimas. Nos contaron cómo éste hombre dominaba su nación, y que nadie podía atreverse a desobedecerle. Era muy parecido a la manera en que los blancos trabajan en las corporaciones de la ciudad de New York, como describió Sam. Le pregunté a otro soldado sobre esto, un negro. Era más fácil hablar con él que con un blanco corriente. Le pregunté qué pensaba de la orientación y educación. Dijo que eran una mierda ¡Y estaba hablando desde el corazón! Lo pensé un rato largo, y supe que él estaba en lo correcto. Orientación y educación eran una mierda. Cuando los hombres del BAI vienen aquí a hablar, es lo mismo. Mierda. Pero déjame decirte esto: la Nación Mohawk está perdiendo su alma. El alma no es como la respiración, la sangre o los huesos, y puede ser arrebatada de maneras que ningún hombre puede comprender. Mi abuelo tenía más alma que yo, y los jóvenes de hoy tienen menos alma que yo. Pero tengo el alma suficiente para hablar con el Viejo Abuelo, que ahora es un mapache. Él piensa como mapache y está preocupado por la nación mapache, más de lo que yo me preocupo por la nación Mohawk. Él piensa que la nación mapache morirá pronto, junto a todas las naciones de los animales libres y salvajes. Esto es algo terrible, y me asusta. Cuando las naciones de los animales mueran, la tierra también morirá. Ésa es una vieja enseñanza sobre la cual no tengo dudas. Veo que ya está pasando. Si roban más de nuestras tierras para construir esa represa, más de nuestra alma morirá ¡y morirá más del alma de los animales! ¡La tierra morirá y las estrellas ya no brillarán! ¡La mismísima Gran Madre podría morir!” el viejo lloraba sin pudor “¡Y eso será porque los hombres no hablan palabras, si no, hablan mierda!”



Hagbard se puso pálido debajo de su piel olivácea. “Vendrá a esta corte” dijo pausadamente “y le dirá eso al juez, exactamente las mismas palabras”.



  





PROYECTO ILLUMINATI: MEMO # 17



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J. M.:



Recordarás que en el gráfico sobre la conspiración Illuminati publicado por el East Village Other (memo # 9) se listaba al “Vehm Sagrado” como una cubierta Illuminati. Finalmente descubrí qué es el Vehm Sagrado (o, mejor dicho, que era). Mi fuente es Historia de la Magia de Eliphas Levi, páginas 199-200.



Eran una especie de policía secreta que tenía derecho sobre la vida y la muerte. El misterio que rodeaba sus juicios y la rapidez de sus ejecuciones, ayudaron a impresionar la imaginación de las gentes bárbaras. El Vehm Sagrado adquirió proporciones gigantescas; los hombres se estremecían al describir la aparición de personas enmascaradas, llamamientos clavados a las puertas de los nobles en plena guardia nocturna durante las orgías, jefes de los bandoleros encontrados muertos con una terrible daga cruciforme clavada en el pecho con un fragmento de la sentencia del Vehm Sagrado atada al mango. El tribunal utilizaba los procedimientos más fantásticos: el culpable era citado a alguna encrucijada de caminos poco conocida, era llevado ante la asamblea por un hombre vestido de negro, quien le vendaba los ojos y lo guiaba en silencio. Esto siempre ocurría a alguna hora indeterminada de la noche, pero el juicio no se dictaba hasta la medianoche. El criminal era llevado hasta una enorme cripta subterránea, donde era interrogado por una voz. Luego le quitaban la venda, la cripta se iluminaba en toda su profundidad y altura, y aparecían los Jueces Libres enmascarados y vistiendo túnicas negras.   



El Código de la Corte Véhmica fue descubierto en los antiguos archivos de Westfalia y fue impreso en el Reichstheater de Muller, bajo el siguiente título: “Código y Estatutos del Sagrado Tribunal Secreto de Cortes y Jueces Libres de Westfalia, establecido en el año 772 por el Emperador Carlomagno y revisado en 1404 por el Rey Roberto, quien hizo los cambios y adiciones requeridos para la administración de la justicia en los tribunales de los iluminados, luego de investigarlos con toda su autoridad”.



Una nota en la primera página prohibía la lectura del libro a cualquier persona profana, so pena de muerte. La palabra “iluminados” dada a los asociados del Tribunal Secreto revela completamente su misión: ellos debían buscar en las sombras a aquellos que adoraban a la oscuridad; contrarrestaban misteriosamente a aquellos que conspiraban en contra de la sociedad a favor del misterio; pero ellos mismos eran soldados secretos de la luz, arrojando luz diurna sobre los complots criminales, y esto era lo que significaba la esplendorosa iluminación repentina del Tribunal cuando pronunciaban la sentencia.



Así que ahora tenemos que añadir a Carlomagno a la lista de los Illuminati - junto a Zoroastro, Joachim de Floris, Jefferson, Washington, Aaron Burr, Hitler, Marx y Madame Blavatski -. Todo esto: ¿Podría ser una farsa?



Pat.

  





PROYECTO ILLUMINATI: MEMO # 18



9/8



J. M.:



Mi último informe pudo haber sido muy apresurado al hablar en pasado sobre el Vehm Sagrado. Descubrí que Daraul piensa que todavía puede existir (Historia de las Sociedades Secretas, pág. 211):



Estas Cortes terribles nunca fueron abolidas formalmente. Fueron reformadas por varios monarcas, e incluso se llegó a decir que existían en el siglo XIX aunque de manera mucho más subterránea. Las bestias nazis y las organizaciones de resistencia que combatían la ocupación comunista en Alemania Oriental afirmaban continuar la tradición de “la Caballería y el Vehm Sagrado”. Tal vez todavía existan.



Pat.







Juzgado Federal del decimoséptimo distrito del Estado de New York. Demandantes: John Pluma, Samuel Flechas, et al. Acusados: Buró de Asuntos Indígenas, Departamento del Interior, Presidente de los EEUU. Por los demandantes: Hagbard Celine. Por los acusados: George Kharis, John Alucard, Thomas Moriarity y James Moran. Presidiendo: Juez Cuasimodo Immhothep.



SR. PLUMA (concluyendo): ¡Y eso será porque los hombres no hablan palabras, si no, hablan mierda!



SR. KHARIS: Su señoría, propongo que este último discurso sea vedado de los registros como irrelevante e inmaterial. Aquí estamos tratando una cuestión práctica: la necesidad de esta represa por parte de la gente New York, y las supersticiones del señor Pluma están completamente fuera de lugar.



SR. CELINE: Su señoría, la gente de New York ha sobrevivido mucho tiempo sin una represa en ése lugar en particular. Y pueden sobrevivir mucho más sin ella. ¿Puede sobrevivir alguna cosa, vale la pena que lo haga, si nuestras palabras se vuelven, como dice el Sr. Pluma, excrementos? ¿Puede sobrevivir lo que razonablemente llamamos Justicia Americana, si las palabras de nuestro primer presidente, el honor sagrado de George Washington, es destruido, si su promesa de que los Mohawks podrían quedarse con esas tierras ‘mientras existan las montañas y el pasto sea verde’, se transforma en excremento?



SR. KHARIS: El abogado no está argumentando. Simplemente está dando un discurso.



SR. CELINE: Estoy hablando desde el corazón - ¿Lo hace usted? ¿O está departiendo el excremento que le fue ordenado decir por sus superiores?



SR. KHARIS: Más discursos.



SR. CELINE: Más excremento.



JUEZ IMMHOTHEP: Contrólese, Sr. Celine.



SR. CELINE: Me estoy controlando. De otra forma, hablaría con tanta franqueza como mi cliente, y diría que la mayoría de las peroratas aquí expuestas son llanamente mierda vieja. ¿Por qué debo decir excremento, si no disfraza ni un poco lo que estamos haciendo? Es mierda. Sencillamente mierda.



JUEZ IMMHOTHEP: Sr. Celine, usted se está acercando mucho a menospreciar a esta corte. Le advierto.



SR. CELINE: Su señoría, hablamos la lengua de Shakespeare, de Milton, de Melville ¿Debemos asesinarla? ¿Debemos cortar su última conexión umbilical con la realidad? ¿Qué está sucediendo realmente en esta sala? Los acusados, el gobierno de los EEUU y sus agentes, quieren robarles unas tierras a mis clientes ¿Cuánto más tenemos que seguir argumentando que son injustos, que no tienen derecho y que no tienen honor en su causa? ¿Por qué no podemos decir que el robo es robo, en vez de llamarlo propiedad en litigio? ¿Por qué no podemos decir que la mierda es mierda, en vez de llamarla excremento? ¿Por qué nunca usamos el lenguaje para expresar el significado? ¿Por qué siempre lo usamos para ocultarlo? ¿Por qué nunca hablamos desde el corazón? ¿Por qué siempre decimos palabras que nos han programado para decir, como robots?



JUEZ IMMHOTHEP: Sr. Celine, le advierto nuevamente.



SR. PLUMA: Y yo le advierto a usted. El mundo morirá. Las estrellas desaparecerán. Si hombres y mujeres no pueden confiar en la palabra hablada, la tierra se rajará como una calabaza podrida.



JUEZ IMMHOTHEP: Llamo a un receso. Los demandantes y su abogado no se encuentran en un estado emocional adecuado para continuar por el momento.



SR. CELINE: Ustedes incluso tienen armas. Tienen hombres con armas y palos, llamados alguaciles, que me golpearán si no me callo. Entonces: ¿Cómo se diferencian de cualquier otra pandilla de bandidos, excepto por el uso del lenguaje que oculta lo que están haciendo? La única diferencia es que los bandidos son más honestos. Ésa es la única diferencia. La única diferencia.



JUEZ IMMHOTHEP: Sr. alguacil, contenga al abogado.    



SR. CELINE: Están robando algo que no les pertenece ¿Por qué no pueden hablar en serio por un momento? ¿Por qué…?



JUEZ IMMHOTHEP: Solamente sujételo, alguacil. No utilice fuerza innecesaria. Sr. Celine, me veo tentado a perdonarlo considerando que obviamente usted está muy involucrado emocionalmente con sus clientes. Sin embargo, dicha misericordia de mi parte alentaría a otros abogados a creer que podrán seguir su ejemplo. No tengo alternativa. Lo encuentro culpable de menosprecio hacia la corte. La sentencia tendrá lugar cuando el tribunal vuelva de un receso de quince minutos. Usted hablará entonces, pero sólo de manera mitigante para alivianar el grado de su sentencia. No escucharé nuevamente que llame ‘pandilla de bandidos’ al gobierno de los Estados Unidos. Eso es todo.



MR. CELINE: Ustedes roban tierras, y no quiere que los llame bandidos. Les ordenan a hombres armados que nos sujeten, y no quiere que los llame matones. Ustedes no actúan desde el corazón; ¿Desde donde carajo actúan? ¿Qué es, en nombre de Dios, lo que los motiva?



JUEZ IMMHOTHEP: Arréstelo, alguacil.



SR. CELINE: (Ininteligible)



JUEZ IMMHOTHEP: Quince minutos de receso.



ALGUACIL: Todos de pié.





PROYECTO ILLUMINATI: MEMO # 19



9/8



J. M.:



Me gustaría que pudieras explicarme cómo se relaciona tu interés por los números 5 y 23 con éste proyecto Illuminati.



Esto es todo lo que pude desenterrar hasta ahora sobre el misterio de los números, espero que lo encuentres iluminador. Es de un libro de paradojas matemáticas y lógicas: Cómo Torturar Tu Mente, editado por Ralph L. Woods, Funk and Wagnalls, New York, 1969, página 128.



2 y 3 son par e impar.



2 y 3 son 5.



Por lo tanto 5 es par e impar.



El maldito libro, dicho sea de paso, no provee las soluciones a las paradojas. Pude percibir el error en ésta, pero me llevó horas (y un dolor de cabeza) poder expresarlo en palabras. Espero que te ayude. De cualquier manera, para mí, fue un alivio del material verdaderamente atemorizante que había estado rastreando últimamente.



Pat.







Había dos informes más en la caja, en papeles diferentes y de distintas máquinas de escribir. El primero era breve.





4 de Abril



DEPARTAMENTO DE INVESTIGACIÓN:



Estoy seriamente preocupado por la ausencia de Pat en la oficina y porque no contesta el teléfono ¿Mandarían a alguien a su departamento para que hable con el encargado e intente averiguar qué le sucedió?



Joe Malik, Editor





El último reporte era el más viejo del lote y ya estaba poniéndose amarillo en los márgenes:





Querido Sr. “Mallory”:



La información y los libros que ha solicitado han sido adjuntados de manera completa. En caso de que se encuentre apurado, he aquí un sumario rápido:



1-  Billy Graham estaba en Australia la semana pasada, haciendo apariciones públicas. No hay manera de que haya ido a Chicago.

2-  El Satanismo y la Brujería todavía existen en el mundo moderno. Ambas son confundidos a menudo por los escritores cristianos ortodoxos, pero los observadores objetivos concuerdan en que hay una diferencia. El Satanismo es una Herejía Cristiana - la máxima herejía, podría decirse -, pero la brujería es de origen pre-cristiano y no tiene nada que ver con el Dios o el Diablo del cristianismo. Las brujas adoran a una diosa llamada Dana o Tana (cuyo origen se remonta probablemente a la Edad de Piedra).

3-  La Sociedad John Dillinger Murió por Ti tiene su cuartel en Mad Dog, Texas, pero fue fundada en Austin hace varios años. Es una especie de broma seria, afiliada a los Iluminados Bávaros, otro grupo bizarro del campus de Berkeley, en la Universidad de California. Los Illuminati simulan ser una camarilla de conspiradores que manejan el mundo detrás de escena. Si usted sospecha que algunos de estos grupos está implicado en algo siniestro, probablemente haya Ud. caído en uno de sus chascos.



W. H.







“Así que todo esto ya estaba vinculado a Mad Dog desde hace varios años” dijo Saúl pensativamente. “Y Malik ya estaba utilizando una identidad alternativa, ya que obviamente la carta le fue enviada a él. También he comenzado a sospechar, mientras leíamos éste material, que los Illuminati tienen su propio estilo de sentido del humor”.



“Haz otra deducción” dijo Barney “¿Quién carajo es éste W. H.?”



“La gente se viene preguntando eso desde hace trescientos años” dijo Saúl, ausente.



“¿Eh?”.



“Estaba haciéndome el enigmático. Los sonetos de Shakespeare están dedicados al Sr. W. H., pero no creo que debamos preocuparnos de que se trate del mismo. Éste es un caso muy loco, pero no creo que sea así de loco”. Añadió “Debemos estar agradecidos de una cosa al menos: los Illuminati no dominan el mundo realmente. Todavía están intentándolo”.



Barney frunció el entrecejo, perplejo “¿Cómo deduces eso?”.



“Simple. De la misma manera que en la que sé que son una organización de derecha y no de izquierda”



“No todos somos genios” dijo Barney “Sube de un escalón a la vez ¿Si?”



“¿Cuántas contradicciones notaste en estos informes? Yo conté trece. Esta investigadora, Pat, también las vio: la evidencia está deformada y retorcida deliberadamente. Todo esto - no sólo el gráfico del East Village Other - es una mezcla de hechos reales y ficción”. Saúl encendió su pipa y se recostó en su silla (en 1921, leyendo a Arthur Conan Doyle, comenzó a interpretar por primera vez este tipo de escenas en su imaginación).



“En primer lugar, los Illuminati o bien quieren publicidad o no la quieren. Si controlan todo y quieren publicidad, habría más avisos de ellos que de la Coca-Cola y aparecerían en la TV más a menudo que Lucille Ball. Por otro lado, si controlan todo y no quieren publicidad, ninguna de estas revistas y libros habría sobrevivido - habrían desaparecido de las librerías, de las tiendas de revistas y de los depósitos de los editores -. Y ésta investigadora, Pat, nunca los habría encontrado”.



“En segundo lugar, si quieres reclutar gente para una conspiración, además de el idealismo y otros motivos nobles que puedes explotar en ellos, siempre puedes explotar la esperanza. Puedes exagerar el tamaño y el poder de la conspiración, porque mucha gente querrá unirse al bando ganador. Por lo tanto, todas las aseveraciones sobre la verdadera fuerza de los Illuminati deben ser consideradas, a fortiori, tan sospechosas como las encuestas a los votantes lanzadas por los candidatos antes de las elecciones”.



“Finalmente, siempre es sustancioso asustar a la oposición. Por lo tanto, una conspiración siempre expondrá el mismo comportamiento que observan los etólogos en animales que se sienten atacados: se hincharán y trataran de parecer más grandes. En el corto plazo, tanto reclutas como enemigos potenciales o verdaderos tendrán la misma impresión ilusoria: que los Illuminati son dos, diez, o cien veces más grandes que su tamaño real. Esto es lógico, pero mi primer punto era empírico - los informes existen -, consiguientemente, la lógica y el empirismo se confirman mutuamente: los Illuminati no tienen la capacidad de controlar todo ¿Entonces qué? Han estado rondando desde hace mucho tiempo y son tan incansables como el matemático ruso que trabajó pi hasta llegar a las mil cifras. La probabilidad, entonces, es que controlen algunas cosas e influyan sobre muchísimas cosas más. Esta probabilidad aumenta a medida que vas recordando los informes. Las dos ramas arábicas principales - los hashishisms y los Roshinaya - fueron eliminadas; los Illuminati italianos fueron ‘aplastados’ en 1507; la Orden de Weishaupt fue suprimida por el gobierno bávaro en 1785; etc. Si estuvieron detrás de la Revolución Francesa, influyeron más de lo que controlaron, porque Napoleón deshizo todo lo que habían comenzado los Jacobinos. Que tuviesen una mano en el comunismo soviético y otra en el fascismo alemán es posible, considerando las similitudes entre ambos; pero si los controlaban a ambos ¿Por qué tomaron bandos opuestos en la Segunda Guerra Mundial?; Y si ellos manejaban tanto al Partido Federalista, a través de Washington, como al los Republicanos Demócratas, a través de Jefferson ¿Cuál era el propósito de la contrarrevolución de Aaron Burr, detrás de la cual, supuestamente, también se encontraban? El cuadro que obtengo no es el de un gran Titiritero moviendo el mundo a través de hilos invisibles, si no la de una especie de pulpo de un millón de brazos - pulpillón, llamémosle - que estira constantemente sus tentáculos, a menudo sin conseguir nada, salvo un muñón sangrante, exclamando ‘¡Frustrado otra vez!’”.



“Pero el pulpillón es muy activo y tiene muchos recursos. Si controlara el planeta, podría elegir entre operar abiertamente o en secreto, pero como todavía no ha alcanzado esa omnipotencia, debe escoger ser lo más anónimo posible. Por lo tanto, muchos de sus tentáculos estarían tanteando en el área de las publicaciones y de la comunicación. Quiere saber si alguien lo está investigando o está listo para publicar alguna investigación ya concluida. Al encontrar a dicha persona tiene dos opciones: matarla o neutralizarla. Al asesinato se recurre en caso de emergencia, pero en lo posible debe ser evitado: nunca se sabe si esa persona escondió copias extras de sus documentos en varios lugares insospechados para ser develados en caso de muerte. La neutralización casi siempre es mejor”.



Saúl hizo una pausa para reencender su pipa, y Muldoon pensó. El aspecto más irreal de las historias de Doyle es la admiración que siente Watson en momentos como éste. Yo solamente estoy irritado, porque me hace sentir como un tarado que no puede ver nada de esto por mí mismo. “Continúa” dijo bruscamente, guardando sus deducciones para cuando Saúl terminara.



“La mejor forma de neutralización es el reclutamiento, por supuesto. Pero cualquier intento de reclutamiento crudo y apresurado es conocido en el ambiente del espionaje como ‘bajarte los pantalones’, porque te hace más vulnerable. El acercamiento más seguro es el reclutamiento gradual, disfrazado de otra cosa. El mejor disfraz, ciertamente, es simular que se ayuda al sujeto en su investigación. Esto también abre una segunda opción más preferible: guiarlo tras una pista falsa. Enviándolo a buscar a los Illuminati en organizaciones en las cuales nunca estuvieron infiltrados realmente. Alimentándolo con porquerías como eso de que los Illuminati vienen del planeta Vulcano, o que son descendientes de Eva y la Serpiente. Lo mejor de todo, sin embargo, es decirle que el propósito de la conspiración es otro que el verdadero, especialmente si la historia que le vendes concuerda con sus ideales, ya que así se puede ocultar el reclutamiento”.



“Ahora, las fuentes que esta Pat ha desenterrado, mayormente llevan a dos conclusiones: los Illuminati ya no existen, o que son virtualmente idénticos al comunismo ruso. Rechazo la primera, porque tanto Malik como Pat han desaparecido, y dos edificios, uno aquí en New York y otro en Mad Dog, han sufrido atentados palpablemente vinculados a la investigación sobre los Illuminati. Ya has aceptado eso, pero el paso siguiente es igual de obvio. Si los Illuminati tratan de distorsionar la información, ninguna publicidad debe ser evitada, por lo tanto debemos considerar la idea de que los Illuminati estén orientados hacia el comunismo tan escépticamente como observamos la idea de que no existen”.



“Por consiguiente, echémosle un vistazo a la hipótesis opuesta. ¿Podría tratarse de un grupo de ultra-derecha o fascista? Bien, si la información de Malik es certera, ellos tienen una especie de cuartel general especial en Mad Dog - y ése es el territorio del Ku Klux y de los Relámpagos de Dios -. También, cualquiera haya sido su historia antes de Adam Weishaupt, parecen haber sufrido una reforma y una revitalización bajo su liderazgo. Él era alemán y ex-católico, como Hitler. Una de sus Logias Iluminadas sobrevivió lo suficiente como para reclutar a Hitler en 1923, de acuerdo al informe que, hasta donde sabemos, es el más preciso del conjunto. Considerando las inclinaciones del carácter germánico, Weishaupt también podría haber sido anti-semita. La mayoría de los historiadores que han escrito sobre la Alemania Nazi, concuerdan en la posibilidad de que hubiera una ‘doctrina secreta’ compartida solamente entre los jerarcas nazis, que no era develada al resto del partido. Esa doctrina pudo ser Iluminismo puro. Toma las muchas conexiones entre el Iluminismo y la Francmasonería y el conocido anti-catolicismo de la Masonería - súmale el factor que los ex-católicos frecuentemente están resentidos con la iglesia, y que tanto Weishaupt como Hitler eran ex-católicos - y obtenemos una hipotética doctrina anti-judía, anti-católica y seudo mística que pudo haber sido vendida tanto en Alemania como en algunas partes de América. Finalmente, a pesar de que algunos extremistas de izquierda hayan querido asesinar a los Kennedy y al Reverendo King, los tres eran objetivos más buscados por los derechistas; y los Kennedy eran aborrecidos especialmente por los anti-católicos de derecha”.



“Para concluir,” dijo Saúl, “considerando la orientación izquierdista de Confrontación, el editor, Malik, probablemente no diera mucho crédito a la mayor parte de las fuentes citadas en los informes, ya que casi todas son de publicaciones derechistas, y la mayoría alega que los Illuminati son una conspiración de izquierda. Su reacción más probable debe haber sido la de descartar todo como otra paranoia derechista, a menos que él tuviese otras fuentes aparte de su Departamento de Investigación. Fíjate lo cauteloso que es. No le dice nada de los Illuminati a su editor asociado, Peter Jackson, solamente que quiere investigar sobre los asesinatos de la última década. El primer reporte es tan viejo y amarillo, que sugiere que obtuvo la primera pista hace varios años, pero no actuó. Pat le pregunta por qué le esconden todo esto a George Dorn, el reportero. Finalmente, desaparece. Él estaba obteniendo información de alguna otra fuente, la cual revelaba un complot que creyó realmente peligroso. Probablemente fuera una conspiración fascista, anti-católica, anti-judía y racista”.



Muldoon sonrió. Por una vez no tengo que hacer de Watson, pensó. “Brillante” dijo. “Nunca dejas de sorprenderme, Saúl. Mira esto y dime como encaja en el conjunto” Le alcanzó un papel “Lo encontré en un libro en la mesa de luz de Malik”.



El papel estaba garabateado con la misma letra de las anotaciones ocasionales al pie de los informes de Pat:



Pres. Garfield, asesinado por Charles Guiteau, un católico. Pres. McKinley, ídem, por León Czolgosz, católico. Pres. Theodore Roosevelt, intento de asesinato por John Shrank, católico. Pres. Franklin Roosevelt, intento de asesinato por Giuseppe Zangara, católico. Pres. Harry Truman, intento de asesinato por Griselio Torresola y Oscar Collazo, ambos católicos. Pres. Woodrow Wilson, muerte misteriosa mientras era atendido por una enfermera católica. Pres. Warren Harding, otra muerte misteriosa (se rumorea suicidio) también atendido por una enfermera católica. Pres. John Kennedy, asesinato explicado inadecuadamente. Jefe de la CIA por entonces: John McCone, católico. Ayudó a escribir el refutable y contradictorio informe Warren.



(Congreso, 1 de Marzo de 1964 - cinco congresales heridos por el escuadrón de asesinos Lebron-Miranda-Cordero-Rodríguez, todos católicos)

     

Cuando Saúl levantó la vista, Barney dijo complacido “lo encontré en un libro, como te dije. El libro era La Responsabilidad Romana en el Asesinato de Abraham Lincoln del General Thomas M. Harris. Harris remarca que tanto John Wilkes Booth, como la familia Suratt y todos los demás conspiradores eran católicos, y argumenta que actuaban bajo órdenes de los Jesuitas”. Barney hizo una pausa para disfrutar de la expresión de Saúl y continuó “se me ocurrió que, usando tu principio de que la mayoría de los informes están repletos de pistas falsas, deberíamos cuestionar la idea de que los Illuminati utilizaran a los Masones como tapadera para juntar reclutas. Probablemente necesitaran alguna organización similar, una que existiese a lo ancho de todo el mundo, que tuviese ritos y secretos misteriosos, órdenes internas en las cuales fuesen reclutados solo unos pocos elegidos y una estructura autoritaria y piramidal que exigiese a todo el mundo el cumplimiento de las órdenes de arriba sin importar que las comprendiesen o no. Una organización de ese tipo es la Iglesia Católica Romana”.



Saúl recogió su pipa del suelo. No recordaba haberla dejado caer. “Es mi turno de decir ‘brillante’” murmuró finalmente. “¿Vas a dejar de ir a misa los Domingos? ¿Realmente lo crees?”.



Muldoon rió. “Después de veinte años” dijo “finalmente lo logré. Me adelanté a ti. Saúl, estuviste cara a cara con la verdad, ojo a ojo, nariz a nariz, boca a boca, pero estabas tan cerca que tus ojos bizquearon y viste todo al revés. No, no es la iglesia católica. Hiciste una buena observación al decir que eran anti-católicos, así como anti-judíos y racistas. Pero están dentro de la iglesia católica y siempre han estado. De hecho, los esfuerzos de la iglesia para arrancarlos de raíz le han dado a la Santa Madre de Roma una reputación muy desafortunada de paranoia e histeria. Sus agentes hacen un esfuerzo especial para ingresar al sacerdocio, en orden de obtener objetos sagrados para sus propios ritos bizarros. También intentan llegar a lo más alto de la iglesia como les sea posible, para destruirla desde adentro. Muchas veces han reclutado y corrompido a los feligreses, a órdenes enteras del clero, incluso provincias enteras. Probablemente llegaron a Weishaupt cuando todavía era jesuita - se infiltraron en esa orden varias veces en la historia y aún más entre los dominicanos. Si eran descubiertos en actos criminales se aseguraban de que fuera el catolicismo y no su verdadera fe lo que sería publicitado, como en esta lista de asesinos. Su Dios es llamado el Portador de la Luz, y ese sea probablemente el origen de la palabra ‘iluminación’. Malik preguntó sobre ellos hace mucho y éste W. H. le dijo, correctamente, que ellos todavía existen. Estoy hablando de los Satanistas, por supuesto”.



“Por supuesto,” repitió Saúl suavemente “por supuesto. El pentágono que continúa apareciendo es el centro del pentagrama en donde se invoca al Diablo. El fascismo es su única faceta política. Básicamente son una teología - o una anti-teología, supongo -. Pero entonces, ¿Qué infiernos - literalmente, Infiernos - es lo que buscan?”



“No me preguntes,” Barney encogió los hombros, “puedo seguir a mi hermano cuando habla sobre la historia del satanismo, pero no cuando intenta explicar sus motivaciones. Utiliza términos técnicos de teología sobre ‘hacer inmanente el Eskatón’ pero lo único que puedo comprender es que tiene algo que ver con ocasionar el fin del mundo”.



Saúl empalideció “Barney,” exclamó, “Dios mío ¡Fernando Poo!”



“Pero eso ya fue aplacado…”



“Eso es. Su técnica usual de fachada falsa. La verdadera amenaza viene de otro lado, y esta vez realmente va en serio”.



Muldoon sacudió la cabeza “¡Deben estar locos!”.



“Todo el mundo está loco,” explicó pacientemente Saúl, “si no comprendes sus motivos”. Acomodó su corbata. “Imagina que llegas en un plato volador desde Marte - o desde Vulcano, como lo hicieron los Illuminati de acuerdo a una de nuestras fuentes supuestamente creíbles -. Me ves levantándome a la mañana, y me ves enroscándome esta prenda alrededor del cuello sin ningún motivo claro, a pesar del calor ¿Qué explicación formularías? Que soy un fetichista, o un loco, en otras palabras. La mayor parte del comportamiento humano es de ese tipo, no orientado hacia la supervivencia, si no hacia un sistema de símbolos en los que la gente cree. Pelo largo, pelo corto, pescado los Sábados, nada de cerdo, levantarse cuando el juez entra en la sala - todos símbolos, símbolos, símbolos -. Seguramente los Illuminati están locos, desde nuestro punto de vista. Desde su punto de vista, nosotros somos los locos. Si pudiésemos averiguar en qué creen y que significan sus símbolos para ellos, comprenderíamos por qué quieren matar a la mayoría de la humanidad. Barney, llama a tu hermano. Sácalo de la cama. Quiero averiguar más sobre el satanismo”.



(“¡Qué Diablos!” gritó el presidente el 27 de Marzo. “¿Una guerra nuclear por un lugar insignificante como Fernando Poo? Ustedes deben estar locos. El pueblo americano está cansado de que nuestro ejército sea la policía del mundo. Dejen que Guinea Ecuatorial pesque en sus propias aguas revueltas, o lo que sea que signifique esa expresión”. “Aguarde” le dijo el Director de la CIA “déjeme mostrarle estas fotos aéreas…”)



De vuelta en el Watergate, G. Gordon Liddy apunta cuidadosamente su pistola y le dispara a semáforo: en su memoria, se encuentra en un viejo castillo en Millbrook, New York, buscando impacientemente mujeres desnudas, pero sin éxito. A su lado, el profesor Timothy Leary, con una tranquilidad enloquecedora, está diciendo: “…pero la ciencia es el gol más clamoroso de todos. La Inteligencia de la Galaxia se revela en cada átomo, cada gen, cada célula”. Lo traeremos de vuelta piensa Liddy ferozmente así tengamos que asesinar a todo el gobierno suizo. Ese hombre no permanecerá libre. A su lado, Bernard Barker se cambia nerviosamente, y en un tiempo perpendicular un futuro presidente metamorfosea a los Plomeros en Limpiadores de Fosas Sépticas: pero ahora, adentro del Watergate, los micrófonos de los Illuminati no son percibidos por aquellos que estaban plantado bichos de los CREEP, a pesar de que ambos fueron subsecuentemente descubiertos por los técnicos que estaban instalando bichos de los BUGGERS. “Es la misma Inteligencia, haciendo diseños infinitos y significativos” continúa el Dr. Leary entusiasmado.



(“Jiii, ji, ji” repite Hagbard por centésimo novena vez.)



“¿El Diablo?” repitió el Padre James Augustine Muldoon “Bien, es una historia muy complicada. ¿Quieres que retroceda hasta el Gnosticismo?”



Saúl, escuchando en una extensión del teléfono, asintió vigorosamente.



“Retrocede todo lo necesario,” dijo Barney “es un asunto complicado el que estamos intentando desenredar aquí”.



“OK, intentaré recordar que no estás en mi clase de teología de Fordham y trataré de ser lo más breve posible”. La voz del cura se desvaneció y luego volvió - probablemente estaba cambiando de teléfono mientras se levantaba de la cama y se sentaba en una silla, supuso Saúl.



“Hubo muchos acercamientos al Gnosticismo,” continuó la voz al momento “todos centrados en la gnosis - la experiencia directa de Dios - que es diferente del mero conocimiento sobre Dios. La búsqueda de la gnosis, o iluminación como se la ha llamado varias veces, tomó muchas formas extrañas, algunas de ellas probablemente similares a los yogas orientales y otras usando las mismas drogas que han redescubierto los rebeldes modernos que están en contra del lento sendero de la religión ortodoxa. Naturalmente, con esa variedad de senderos hacia la gnosis, distintos pilotos han aterrizado en distintas pistas, aunque cada uno insistiese en haber descubierto la verdadera Nueva Jerusalén. De cualquier manera, los místicos están un tanto mal de la cabeza,” el cura añadió cínicamente, “es por eso que la iglesia los encierra en hospitales psiquiátricos a los que eufemísticamente llaman monasterios. Pero me fui por las ramas”.



“Lo que te interesa, supongo, es el Cainísmo y el Maniqueísmo. El primero considera a Caín como una figura especialmente sagrada por haber sido el primer asesino. Tendrías que ser un místico para comprender ese tipo de lógica. La idea es que, al traer el asesinato al mundo, Caín creó una oportunidad para que la gente renuncie al asesinato. Pero luego, otros cainítas fueron más lejos - la paradoja siempre parece crear más paradoja y la herejía crea más herejía - y terminaron glorificando el asesinato, así como otros pecados. La creencia era que debías cometer todos los pecados posibles, para darte luego la oportunidad de ganar una redención verdaderamente difícil. También le daba a Dios la ocasión de ser especialmente generoso al perdonarte. Ideas similares surgieron en el budismo tántrico al mismo tiempo, siendo un gran misterio histórico cual grupo de lunáticos, orientales u occidentales, influyó en el otro. ¿Algo de esto te sirve, hasta aquí?”.



“Algo” dijo Barney.



“Sobre esta gnosis” preguntó Saúl “¿La opinión teológica ortodoxa es que las iluminaciones o visiones provenían del Diablo y no de Dios?”.



“Si. Ahí es donde el Maniqueísmo entra en el cuadro” dijo el Padre Muldoon “los maniqueos culparon con los mismos cargos a la iglesia ortodoxa. De acuerdo a su forma de ver las cosas, el Dios del cristianismo y del judaísmo ortodoxo era el Diablo. El dios al cual contactaban a través de sus ritos peculiares era el dios verdadero. Por supuesto, ésta es la enseñanza de los satanistas de hoy”.



Saúl preguntó, comenzando a intuir cual sería la respuesta “¿Hay alguna relación entre todo esto y la energía atómica?”



“¿La energía atómica? Nada en absoluto… al menos, nada que yo pueda ver…”



“¿Por qué Satán era llamado el Portador de la Luz?” Saúl se lanzó, convencido de estar tras la pista correcta.



“Los maniqueos rechazan el universo físico” dijo el cura lentamente. “Dicen que el dios verdadero, su dios, nunca se rebajaría a mezclarse con la materia. Llaman panurgo al Dios creador del mundo, nuestro Dios Jehová, lo cual hace referencia a una fuerza ciega, estúpida y torpe, más que a un verdadero ser inteligente. El reino en donde habita su dios es puramente espiritual y de luz. Por lo tanto, es llamado el portador de la luz y nuestro universo siempre es llamado el reino de la oscuridad. Pero ellos no conocían la energía atómica por aquellos días, ¿No es así?” La última oración comenzó como una afirmación y terminó como una pregunta.



“Eso es lo que yo estoy preguntando” dijo Saúl. “La energía atómica libera grandes cantidades de luz, ¿No es cierto? Y seguramente haría inmanente el Eskatón si una gran cantidad de poder atómico fuera liberado de golpe ¿No es así?”



“¡Fernando Poo!” exclamó el sacerdote “¿Esto está conectado con Fernando Poo?”



“Comienzo a pensar que sí” dijo Saúl. “También estoy comenzando a pensar en que nos hemos quedado en un solo lugar durante mucho tiempo, y usando un teléfono casi ciertamente intervenido. Mejor nos vamos. Gracias, Padre”.



“De nada, a pesar de que no sé en que están metidos” dijo el cura. “Si piensan que los satanistas controlan el gobierno de los Estados Unidos, algunos sacerdotes estarán de acuerdo con ustedes, especialmente los hermanos Berrigan, aunque no veo cómo puede ser un asunto policial ¿El departamento de Policía de New York tiene ahora una oficina de Asuntos Sagrados?”



“No le hagas caso,” dijo Barney por lo bajo “es muy cínico con respecto al dogma, como la mayoría de los clérigos de hoy en día”.



“Escuché eso” dijo el cura. “Podré ser cínico, pero no creo que el satanismo sea un asunto de risa. Y la teoría de tu amigo es muy viable, a su manera. Después de todo, el motivo de los satanistas para infiltrarse en la iglesia, en los viejos tiempos, era el de desgraciar a la institución en su papel de representante de Dios en la tierra. Ahora, que el gobierno de los Estados Unidos haga lo mismo, bueno… puede ser una broma o una paradoja de mi parte, pero también es la manera en que trabajan sus mentes. Soy un cínico profesional - como todo teólogo debe serlo en estos días, si no quiere parecer un completo idiota ante las mentes escépticas de los jóvenes -, pero soy ortodoxo, o totalmente reaccionario, en lo que respecta a la Inquisición. He leído a todos los historiadores racionalistas, por supuesto, y es verdad que hubo un elemento de histeria en la iglesia por aquel entonces, pero aún así, el satanismo no es menos dañino que el cáncer y la plaga. Es totalmente hostil hacia la vida humana, y de hecho, hacia toda forma de vida. La iglesia tiene buenas razones para temerle. De la misma manera, la gente mayor tiene buenas razones para entrar en pánico con cualquier rastro de resurgimiento del hitlerismo”.



Saúl pensó en las frases crípticas y elusivas de Eliphas Levi: “la monstruosa Gnosis de Manes… los cultos del fuego material…” Y, hace diez años, los hippies reunidos en el pentágono, poniendo flores en los rifles de la Policía Militar, cantando “Sal, demonio, sal”… Hiroshima… la Luz Blanca del Vacío…



“Espere” dijo Saúl “¿No son solamente ideas sobre el asesinato? ¿Para los satanistas, asesinar es una experiencia mística?”.



“Por supuesto” respondió el sacerdote “Ese es el punto - ellos buscan la gnosis, la experiencia personal, no el dogma, que es la palabra de alguien más. Los racionalistas siempre acusan al dogma de provocar fanatismo, pero el peor fanatismo comienza con la gnosis. Los psicólogos modernos están comenzando a comprender algo de esto. ¿Sabes cómo habla la gente que concurre a sesiones grupales de terapia explosiva sobre súbitas erupciones de energía que todo el grupo siente al mismo tiempo? Uno puede obtener el mismo efecto bailando y batiendo tambores; es lo que se llama ‘religión primitiva’. Súmale drogas, y eres un hippie. Hazlo con sexo y eres un brujo, o un Caballero Templario. La participación de un sacrificio animal en una misa tiene el mismo efecto. El sacrificio humano ha sido utilizado por muchas religiones, incluyendo el culto azteca sobre el que todos hemos oído hablar, así como por el satanismo. Los psicólogos modernos dicen que la fuerza liberada es la energía de la libido de la que Freud hablaba. Los místicos le llaman Prana o Luz Astral. Sea lo que sea, el sacrificio humano parece liberar grandes cantidades de eso, más que el sexo, las drogas, la danza con tambores o cualquier otro método menos violento. Y el sacrificio humano masivo desata toneladas de ello. ¿Ahora comprenden por qué le temo al satanismo y disculpo a medias a la Inquisición?”



“Si” dijo Saúl, ausente “y estoy comenzando a compartir su temor…” Una canción que odiaba golpeaba adentro de su cráneo: Wenn das Judenblut vom Messer spritz…



Se dio cuenta de que estaba sosteniendo el teléfono y viendo escenas de hace cuarenta años atrás, en otro país. Se sacudió y volvió a su atención, mientras Muldoon agradecía nuevamente a su hermano y colgaba. Saúl levantó los ojos, y ambos detectives intercambiaron miradas de temor mutuo.



Luego de una larga pausa, Muldoon dijo “No podemos confiar en nadie. Apenas podemos confiar en nosotros mismos”.



Antes de que Saúl le contestara, sonó el teléfono. Era Danny Pricefixer desde la Jefatura “Malas noticias. Había una sola chica en la Confrontación llamada Pat. Patricia Walsh, para ser exactos, y ella…”



“Ya lo sé” dijo Saúl cansinamente “ella también desapareció”.



“¿Qué van a hacer ahora? El FBI está que trina exigiendo saber a donde están ustedes dos, y el Comisionado se las está viendo negras”.



“Diles que desaparecimos” dijo Saúl sucintamente. Colgó cuidadosamente y comenzó a meter los informes nuevamente adentro de la caja.



“¿Y ahora qué?” preguntó Muldoon.



“Nos pasamos a la clandestinidad. Y nos pegamos a esto hasta resolverlo o hasta que nos mate”.



(“¿Cuán extenso es el hijo de puta?” preguntó George, señalando al Danubio, seis pisos debajo de ellos. Se encontraba junto a Stella en su cuarto del Hotel Danau.



“No vas a creerme,” respondió Stella sonriendo, “tiene exactamente mil setecientas setenta y seis millas de largo. Uno-siete-siete-seis, George”.



“¿Cómo el año en que Weishaupt revivió a los Illuminati?”



“Exactamente” Stella sonrió “Te lo repito. La Sincronicidad es tan universal como la gravedad. Cuando comienzas a buscarla, la encuentras en todos lados”.)



“Aquí está el dinero” dijo generosamente Nariz de Banana Maldonado abriendo una valija llena de billetes nuevos y flamantes. (Es 23 de Noviembre de 1963: se encontraron en un banco cercano a la aguja de Cleopatra, en el Central Park: el joven, sin embargo, está nervioso) “Quiero decirte que… mi superior… está muy satisfecho. Esto hará desaparecer definitivamente el poder de Bobby en el Departamento de Justicia, y frenará un montón de investigaciones molestas”.



El joven, Ben Volpe, traga saliva “Mire, Sr. Maldonado, hay algo que debo decirle. Sé cómo se pone la… Hermandad… cuando alguien hace cagadas y las oculta”.



“Tú no la cagaste” dice Nariz de Banana, desconcertado “De hecho tuviste una suerte sorprendente. Freirán a ese tarado de Oswald por esto. Llegó en el momento justo. Fue una verdadera Fortuna… ¡Jesús, María y José!” Nariz de Banana se endereza en su asiento cuando se da cuenta “¿Quieres decir… quieres decir… que fue Oswald quien lo hizo en realidad? ¿Disparó antes que tú?”.



“No, no” Volpe se siente miserable. “Déjeme explicarlo lo más claramente posible. Yo estoy aquí en lo alto del edificio de Registros del Condado de Dallas, como lo planeamos, ¿Si? La caravana de autos dobla por Elm y se dirige al paso subterráneo. Uso la mira amplificadora, moviendo el arma para mirar a los alrededores, sólo para confirmar que tengo detectados a todos los Fedes. Cuando miro hacia la Biblioteca de la Escuela, veo aquel rifle. Ese era Oswald, supongo. Luego compruebo el Grassy Knoll y, maldición, hay otro tipo con un rifle. Me enfrié, no podía comprender. Mientras estoy en ese estado, como un zombi, ladra un perro y entonces el tipo del Grassy Knoll, calmada y tranquilamente, como si estuviera practicando tiro al blanco, dispara tres veces hacia el auto. Eso es todo” concluye Volpe miserablemente. “No puedo aceptar el dinero. La… Hermandad… me freirá el culo si descubre la verdad”.



Maldonado se quedó en silencio, frotando su famosa nariz, como hacía cada vez que debía tomar una decisión difícil. “Eres un buen muchacho, Benny. Te doy el diez por ciento del dinero, sólo por ser honesto. Necesitamos más chicos honestos como tú en la Hermandad”.



Volpe tragó saliva nuevamente, y dijo “Hay algo más que debo decirle. Bajé al Grassy Knoll, luego de que los policías corrieron hasta la Biblioteca. Pensé que podría encontrar al tipo que hizo los disparos dando vueltas por allí y ver cómo era, para decirles a ustedes. Pero se había ido. Aunque esto es lo sombrío: me encontré con otro matón merodeando en el paso triple. Un tipo largo, flaco, y con dientes sobresalientes, que me hizo acordar a una pitón, o alguna especie de víbora. Miró mi paraguas y adivinó lo que contenía. Estaba con la boca abierta. ‘Jesucristo y su bastardo hermano negro Harry’ dijo ‘mierda ¿Cuánta gente hace falta para matar a un presidente hoy en día?’”



(“También les están enseñando perversiones” Jim el Sonriente estaba llegando a su clímax. “Enseñan homosexualidad y lesbianismo en nuestras escuelas, y lo estamos pagando con nuestros impuestos. Bien ¿Eso es, o no es comunismo?”)



“Bienvenido al Club Playboy” dijo la hermosa rubia, “soy su conejita, Virgen”.



Saúl tomó asiento preguntándose si había escuchado correctamente. Virgen era un nombre extraño para una conejita; tal vez ella había dicho Virginia. Si, Virginia, Santa Claus existe.



“¿Cómo desea su bistec, señor?” preguntó la conejita. Un bistec sangriento, para un vampiro.



“Medio cocido” dijo Saúl, preguntándose por qué su mente vagaba en direcciones tan extrañas. (“Erecciones tan extrañas” dijo alguien cercano en la oscuridad - ¿O era un eco distorsionado de su propia voz? -).



“Medio cocido” repitió la conejita, aparentemente hablándole al muro. Muro cocido, pensó Saúl.



Inmediatamente la pared se abrió, y Saúl estaba observando una combinación de cocina y carnicería. Había un novillo a menos de metro y medio de él, pero antes de que pudiera recuperarse de la sorpresa, un hombre con el torso desnudo y una capucha de verdugo medieval llamó su atención. Con un golpe de maza noqueó al novillo, y éste, inconciente, cayó al suelo estrepitosamente. Acto seguido, el verdugo sacó un hacha y le cortó la cabeza; la sangre salió a borbotones del cuello formando un charco carmesí.



La pared se cerró, y Saúl tuvo la horrible sensación de que toda la escena había sido una alucinación - de que estaba volviéndose loco.



“Todas nuestras comidas son educativas, hoy en día” le dijo la conejita al oído. “Creemos que el cliente debe comprender plenamente qué es lo que tiene en la punta del tenedor y cómo llegó allí, antes de dar el primer mordisco”.



“Buen Dios” dijo Saúl, poniéndose de pié. Aquello no era el Club Playboy, era uno de esos antros de lunáticos y sádicos. Tambaleó hasta la puerta.



“No hay salida” dijo suavemente un hombre desde otra mesa mientras él pasaba.



“Saúl, Saúl” murmuró educadamente el maître “¿Por qué me persigues? Hab’ rochmunas”.



“Una droga” dijo Saúl torpemente, “me han drogado”. Por supuesto, eso era - algo similar a la mezcalina o al LSD - y estaban guiando sus alucinaciones proveyéndole los estímulos adecuados. Incluso tal vez estaban simulando algunas de las alucinaciones. Pero ¿Cómo fue que cayó en sus manos? Lo último que recordaba era haber estado en el departamento de Joe Malik junto a Barney Muldoon… No, hubo una voz que dijo “Ahora, Hermana Victoria” mientras salían por la puerta de calle a Riverside Drive…



“Ningún hombre debería casarse con una mujer treinta años menor que él” dijo apenadamente el maître. ¿Cómo sabían eso? ¿Habían investigado toda su vida? ¿Cuánto hacía que lo retenían?



“Me voy de aquí” gritó, empujando a un lado al maître y precipitándose hacia la puerta.



Unas manos intentaron atraparlo, pero fallaron (se dio cuenta de que no fue intento verdadero: estaban dejándolo llegar a la puerta) Al atravesar la puerta comprendió por qué: no estaba en la calle, si no en otro cuarto. Éste era el próximo calvario.



Un rectángulo de luz apareció en la pared; había un proyector en algún lugar en la oscuridad. Una tarjeta, como los textos de las viejas películas mudas, apareció en el rectángulo. Decía:



A TODAS LAS CHICAS JUDÍAS LES GUSTA JUGUETEAR CON MACHOS NEGROS



“Hijos de puta” les gritó Saúl. Seguían trabajando en sus sentimientos por Rebecca. Bien, eso no les llevaría a ningún lado: tenía amplias razones para confiar en la fidelidad de ella, especialmente por su devoción sexual.



La tarjeta desapareció del rectángulo, y en su lugar apareció una foto. Era Rebecca, en camisón, arrodillada. Delante de ella había un enorme hombre negro desnudo, de más de metro ochenta, con un pene igualmente impresionante que ella sostenía sensualmente con la boca. Tenía los ojos cerrados y expresión de felicidad, como si estuviera arrullando a un bebé.



“Hijos de puta” gritó Saúl. “Es falsa. Esa no es Rebecca - es una actriz maquillada. Olvidaron el lunar en su cadera”. Podían drogar sus sentidos, pero no su mente.



Una risa desagradable surgió de la oscuridad. “Prueba con ésta, Saúl” dijo fríamente una voz.



Una nueva foto de deslizó en la pantalla: Era Adolf Hitler en uniforme nazi, y Rebecca, desnuda, dándole la espalda y recibiendo su pene en el recto. Su cara revelaba dolor y placer - y se veía el lunar en su cadera -. Otra falsificación  - Rebecca nació años después de la muerte de Hitler. Pero ellos no pudieron producir el lunar en los treinta segundos posteriores a su reclamo, lo cual significaba que conocían su cuerpo, íntimamente… y también sabían lo escéptica y rápida que era su mente, y estaban preparados para administrarle una serie de sacudidas hasta que algo superara su capacidad de duda.



“¿Ningún comentario?” preguntó la voz burlonamente.



“No creo que un hombre que murió hace treinta años pueda estar cogiendo con cualquier mujer en la actualidad” dijo Saúl secamente. “Sus trucos son vulgares”.



“A veces, con la gente vulgar, nos comunicamos vulgarmente” respondió la voz - aunque esta vez sonaba casi gentil y piadosa -.



Apareció una nueva foto - y esta vez, sin dudas, era Rebecca -. Pero era Rebecca hace tres años, cuando él la conoció. Estaba sentada a la mesa en un departamento barato del East Village, con el look demacrado y lastimoso con el que la recordaba de aquellos días; estaba preparando una jeringa para inyectarse en el brazo. Era algo real, pero lo terrorífico eran sus implicaciones: ellos venían vigilándolo desde hacía mucho tiempo. Tal vez - era difícil fechar la foto precisamente, aunque reconocía el departamento - sabían que se enamoraría de ella antes de que él mismo lo supiese. No; lo más probable es que algún amigo de ella de esa época tomara esa foto, y ellos de alguna manera la encontraron cuando se interesaron en él. Sus recursos deben ser fantásticos.



Una nueva tarjeta apareció en la pantalla;



UNA VEZ QUE SE ES ADICTO, SE ES ADICTO PARA SIEMPRE



Fue seguida rápidamente por otra foto: Rebecca, con el aspecto actual, sentada en la cocina - con las cortinas nuevas color café que habían puesto la semana pasada - nuevamente inyectándose el brazo con una jeringa.



“Ustedes son muy vulgares, Oh poderosos Illuminati” dijo Saúl cáusticamente. “Habría notado las marcas en su brazo, si ella estuviera picándose nuevamente”.



La respuesta no fue verbal: la foto de Rebecca con el gigante negro volvió a la pantalla, seguida por un acercamiento de su cara, los ojos cerrados y la boca abierta recibiendo el pene. El foco era perfecto, el trabajo de un artista con la cámara, y no pudo ver ningún signo de maquillaje que pudiera ayudar a otra mujer a pasar por Rebecca. Mantuvo en la memoria la falta del lunar en su cadera, pero, perversamente, su mente tanteó la otra posibilidad - el maquillaje puede cambiar una cara, y también puede esconder un lunar… ellos querían que él usara su escepticismo para poder destruirlo gradualmente, y en el proceso, minar toda su psiquis… otro mensaje apareció en la pantalla:



PODEMOS LLAMAR ‘NUESTRAS’ A ESTAS CRIATURAS DELICADAS, PERO NO A SUS APETITOS



Saúl recordó, muy bien, la pasión de Rebecca en la cama. “Shakespeare” dijo roncamente. “Demostrar erudición es peor que ser vulgar. Es vanidad de pequeño burgués”.



La respuesta fue brutal: una serie completa de diapositivas, tal vez quince o veinte en total, pasaron por la pantalla en una sucesión tan rápida que no pudo examinarlas cuidadosamente, aunque el personaje principal era Rebecca, siempre Rebecca, Rebecca con el gigante negro en distintas posiciones sexuales, Rebecca con otra mujer, Rebecca con Spiro Agnew, Rebecca con un niño de siete años, Rebecca, Rebecca en un crescendo de perversión y anormalidad, Rebecca con un perro San Bernardo - y una onda sinusoide color menta, parte del efecto de la droga que aún trabajaba en él, cruzando toda la escena…



“Los verdaderos sádicos tienen estilo” Saúl carraspeó luchando para controlar su voz. “Ustedes son tan malignos y amenazantes como una película mala de clase B”.



Hubo un zumbido mecánico y comenzó una película. Era Rebecca teniendo sexo con el San Bernardo, con muchos acercamientos, y sus expresiones eran las que él conocía. ¿Puede una actriz retratar el estilo individual de respuesta sexual de otra mujer? Si - de ser necesario, esta gente usaría la hipnosis para obtener el efecto perfecto.



La película se interrumpió abruptamente y el proyector mostró otro mensaje para él, mantenido en la pantalla durante minutos:



SÓLO EL LOCO ESTÁ ABSOLUTAMENTE SEGURO



Cuando se dio cuenta de que no habría progreso hasta que no hablara, Saúl dijo fríamente “Muy entretenido. ¿Adónde voy para derrumbarme hecho un manojo de neurosis?”



No hubo respuesta. No hubo sonidos. Nada sucedió. Entrevió un enrejado de pentágonos rojos, pero era la droga - y esto le ayudó a identificarla, porque los patrones geométricos eran característicos de la experiencia con mezcalina -. Mientras consideraba esto, las ondas sinusoides color menta aparecieron sobre los pentágonos y la pantalla le dio un nuevo mensaje:



¿QUÉ PARTE ES POR LA DROGA?



¿QUÉ PARTE ES POR NUESTROS TRUCOS?



¿QUÉ PARTE ES REAL?



Repentinamente, Saúl estaba a bordo de un crucero en Copenhagen, cerca de la sirena del puerto. Ella se volvió y lo miró. “Este caso huele a pescado” dijo, y mientras hablaba un montón de pececitos salían de su boca. “Soy una criadora bucal”, explicó.



Saúl tenía una reproducción de la famosa estatua en su casa (lo cual sería la fuente de la alucinación), pero a pesar de eso, se sentía extrañamente perturbado. Sus palabras puntuales parecían contener un significado más profundo que la mera referencia casual al atentado en Confrontación… algo anterior… algo de toda su vida… y explicaba por qué había comprado la estatua en primer lugar.



Estoy a punto de tener una de esas famosas revelaciones de las que siempre hablan los hippies, pensó. Pero la sirena se rompió en pentágonos rojos, naranjas, amarillos…



Un unicornio le guiñó un ojo. “Hombre,” dijo, “¡Estoy muy caliente!”



Aquellos dibujos que hice el otro día, pensó Saúl… pero la pantalla le preguntó:



¿UN PENSAMIENTO SOBRE UNICORNIOS, ES UN PENSAMIENTO REAL?



… Y súbitamente comprendió por primera vez lo que significaban las palabras “un pensamiento real”; lo que Hegel quería decir al definir a la Idea Absoluta como el pensamiento puro pensando en el pensamiento puro; lo que quería decir el Obispo Berkeley al negar la realidad del mundo físico, en aparente contradicción con toda experiencia humana y sentido común; lo que todo detective esperaba encontrar secretamente, a pesar de que se encontraba al descubierto; la razón por la que se convirtió en detective; el por qué del universo; el por qué de todo; y luego lo olvidó; tuvo un rápido atisbo de ello nuevamente - tenía algo que ver con el ojo en la cúspide de la pirámide; y lo perdió nuevamente entre visiones de unicornios, caballos, zebras y barras, barras, barras.



Ahora, todo su campo visual era alucinatorio… octágonos, triángulos, pirámides, formas orgánicas embrionarias y helechos crecientes. La droga estaba dominándolo más fuertemente. Aparecieron criminales que había enviado a la cárcel - rostros hoscos y llenos de odio - y la pantalla dijo:



GOODMAN ES UN HOMBRE MALO



Rió para no llorar. Habían tocado la duda más profunda con respecto a su trabajo - su carrera, la labor de toda una vida - precisamente en el mismo instante en que la droga lo guiaba allí, con todas esas malditas caras acusadoras. Era como si pudieran leer su mente y ver sus alucinaciones. No; era sólo una coincidencia afortunada, porque entre todos sus trucos, estadísticamente era probable que uno ocurriera en tándem con la experiencia apropiada de la droga.



MIENTRAS HAYA UN ALMA EN PRISIÓN, NO SOY LIBRE



Saúl rió nuevamente, más abierta e histéricamente; y supo, con más claridad que antes, que había lágrimas escondidas detrás de la risa. La prisión no reforma a nadie; he desperdiciado mi vida; le ofrezco a la sociedad una ilusión de seguridad, pero no un servicio verdadero. Peor aún, lo supe durante años y me mentí a mi mismo. El sentimiento de fracaso total y de amargura absoluta que bañaba a Saúl en ese momento no era producido, si no magnificado por la droga. Había estado en él durante mucho, mucho tiempo, pero siempre lo hacía a un lado, lo borraba de su atención concentrándose en alguna otra cosa; la droga simplemente le permitía (lo obligaba a) mirar honestamente a la emoción durante unos pocos instantes dolorosos.



Una puerta se iluminó a su derecha, sobre ella había un letrero de neón que decía “Absolución y Redención”



“OK” dijo fríamente “haré la siguiente movida”. Abrió la puerta.



El cuarto era pequeño, pero estaba decorado como el burdel más caro del mundo. Sobre la cabecera de la cama había una ilustración de Alicia, con un hongo que decía “Cómeme”. Y recostada en la cama, ya sin su disfraz de Playboy, rosada y bellamente desnuda con sus piernas abiertas anticipadamente, estaba la conejita rubia. “Buenas noches” dijo hablando velozmente y clavando los ojos en su mirada. “Soy su Conejita Virgen. Todos los hombres desean una Conejita Virgen para comerla en Pascua y celebrar el milagro de la Resurrección. ¿Comprende el milagro de la Resurrección, señor? ¿Sabe que nada es verdad, que todo es permisible y que el hombre que se atreve a romper el condicionamiento robótico de la sociedad y comete adulterio, muere en el momento del orgasmo junto a su ramera y resucita a una nueva vida? ¿Le enseñaron eso en la schule? ¿O solamente lo llenaron de mierda monogámica yiddish?”. La mayoría de los hipnotistas hablan lentamente, pero ella estaba obteniendo el mismo efecto hablando rápido. “Ibas a comer un animal muerto lo cual es desagradable, a pesar de que esta loca sociedad lo acepte como normal, en cambio, ahora vas a comerte una mujer deseable (y luego a cogerla) lo cual es normal, a pesar de que esta loca sociedad piense que es desagradable. Eres un Illuminati, Saúl, aunque no lo sepas. Esta noche aprenderás. Encontrarás tu verdadero ser, el que eras antes de que tus padres te concibieran. Y no estoy hablando de reencarnación. Estoy hablando de algo mucho más maravilloso”.



Saúl encontró su voz. “Aprecio tu oferta, pero no la acepto” dijo. “Francamente, tu misticismo me parece más adolescente que tu vegetarianismo sentimental y tu burda lascivia. El problema de los Illuminatti es que no tienen un sentido verdadero del drama y ni una pátina de sutileza”.



Los ojos de la chica se iban abriendo a medida que él hablaba, pero no estaba sorprendida por su reticencia - estaba realmente alarmada y apenada por él, o era una gran actriz -. “Que mal” dijo tristemente “has rechazado el Paraíso, así que deberás recorrer el duro sendero a través de los muros del Infierno”.



Saúl escuchó un movimiento detrás de él, pero antes de poder girar sintió un pinchazo en el cuello: una aguja, otra droga. Mientras deducía que debían haberle dado una droga psicodélica más fuerte para vigorizar el efecto, sintió que la conciencia se le escapaba. Era un somnífero o un veneno.



El camión arrancó con una sacudida: vamos a ver al mago, al maravilloso mago de tos. ¿Qué fue lo que me dijo Hagbard cuando nos conocimos, sobre líneas rectas, tribunales y esa mierda? No podía recordarlo, mi mente vagaba, Joseph K. abriendo un libro de leyes y encontrando ilustraciones eróticas (Kafka sabía adonde estaba), de Sade llevando un recuento matemático preciso en el burdel de cuantas veces había azotado a las putas y cuantas veces ellas lo habían azotado a él, los nazis contando cada trocito de oro en los cadáveres de Auschwitz, los eruditos de Sheakespeare debatiendo sobre esa línea en Macbeth (¿eran las bancas o los bancos del tiempo?), el prisionero debe acercarse a la banca, puedes guardarlo en el banco, amigo, en el banco… LOS CERDOS COMEN MIERDA, LOS CERDOS COMEN MIERDA… y Pound, que escribió “el puto banco”, rechazaba a Freud, pero a pesar de eso él tenía un indicio del verdadero secreto… cómo un homosexual domina ominosamente a otro…



“Mi Dios” dijo el inglés “¿Cuándo saldremos de la zona de gas lacrimógeno?”



“Ya hemos salido” le dije, fastidiado. “Éste es el aire ordinario actual de Chicago. Cortesía de Bienes Públicos Edison y Aceros E. U. en Gary”.



La mujer McCarthy lloraba en silencio a pesar de que la Pimienta ya había desaparecido. El resto de nosotros también viajaba en silencio, una pequeña caravana con mocos y lágrimas secas, con el olor a queso parmesano del vómito rancio, el perfume acre remanente del gas Pimienta, el de la orina de alguien que se había meado encima y los aromas del alto dióxido de azufre y del matadero al sur de Chicago. La virtud de la misericordia es forzada. Gotea como el pus de una úlcera. Abandonad toda esperanza, vosotros que entráis aquí. El presidente Mao apareció y nos leyó “Ho es un aficionado a la poesía. Ahora, si quieren escuchar algunos verdaderos versos socialistas, presten atención a mi última composición:



Una señorita de Nevada

Comió todo un plato de habas

Las habas estaban fermentadas

Y ella se avergonzaba

¡Por los pedos molestos que se tiraba!



… esto indica la orientación anal de la sociedad capitalista” explicó, convirtiéndose en un charco de sangre en el piso, cerca del chico con el brazo quebrado.



(En 1923, Adolf Hitler se irguió frente a un altar piramidal y repitió las palabras del hombre con cabeza de macho cabrío: “Der Zwek heiligte die Mittel”. James Joyce, en París, garabateó en crayón las palabras que su secretario, Samuel Beckett, más tarde mecanografiaría: “El hombre Pre-austérico persigue a la mujer Pan-histérica”. En Brooklin, New York, Howard Phillips Lovecraft estaba retornando de una fiesta en la que Hart Crane se había comportado de manera perfectamente atroz - lo cual confirma el prejuicio del Sr. Lovecraft contra los homosexuales - cuando encuentra una carta en su buzón y la lee distraídamente: “Sería mejor que algunos de los secretos revelados en sus historias recientes permanecieran fuera de la luz de la edición. Créame, le hablo como amigo, pero hay algunos que prefieren que dichos conocimientos seudo olvidados permanezcan en la oscuridad actual, y ellos son enemigos formidables para cualquier hombre. Recuerde lo que le sucedió a Ambrose Bierce…” Y, en Boston, Robert Putney Drake grita: “Mentiras, mentiras, mentiras. Todo es mentira. Nadie dice la verdad. Nadie dice lo que piensa…” su voz se va perdiendo.



“Continúe” dice el Dr. Besetzung “lo está haciendo bien. No se detenga”.



“¿Para qué?” responde Drake, vacío de su furia, girando en el diván para mirar al psiquiatra “para usted es solamente una emoción reprimida, una actuación o una cosa cínica. Usted no puede creer que yo tenga razón”.



“Tal vez sí puedo. Tal vez estoy más de acuerdo con usted de lo que usted cree” El doctor mira por encima de su libreta y encuentra los ojos de Drake. “¿Usted está seguro de no estar simplemente presuponiendo que yo voy a reaccionar de la misma forma que el resto de la gente a la que intentó contarle todo esto?”.



“Si usted está de acuerdo conmigo” dice Drake cuidadosamente “si comprende realmente lo que estoy diciendo, usted debe ser el dueño de un banco, allí afuera en la jungla junto a mi padre, tomando su parte del botín, o usted es un revolucionario tira-bombas, como esos tipos Sacco y Vanzetti. Esas son las únicas dos opciones que tienen sentido”.



“¿Las únicas dos opciones? ¿Debemos ir de un extremo al otro?”.



Drake mira el cielorraso y habla abstractamente: “Usted debió estudiar medicina, antes de especializarse. ¿Conoce algún caso en el que los gérmenes se hayan dado por vencidos y se hayan retirado porque el hombre al que estaban destruyendo tenía un carácter noble o sentimientos dulces? ¿El bacilo de la tuberculosis abandonó los pulmones de John Keats porque tenía dentro suyo cientos de grandes poemas todavía sin escribir? Usted debe haber leído algo de historia, y aunque nunca haya estado en la línea de fuego como yo: ¿Recuerda alguna batalla que refute el aforismo de Napoleón que dice que Dios siempre está del lado del que posee los cañones más grandes y los mejores estrategas? Éste bolche, en Rusia, Lenin, ordenó que todas las escuelas enseñaran ajedrez ¿Sabe por qué? Él decía que el ajedrez provee una lección que todos los revolucionarios deben aprender: que si usted no moviliza sus fuerzas correctamente, pierde. No importa cuan alta sea su moralidad, no importa cuan majestuosa sea su meta: luche sin piedad y use cada gramo de su inteligencia o perderá. Mi padre comprende eso. La gente que maneja el mundo lo comprende. Un general que no lo entiende, vuelve a teniente segundo o algo peor. Vi cómo destruían a un pelotón entero, exterminado como un hormiguero bajo una bota. No porque fueran inmorales, degenerados o porque no creyeran en Jesús. Fue porque en ese lugar y ese día los alemanes tenían un poder de fuego superior. Esa es la ley, la única ley verdadera del universo, y todo lo que la contradiga - todo lo que enseñan en escuelas e iglesias - es mentira” dice apáticamente. “Sólo una mentira”.



“Si usted realmente cree eso,” pregunta el doctor, “¿Por qué todavía sufre de pesadillas e insomnio?”.



Los ojos azules de Drake contemplan el cielorraso “No lo sé” dice finalmente. “Es por eso que estoy aquí”.)



“Moon, Simon” llamó el Sargento desde el escritorio.



Me adelanté, mirándome a través de sus ojos: barba, ropas militares holgadas y llena de manchas (mis propios mocos y el vómito de alguien). El arquetípico comunista hippie revolucionario, indecente, mugriento y desagradable.



“Bien” dijo “otra brillante rosa roja”.



“Usualmente soy más pulcro,” le dije tranquilamente, “pero cuando te arrestan en éste pueblo terminas un tanto estropeado”.



“La única forma de que te arresten en este pueblo es porque infringiste la ley” dijo ceñudo.



“La única forma de que te arresten en Rusia es porque infringiste la ley” respondí sonriente. “O por error” agregué.



Eso no cayó nada bien. “Un tipo listo” dijo gentilmente “Aquí nos agradan los tipos listos”. Consultó mis cargos “Lindos antecedentes para una sola noche, Moon. Revuelta, acción violenta en turba, ataque a un oficial, resistencia al arresto y disturbios contra la paz. Lindo”.



“Yo no estaba haciendo disturbios contra la paz” dije “estaba haciendo disturbios contra  la guerra” robé esa línea a Ammon Hennacy, un anarquista que mamá siempre citaba. “El resto de los cargos son pura mierda también”.



“Te conozco” dijo de repente. “Eres el hijo de Tim Moon. Bien, bien, bien. Un anarquista de segunda generación. Supongo que te encerraremos tan a menudo como lo encerramos a él”.



“Supongo,” dije “al menos hasta la Revolución. Luego, nosotros no vamos a encerrarlos a ustedes. Vamos a establecer bellos campos en lugares como Wisconsin y los enviaremos allí para que aprendan libremente algún oficio útil. Creemos que los policías y los políticos pueden ser rehabilitados. Pero si no quiere ir a los campos y aprender oficios productivos, no tiene por qué hacerlo. Podrá vivir de la Asistencia Social”.



“Bien, bien, bien” dijo “Igual que tu viejo. Supongo que si miro para otro lado cuando los muchachos te lleven allá atrás para trabajar un poco sobre ti, seguirás haciendo los mismos chistecitos”.



“Temo que si” sonreí “¡Es el carácter nacional de los irlandeses, ya sabe! Vemos el lado divertido de las cosas”.



“Bien,” dijo pensativo (estaba terriblemente encariñado con esa palabra) “espero que le encuentres el lado divertido a lo que te espera. Serás procesado por el Juez Bushman. Desearás haberte caído sobre una motosierra. Saluda a tu padre de mi parte. Dile que Jim O’Malley le manda saludos”.



“Está muerto” dije.



Miró la lista de cargos. “Lamento escuchar eso” murmuró. “Nanetti, Fred” gritó, y el chico con el brazo quebrado se adelantó.



Un oficial me llevó para tomar mis huellas digitales. El tipo era una computadora: “Mano derecha”. Le di mi mano derecha. “Mano izquierda”. Le di mi mano izquierda. “Siga al oficial”. Seguí al oficial y me tomaron la foto. Pasamos por un par de salas y en una sección solitaria el policía me golpeó repentinamente en la parte baja de la espalda con su porra, en el punto exacto (conocía bien su oficio) como para darme problemas de hígado durante un mes. Gruñí, pero me negué a decir cualquier otra cosa que me hubiera asegurado otra golpiza. “Marica panza amarilla” me dijo.



Igual que en Biloxi, Mississippi: un policía es bueno, otro es simplemente impersonal y un tercero es un maldito bastardo - aunque en realidad eso no importa -. Son parte de la misma maquinaria, y lo que sale al final de la línea es el mismo producto, cualquiera sea la actitud. Estoy seguro que Buchenwald era lo mismo: algunos de los guardias trataban de ser lo más humanos posible, otros simplemente hacían su trabajo y otros hacían hasta lo imposible para empeorar la vida de los prisioneros. No interesa: al final la máquina produce el efecto para el cual fue diseñada.



El Juez Bushman (le dimos AUM dos años más tarde, pero esa es otra historia que está por llegar) me miró con su famoso ceño de King Kong. “Éstas son las reglas” dijo. “Esto es una causa procesal. Puede hacer un alegato o quedarse callado. Si hace el alegato, tiene derecho a cambiarlo durante el juicio. Cuando propongo una fianza, usted puede salir pagando el diez por ciento al alguacil. Solamente efectivo, nada de cheques. Si usted no posee efectivo, va a la cárcel inmediatamente. Su gente tiene maniatada a la ciudad, y los garantistas están demasiado ocupados como para cubrir todas las cortes, y de pura mala suerte, usted ha aterrizado en una corte que ellos no están cubriendo”. Giró hacia el alguacil. “Lista de cargos” dijo. Leyó el registro de mi carrera criminal urdida por el oficial de arresto. “Cinco delitos en una sola noche. Eres una mala hierba, ¿Eh Moon? El juicio será el quince de Septiembre. La fianza será de diez mil dólares. ¿Tienes mil dólares?”.



“No” le dije, preguntándome cuantas veces habría dicho ese discurso aquella noche.



“Un momento” dijo Hagbard, materializándose en la sala. “Yo pagaré la fianza de éste hombre”.



SR. KHARIS: ¿El Sr. Celine sugiere seriamente que el Gobierno de los Estados Unidos necesita un guardián?



SR. CELINE: Simplemente estoy ofreciendo una salida para su cliente. Cualquier individuo particular con semejante prontuario de asesinatos y robos incesantes sería feliz alegando demencia. ¿Insiste que su cliente estaba en posesión de sus facultades mentales en Wounded Knee? ¿En Hiroshima? ¿En Dresden?



JUEZ IMMHOTHEP: Se está haciendo el chistoso, Sr. Celine.



SR. CELINE: Nunca he sido más serio.



“¿Cuál es su relación con este joven?” preguntó Bushman, rabioso. Había estado al borde del orgasmo cuando los policías comenzaban a arrastrarme a prisión, y ahora estaba ahogando cierto tipo de equivalente repugnante y sadomasoquista del coitus interruptus.



“Él es mi esposa” dijo Hagbard tranquilamente.



“¿Qué?”



“Esposa por concubinato” continuó Hagbard. “El matrimonio homosexual no está permitido en Illinois. Pero la homosexualidad per se no es un crimen en este estado, así que no haga olas, su señoría. Déjeme pagar y llevarlo a casa”.



Era demasiado. “Papi” dije, mariconeando como nuestro amigo el Padre. “Eres lo más grande”.



El Juez Bushman parecía estar a punto de acostar a Hagbard de un martillazo en la cabeza, pero se controló. “Cuente el dinero” le dijo al alguacil. “Asegúrese de que haya pagado cada centavo” Y nos dijo “los quiero fuera de esta corte lo más rápido posible. Te veré el quince de Septiembre” añadió, mirándome.



SR. KHARIS: Creemos haber demostrado la necesidad de esta represa. Creemos haber demostrado que la doctrina de propiedad en litigio se encuentra en terreno constitucional, y que ha sido aplicada en numerosos casos similares. Creemos haber demostrado que el plan de reasentamiento ofrecido por el gobierno no provocará privaciones a los demandantes…



“Putos de mierda” dijo el policía mientras salíamos.



“Salve Discordia” le dije alegremente. “Salgamos de esta vecindad” añadí para Hagbard.



“Mi auto está allí” dijo, señalando un maldito Mercedes.



“Para ser anarquista, vives muy parecido a un capitalista” comenté mientras entrábamos en la bella máquina hecha de labor y plusvalía robadas.



“No soy masoquista” respondió Hagbard. “El mundo ya es suficientemente incómodo. No veo la razón para hacerlo aún más incómodo. Y que me parta un rayo si yo manejara un cacharro semidestruido que pasara la mitad del tiempo en un taller siendo reparado, solo para parecer mas ‘comprometido’ ante los ojos de tus izquierdistas bobos. Además,” añadió pragmáticamente “la policía nunca detiene y revisa un Mercedes. ¿Cuántas veces por semana eres detenido y agobiado por tu barba y tu Wolkswagen sicodélico, tonto moralista?”.



“Las suficientes como para tener miedo de llevar drogas” admití.



“Éste auto está repleto de drogas” dijo, gozoso “mañana tengo que hacer una entrega grande a un dealer en Evanston, en el campus del noroeste”. 



“¿También estás en el negocio de las drogas?”



“Estoy metido en cada negocio ilegal que existe. Cada vez que el gobierno declara que algo es verboten, dos grupos se mueven al servicio del mercado negro: la Mafia y el LDD. Esto es por Los Dealers Delicados”.



“Pensé que era por Loquitos Dementes Descabellados”.



Rió. “Un punto para Moon. De veras, soy el peor enemigo del gobierno, y la mejor protección para la persona común. La Mafia no tiene ética, ya sabes. Si no fuera por mi grupo y por nuestros años y años de experiencia, todas las cosas que hay en el mercado negro, desde las drogas hasta las pieles canadienses, serían de bajísima calidad y poco fiables. Impedimos que el consumidor malgaste su dinero. La mitad de la droga que vendes probablemente haya pasado por mis agentes antes de llegar a ti. La mejor mitad”.



“¿Qué fue todo ese asunto homosexual? ¿Estabas jodiendo al viejo Bushman?”



“Entropía. Volver curva la línea recta”.



“Hagbard” dije “¿Cuál es tu juego?”.



“Demostrar que el gobierno es una alucinación en la mente de los gobernantes” dijo rígidamente. Doblamos en Lake Shore Drive y fuimos hacia el norte.



“Jubela: ¿Te ha dicho la Palabra?” preguntó el hombre con cabeza de macho cabrío.



El negro gigantesco dijo “Lo golpeé y torturé, pero no reveló la Palabra”.



“Jubelo: ¿Te ha dicho la Palabra?”



La criatura con aspecto de pez dijo “Atormenté e irrité su espíritu, Maestro, pero no reveló la Palabra



“¿Y a ti Jubelum? ¿Te ha dicho la Palabra?”



El enano jorobado dijo “Corté sus testículos y permaneció mudo, corté su pene y permaneció mudo. No me dijo la Palabra”.



“Un fanático” dijo la cabeza de macho cabrío. “Es mejor que esté muerto”.



Saúl Goodman trató de moverse. No pudo contraer ni un solo músculo: la última droga había sido un narcótico poderoso. ¿O había sido un veneno? Trataba de convencerse de que la razón por la cual se hallaba paralizado y dentro de un ataúd, era porque intentaban quebrar su razón. Pero se preguntaba si los muertos no pensarían lo mismo mientras intentaban escapar del cuerpo antes de que se pudriera.



Mientras cavilaba, la cabeza de macho cabrío se inclinó y cerró la tapa del féretro. Saúl quedó solo en la oscuridad.



“Retírate primero, Jubela”.



“Si, Maestro”.



“Ahora retírate tú, Jubelo”.



“Si, Maestro”.



“Ve último, Jubelum”.



“Si, Maestro”.



Silencio. Solitario en la oscuridad del ataúd, Saúl no podía moverse. No debo volverme loco, pensó.



Howard encontró al Lief Erikson y cantó “Oh, por fin, por fin, por fin/ Una vez más me encontraré con Celine”. El bruñido Bentley de Maldonado avanzó por el sendero hacia la casa del “Financista-filántropo más conocido de América”, Robert Putney Drake. (Luís marchó hacia la Viuda Roja manteniendo su dignidad. Un viejo con una extraña túnica se abrió paso entre la multitud para llegar al frente, temblando de exaltación. La cuchilla se elevó: la muchedumbre aguantó la respiración. El viejo intentaba mirar a Luís a los ojos, pero el rey no podía enfocarlos. La cuchilla cayó: el gentío exhaló. Mientras la cabeza rodaba hasta la canasta, el viejo levantó los ojos extasiado y gritó “¡Jacques de Molay, estás vengado!”) El profesor Glynn daba lectura en su clase de historia medieval (Dean Deane estaba distribuyendo la Declaración Fresa en el mismo campus al mismo tiempo) y dijo “El verdadero crimen de los Templarios, de cualquier manera, fue asociarse a los Hashishim”. George Dorn, apenas escuchando, se preguntaba si debía unirse a Mark Rudd y a los otros que deseaban cerrar Columbia completamente.



“Y las novelas modernas son lo mismo” continuó Jim el Sonriente. “Sexo, sexo y sexo - y ni siquiera sexo normal -. Todo tipo de sexo enfermo, pervertido, degenerado, anti-natural, sucio y desviado. Así es cómo nos van a enterrar, como dijo el Sr. Kruschef, sin disparar una sola bala”.



La luz del sol despertó a Saúl Goodman.



La luz del sol y una jaqueca. Una resaca de la combinación de drogas.



Estaba en una cama y sus ropas habían desaparecido. No había dudas sobre lo que vestía: una bata de hospital. Y el cuarto - que podía atisbar con el sol de frente - tenía el aspecto moderno, penitenciario y sombrío de un típico hospital americano.



No escuchó la puerta, pero un hombre trigueño de mediana edad con delantal de médico entró en la habitación. Llevaba una tablilla con sujetapapeles; varias lapiceras asomaban del bolsillo de su delantal; sonrió benignamente. Sus gafas negras de gruesos marcos de nácar y su corte de cabello militar lo señalaban como un típico hombre optimista y activo de su generación, sin los recuerdos de la Gran Depresión y de la II Guerra Mundial que provocaba ansiedad a los coetáneos de Saúl, ni las pesadillas nucleares que provocaban rabia y alienación en la juventud. Obviamente debería considerarse liberal, pero debería votar como un conservador la mayoría de las veces. 



Un imbécil sin remedio.



A menos que no fuera nada de esto, si no otro de sus agentes haciendo una actuación muy convincente.



“¿Y bien?” dijo, reluciente “¿Se siente mejor Sr. Muldoon?”



Muldoon, pensó Saúl. Aquí vamos - otro paseo por su idea kitsch de El Corazón de las Tinieblas.



“Mi nombre es Goodman” dijo brevemente. “Soy tan irlandés como Moishe Dayan”.



“Oh, ¿Todavía estamos jugando ese jueguito, eh?” el hombre habló amablemente. “¿Todavía es detective?”



“Vete a la mierda” dijo Saúl, ya sin ánimos de defenderse con ingenio e ironía. Cavó en su hostilidad e hizo una trinchera de antipatía y brevedad malhumorada.



El hombre acercó una silla y se sentó. “En realidad,” dijo “esos síntomas remanentes no nos preocupan demasiado. Usted se encontraba en un estado mucho peor cuando lo trajeron, hace seis meses. Dudo que lo recuerde. El electroshock borró piadosamente una gran parte del pasado cercano, lo cual es muy útil en casos como el suyo. ¿Sabe que usted atacaba físicamente a la gente en la calle, y que intentó atacar a enfermeras y camilleros durante su primer mes aquí? Su paranoia era muy aguda en ese momento Sr. Muldoon”.



“Cállate, imbecil” dijo Saúl. Cerró los ojos y volteó hacia el otro lado.



“Ahora es una hostilidad moderada” continuó el hombre, brillante como un pájaro en el césped de la mañana. “Unos meses atrás usted habría tratado de estrangularme. Déjeme mostrarle una cosa”. Hubo un sonido de papeles.



La curiosidad venció a la resistencia: Saúl se volvió y miró. El hombre sostenía una licencia de conductor del estado de New Jersey a nombre de “Barney Muldoon”. La foto era de Saúl. Saúl sonrió maliciosamente, mostrando descreimiento.



“¿Niega reconocerse?” preguntó el hombre.



“¿Dónde está Barney Muldoon?” preguntó Saúl a su vez “¿Lo tienen en otra habitación tratando de convencerlo de que es Saúl Goodman?”



“¿Dónde está…?” repitió el “doctor”, luciendo genuinamente desconcertado. “Ah, si, admite conocer el nombre, pero afirma que se trata de un amigo. Igual que el violador que tuvimos aquí hace un tiempo. Él decía que todas las violaciones habían sido cometidas por su compañero de cuarto, Charlie. Bien, probemos otra táctica. ¿Sigue creyendo que toda esa gente a la que golpeó en la calle - y una conejita del Club Playboy a la que intentó ahorcar - eran agentes de estos, eh, Iluminados Prusianos?”.



“Esto es una mejora” dijo Saúl. “Una combinación muy intrigante de realidad y fantasía, mucho mejor que los esfuerzos anteriores de tu grupo. Déjame escuchar el resto”.



“Usted piensa que es sarcástico” dijo el hombre tranquilamente. “De hecho, detrás de eso, su recuperación marcha muy bien. Usted verdaderamente quiere recordar, a pesar de su lucha por mantener éste mito de Goodman. Muy bien: ud. tiene sesenta años y es oficial de la policía de Trenton, New Jersey. Nunca ascendió a detective, y esa es la gran aflicción de su vida. Su esposa se llama Molly y tiene tres hijos - Roger, Kerry y Gregory de veintiocho, veinticinco y veintitrés años. Hace algunos años comenzó un juego con su esposa; al principio ella pensó que era inofensivo, pero descubrió, para su desventura, que no lo era. El juego consistía en que usted simulaba ser un detective y, tarde a la noche, le contaba sobre los casos importantes en los que trabajaba. Gradualmente fue construyendo el caso más importante de todos - la resolución de los asesinatos de la década pasada en América -. Eran el trabajo de un grupo llamado Illuminati, integrado por jerarcas nazis sobrevivientes que nunca fueron capturados. Usted comenzó a hablar más y más de su líder - Martin Borman, por supuesto - e insistía en tener una pista de su paradero. Para cuando su esposa se dio cuenta de que el juego se había vuelto realidad para usted, ya era tarde. Usted ya sospechaba que sus vecinos eran agentes Illuminati, y su odio por el nazismo lo llevó a creer que era un judío que había adoptado un nombre irlandés para evitar el antisemitismo americano. Éste engaño en particular provocó en usted un sentimiento agudo de culpa, la cual nos costó mucho tiempo comprender. Finalmente descubrimos que era la proyección de la culpa que usted sentía por el hecho de ser policía. Pero, tal vez a esta altura, le sería de gran ayuda para la lucha por su auto-reconocimiento (y para abortar su lucha igual y opuesta por el escapismo) si le leo parte de un reporte de su caso, redactado por uno de nuestros psiquiatras más jóvenes ¿Desea escucharlo?”.



“Adelante” dijo Saúl “todavía lo encuentro divertido”. El hombre revisó los papeles que llevaba en la tablilla y sonrió condescendiente “Ah, veo que son los Illuminati Bávaros, no los Iluminados Prusianos, disculpe mi error”. Pasó algunas páginas más. “Aquí está” dijo.



“La raíz de los problemas del paciente” comenzó a leer “puede encontrarse en el trauma provocado por una escena primitiva reconstruida a través del narco-análisis. A los tres años de edad descubrió a sus padres en el acto de fellatio y fue encerrado en su habitación acusado de ‘espiar’. Esto le dejó un terror permanente a ser encerrado y piedad hacia cualquier prisionero. Desafortunadamente, este factor de su personalidad, el cual podría haber sublimado sin problemas convirtiéndose en un trabajador social, se agravó por culpa de hostilidades edípicas irresueltas y por una reacción formativa inclinada a favor de ‘espiar’, lo cual lo condujo a ser policía. El criminal se convirtió en un símbolo paternal, y era encerrado como venganza por haberlo encerrado a él; al mismo tiempo, el criminal era una proyección del ego, que recibía una gratificación masoquista al identificarse con el prisionero. El deseo homosexual, profundamente arraigado, por el pene del padre (presente en todos los policías) fue impugnado negando al padre, lo cual logró rechazando a los ancestros paternos, borrando toda traza de catolicismo irlandés en la memoria de su ego, sustituyéndolos por la cultura judía, que al tratarse de una minoría perseguida, reforzó su masoquismo básico. Finalmente, como todos los paranoicos, el sujeto cree poseer una inteligencia superior (aunque en realidad solamente logró ciento diez puntos en la escala de IQ de Stanford-Binet en el test del Departamento de Policía de Trenton) y su resistencia a la terapia tomará la forma de ‘ser más listo’ que los médicos, encontrando ‘pistas’ que revelarán que ellos son, también, agentes de los Illuminati y que su identidad ficticia de ‘Saúl Goodman’ es, de hecho, su verdadera identidad. Para propósitos terapéuticos, recomendaría…” el “doctor” se detuvo. “Lo que sigue” dijo brevemente “no es de interés para usted. Bien,” añadió tolerante “¿Desea señalar ‘errores’ en esto?”.



“Nunca en mi vida estuve en Trenton” dijo Saúl, fastidiado. “Y no conozco absolutamente nada de Trenton. Pero me dirás que son memorias borradas. Movámonos a un nivel más profundo de combate, Herr Doktor. Estoy casi convencido de que mis padres nunca practicaron la fellatio en sus vidas. Eran muy chapados a la antigua”. Esto era el corazón del laberinto, y su verdadera amenaza: mientras él estaba seguro de que no podrían quebrar sus creencias e identidad, ellos estaban socavando insidiosamente su personalidad, diciéndole que era patológica. Muchas partes del informe en el historial de Muldoon podían referirse a cualquier policía, y podían, concebiblemente, referirse a él; como era usual, detrás de un ataque abierto y débil, ellos cubrían un ataque mucho más mortal.



“¿Reconoce esto?” preguntó el doctor, mostrándole una libreta abierta en una página con algunos dibujos de unicornios.



“Es mi libreta,” dijo Saúl “no sé como la consiguieron, pero eso no prueba ninguna maldita cosa, excepto que dibujo en mi tiempo libre”.



“¿No?” el doctor giró la libreta; una etiqueta en la tapa identificaba al dueño como Barney Muldoon, Avenida Pleasant 1472, Trenton, NJ.



“Un trabajo amateur” dijo Saúl “cualquiera puede pegar una etiqueta en una libreta”.



“¿El unicornio significa algo para usted?” Saúl percibió la trampa y no dijo nada, esperó. “¿Tiene idea usted de la copiosa literatura sicoanalítica que relaciona al unicornio con el pene del padre? Dígame, por lo tanto: ¿Por qué decidió dibujar unicornios?”.



“Más amateurismo” dijo Saúl. “Si hubiera dibujado montañas, también habrían sido símbolos del falo paterno”.



“Muy bien. Usted habría sido un buen detective, si su - enfermedad - no lo hubiera alejado del ascenso. Tiene una mente rápida y escéptica. Déjeme intentar otro enfoque - tácticas que yo no estaría utilizando si no estuviera convencido de que usted está en camino a la recuperación -; un verdadero sicótico caería en la catatonía luego de un ataque tan directo a sus ilusiones. Pero, dígame: su esposa mencionó que precisamente antes de agudizar su - problema -, usted gastó mucho dinero, más de lo que permite un sueldo de oficial, en una reproducción de la sirena de Copenhagen. ¿Por qué?”.



“Maldición,” exclamó Saúl “no fue tanto dinero” Pero reconoció que su enojo estaba fuera de lugar, y vio que el otro hombre también lo había notado. Estaba evitando la cuestión de la sirena… y su relación con el unicornio. Debe haber una relación entre el hecho número uno y el hecho número dos… “La Sirena,” dijo, llegando allí antes que el enemigo “es un símbolo maternal, ¿No es así? Su parte inferior no es humana, porque el niño no se atreve a pensar en esa parte de su madre. ¿Es así en la jerga?”.



“Más o menos. Usted evita, por supuesto, una peculiaridad relevante en su caso: que el acto sexual en que sorprendió a su madre no era un acto sexual normal, si no uno pervertido e infantil, el cual, ciertamente, es el único acto sexual que puede realizar una sirena - todos los coleccionistas de estatuas y pinturas de sirenas lo saben inconcientemente -.”



“No es perverso e infantil” protestó Saúl “La mayoría de la gente lo hace…” entonces vio la trampa.



“¿Pero sus padres no? ¿Eran diferentes a la mayoría de la gente?”.



En ese momento algo hizo clic: el hechizo estaba roto. Cada detalle en la libreta de Saúl, cada característica física que Peter Jackson había descrito estaban allí. “No eres un doctor” gritó “No sé cual es tu juego, pero estoy seguro de saber quién eres ¡Tú eres Joseph Malik!”.

   

El camarote de George tenía paneles de teca y de las paredes colgaban pinturas exquisitas de Rivers, Shahn, De Kooning y Tanguy. En una de las paredes había una vitrina con varias filas de libros. El piso estaba cubierto con una alfombra color vino tinto, con un pulpo azul estilizado que agitaba sus tentáculos, irradiándolos como una explosión solar. La araña que pendía del cielorraso era un modelo en resina acrílica de una medusa formidable.



La cama era de dos plazas, con el respaldo de palisandro tallado con motivos de conchas de mar venecianas. Las patas no tocaban el suelo, todo el conjunto estaba suspendido de una viga enorme y redondeada, lo cual permitía que la cama se balancease cuando la nave se movía, y que el soñador mantuviera su nivel. Al lado de la cama había un pequeño escritorio. George se dirigió a él, abrió un cajón y encontró papel de diferentes tamaños y media docena de lápices de distintos colores. Tomó la libreta y un lápiz verde, subió a la cama, se enrolló en la cabecera y comenzó a escribir.



24 de Abril



La objetividad es presumiblemente lo opuesto a la esquizofrenia. Lo primero no significa otra cosa que aceptar la noción de la realidad del resto de las personas. Pero nadie posee una percepción de la realidad igual a la noción que todo el mundo tiene de ella, o sea que la persona más objetiva es el verdadero esquizofrénico.



Es difícil ir más allá de las creencias aceptadas de nuestro propio tiempo. El primer hombre en tener pensamientos nuevos avanza a tientas. Las ideas nuevas necesitan estar dando vueltas un tiempo antes de que alguien las publicite con fuerza. En su forma original son como mutaciones pequeñas e imperceptibles que podrían transformarse  eventualmente en una nueva especie. Es por eso que la fertilización cultural cruzada es tan importante. Aumenta el caldo genético de la imaginación. Los árabes, por ejemplo, tenían una pieza del rompecabezas. Los francos tenían otra. Entonces, cuando los Caballeros Templarios conocieron a los hashishim, algo nuevo nació.



La raza humana siempre ha vivido más o menos feliz en el reino de los ciegos. Pero ahora hay un elefante entre nosotros. Un elefante de un solo ojo.



George dejó el lápiz y leyó las palabras verdes frunciendo el entrecejo. Sus pensamientos todavía parecían venir desde afuera de su mente ¿Qué era todo ese asunto sobre los Caballeros Templarios? Nunca había sentido ni el más mínimo interés por ese período histórico desde el primer año en la universidad, cuando el viejo Morrison Glynn le puso una D por su informe sobre las cruzadas. Se suponía que iba a ser un simple informe investigativo para que cada uno pudiera demostrar su comprensión del estilo con notas al pie de página, pero George había elegido denunciar a las cruzadas como un brote temprano de imperialismo racista occidental. Incluso había encontrado el texto de una carta de Sinan, el tercer lider de los hashishim, en la cual exoneraba a Ricardo Corazón de León de cualquier complicidad en el asesinato de Conrado de Montferret, rey de Jerusalén. George sintió que el episodio demostraba la buena voluntad esencial de los árabes ¿Cómo iba a saber que Morrison Glynn era un católico conservador acérrimo? Glynn afirmó, entre otras críticas dispépticas, que la carta enviada desde el castillo Messiac era una falsificación ¿Por qué los hashishim volvían a su mente? ¿Tenía algo que ver con el extraño sueño del templo que tuvo en la cárcel de Mad Dog?



El motor del submarino vibraba agradablemente a través del piso, la viga y la cama. Hasta ahora el viaje le hacía recordar a su primer vuelo en un 747 - una oleada de poder, seguida por un movimiento tan suave que era imposible decir qué tan rápido o cuán lejos estaban yendo -.



Golpearon la puerta del camarote, y tras la invitación de George, entró la recepcionista de Hagbard. Vestía un ajustado conjunto amarillo-dorado. Le dedicó a George una mirada cautivante, con pupilas como enormes pozos de obsidiana, y sonrió levemente.



“¿Me comerás si no puedo adivinar el acertijo?” dijo George “Me recuerdas a una esfinge”.



Sus labios, color de uvas maduras, se separaron en una sonrisa “Modelé para ello. Pero nada de acertijos, solamente una pregunta ordinaria. Hagbard quiere saber si necesitas cualquier cosa. Cualquier cosa menos yo. Tengo trabajo que hacer”.



George encogió los hombros. “Me ganaste con la pregunta. Me gustaría reunirme con Hagbard para saber más sobre él, el submarino y nuestro destino”.



“Estamos yendo a la Atlántida. Debe habértelo dicho”. Cambió el peso de una pierna a la otra, moviendo las caderas. Tenía unas maravillosas piernas largas. “La Atlántida está, aproximadamente, a mitad de camino entre Cuba y la costa oeste de África, en el fondo del océano”.



“Sí, bien - allí es donde se supone que debería estar ¿No?”.



“Correcto. Hagbard te necesitará en la sala de control, más tarde. Mientras tanto fuma un poco de esto, si quieres. Ayuda a pasar el tiempo”. Sostenía una caja de cigarrillos dorada. George la tomó, rozando con sus dedos la negra piel aterciopelada de ella. Lo recorrió una oleada de deseo. Abrió la caja. En su interior había unos tubitos blancos delgados, cada uno estampado con una K dorada. Sacó uno y lo sostuvo debajo de su nariz. Un olor agradable, terrestre.



“Tenemos una plantación y una fábrica en Brasil” dijo ella.



“Hagbard debe ser un hombre acaudalado”.



“Oh, si. Posee cientos de miles de toneladas de lino. Bueno, mira George, si necesitas algo, simplemente presiona el botón de marfil en tu escritorio. Alguien vendrá. Te llamaremos más tarde”. Giró lánguidamente y se fue por el corredor iluminado por tubos fluorescentes. La mirada de George se clavó en su increíble culo hasta que subió los escalones estrechos y alfombrados, perdiéndose de vista.



¿Cómo era el nombre de la mujer? Estaba recostado en la cama, tomó un porro y lo encendió. Era maravilloso. En segundos ya estaba arriba, no como el usual ascenso en globo, si no como un viaje en cohete, no muy diferente del efecto del amil nitrato. Debía haber sabido que éste Hagbard Celine tenía una hierba especial. Estudió los destellos que brillaban a través de la araña y meneó los ojos rápidamente para hacer un baile de luces. Todo lo que existe, es luz. Se le ocurrió que Hagbard podría ser malvado. Hagbard era como un magnate ladrón del siglo XIX. También como un barón ladrón del siglo XI. Los normandos tomaron Sicilia en el siglo IX ¿Qué es lo que te da la mezcla de vikingo y siciliano, que te hace ver siempre como Anthony Quinn? o como su hijo, Greg La Strade ¿Qué hijo? Lo que el sol hizo no puede ser deshecho. La quintaesencia del mal. La Némesis de todo el mal. Que Dios nos bendiga, a todos. A cada uno. Impar, colorado el gran uno. El ojo piensa que era su yo. El ojo de Apolo. Su yo luminoso. Aum Shiva.



- Oye, no confíes en mí. No confíes en un hombre que es rico en lino - su sentido de la moral es muy fino. Su nombre es Stella. Stella Maris. La negra Estrella del Mar.



El porro estaba por la mitad. Lo apagó aplastándolo. Con tanta hierba fluyendo por allí como tabaco, ese era un lujo que podía darse. Iba a prender otro. No era un colocón, ¡Era un viaje! Un cohete a Saturno a toda velocidad. Y una vuelta igualmente rápida.



- George, quiero que vengas a la sala de control.



Claramente, estas voces e imágenes alucinadas indicaban que no estaba completamente de vuelta. La reentrada no se completó. Ahora estaba teniendo una visión del plano de la parte del submarino entre su camarote y la sala de control del capitán. Se puso de pié, se estiró y sacudió la cabeza, con su pelo arremolinándose alrededor de los hombros. Fue hasta la puerta, la descorrió y caminó hacia el pasillo.



Un poco más tarde, atravesó otra puerta que daba a un balcón que era la reproducción de la proa de una nave vikinga. Arriba, abajo, al frente y a los costados todo era azul-verde océano. Parecían estar en un globo de vidrio proyectado hacia el mar. Un dragón verde y rojo, de cuello largo, ojos dorados y cresta puntiaguda, se elevaba sobre George y Hagbard.



“Mi enfoque es caprichoso, más que funcional” dijo Hagbard. “Si no fuera tan inteligente, me traería muchos problemas”. Palmeó la figura del dragón con una mano poblada de vellos negros. George pensó: un vikingo neandertal.



“Fue un buen truco” dijo George, sintiéndose astuto pero todavía elevado. “Me hiciste llegar al puente de control con esa cosa telepática”.



“Te llamé por el intercomunicador” dijo Hagbard, con un aire absurdo de inocencia.



“¿Piensas que no puedo distinguir entre una voz en mi cabeza y una voz en mis oídos?”



Hagbard rugió en una carcajada, tan fuerte que hizo que George se sintiera un tanto inseguro. “No cuando has tenido tu primer probada de la Kallisti Oro, man”.



“¿Quién soy yo para llamar mentiroso al hombre que acaba de darme la mejor mierda que he probado?” dijo George, encogiéndose de hombros. “Sospecho que has utilizado la telepatía. La mayor parte de la gente que posee ese poder no solo no trata de ocultarlo, si no que va a la televisión”.



“En su lugar, yo pongo al océano en la televisión” dijo Hagbard. Señaló al globo que rodeaba la proa vikinga. “Lo que ves es simplemente televisión a color, con algunas adaptaciones y modificaciones. Estamos dentro de la pantalla. Las cámaras están sobre toda la superficie del submarino y no utilizan luz ordinaria, por supuesto. Si lo hicieran, no podríamos ver nada. El submarino ilumina el mar que nos rodea con un radar láser infrarrojo al cual nuestras cámaras de TV son sensibles. Las radiaciones son de un tipo más predispuesto a ser conducido por el hidrógeno del agua que por cualquier otro elemento. El resultado es que podemos ver el fondo del océano casi tan claramente como si estuviéramos observando la tierra firme desde un aeroplano”.



“Eso hará más fácil la visualización de la Atlántida cuando lleguemos,” dijo George “a propósito ¿Por qué es que vamos a la Atlantida? No lo creí cuando me lo dijiste, y ahora estoy muy fumado para recordarlo”.



“Los Illuminati están planeando saquear una de las más grandes obras de arte de la historia de la humanidad: el Templo de Tethys. Sucede que es un templo de oro sólido, y tienen la intención de derretirlo y vender el oro para financiar una serie de asesinatos en los EEUU. Intento llegar antes que ellos”.



La referencia a los asesinatos le recordó a George que había ido a Mad Dog, Texas, siguiendo una corazonada de Joe Malik para encontrar una pista sobre una conspiración asesina. Si Joe supiera que esa pista lo estaba llevando 20000 leguas debajo del mar y eones atrás en el tiempo, ¿Lo creería? George lo dudaba. Malik era uno de esos izquierdistas “científicos” tercos. Aunque últimamente había estado actuando y hablando de manera extraña.



“¿Quién intenta saquear ese templo?” le preguntó a Hagbard.



“Los Illuminati. La verdadera fuerza detrás del comunismo y del fascismo. Aunque seas conciente de ello o no, también controlan el gobierno de los Estados Unidos”.



“Pensé que todos en su tripulación eran derechistas…”



“Te dije que las metáforas espaciales son inadecuadas para discutir de política hoy en día” interrumpió Hagbard.



“Bien, suenan como una pandilla de derechistas. Hasta recién, todo lo que escuchaba de tí y de tu gente es que los Illuminati eran comunistas, o que estaban detrás del comunismo. Ahora, dices que también están detrás del fascismo y del gobierno actual de Washington”.



Hagbard rió. “Nos mostramos como derechistas paranoicos al principio, para ver tu reacción. Era una prueba”.



“¿Y?”



“La pasaste. No nos creíste - eso era obvio -, pero mantuviste tus ojos y oídos abiertos, y estabas dispuesto a escuchar. Si hubieras sido derechista, habríamos utilizado nuestra cháchara pro-comunista. La idea es averiguar si el nuevo tripulante escucha, escucha realmente, o solamente cierra su mente ante la primera idea verdaderamente chocante”.



“Estoy escuchando, pero no sin criticar. Por ejemplo, si los Illuminati ya controlan América ¿Cuál es el propósito de los asesinatos?”



“Su control sobre Washington todavía es precario. Pudieron socializar la economía. Pero si ahora muestran las manos y se vuelven completamente totalitarios, habrá una revolución. Los del centro se levantarán junto a los derechistas y a los izquierdistas liberales, y los Illuminati no son lo suficientemente poderosos como para resistir ese tipo de revolución masiva. Pero pueden dominar a través del fraude, y con el fraude eventualmente adquieren acceso a las herramientas que necesitan para finalizar el trabajo de asesinar a la Constitución”.



“¿Qué tipo de herramientas?”



“Medidas de seguridad más restrictivas. Vigilancia electrónica universal. Leyes irrebatibles. Leyes de detención y cacheo. Inspección gubernamental del correo. Registros de huellas dactilares, fotografías, análisis de sangre y orina de cualquier persona arrestada antes de ser acusada por un crimen. Una ley que haga ilegal la resistencia incluso en los arrestos más ilegales. Leyes para establecer campos de detención para subversivos potenciales. Leyes para controlar las armas. Restricciones para viajar. Los asesinatos, como verás, establecieron la necesidad de tales leyes en la mente pública. En vez conjeturar que existe una conspiración conducida por hombres habilidosos, la gente razona - o es manipulada a razonar - que la libertad de la población debe ser restringida en pos de proteger a los líderes. La gente está de acuerdo en que no confíen ni en ellos mismos. Las víctimas de los asesinatos serán disidentes de derecha o izquierda, que no forman parte de la conspiración Illuminati o que han sido señalados como poco fiables. Los hermanos Kennedy y Martin Luther King, por ejemplo, eran capaces de congregar una especie de movimiento populista liberal de izquierda-derecha-negros-blancos. Pero los asesinatos perpetrados hasta ahora son banales comparados con los que vendrán. La próxima oleada será consumada por la Mafia, pagada por el oro Illuminati”.



“No por el oro de Moscú” dijo George, sonriendo.



“Las marionetas del Kremlin no tienen ni idea de que trabajan para la misma gente que las marionetas de la Casa Blanca. Los Illuminati controlan todo tipo de organizaciones y gobiernos nacionales sin que ninguno de ellos sea conciente de que los otros también están siendo controlados. Incluso los Morituri - y los restantes grupos desprendidos de los ESD Weathermen, porque los Weathermen parecían muy cautos - están bajo el control de los Illuminati. Creen que están trabajando para derrocar al gobierno, pero en realidad lo fortalecen. Las Panteras Negras también han sido infiltradas. Todo ha sido infiltrado. Al ritmo actual, dentro de unos pocos años, los Illuminati tendrán al pueblo americano bajo una vigilancia más estricta que la de Hitler con los alemanes. Y lo mejor es que la mayoría de los americanos estarán tan asustados por los incidentes terroristas provocados por los Illuminati, que rogarán ser controlados, como un masoquista ruega ser azotado”.



George se encogió de hombros. Hagbard sonaba como un típico paranoico, pero el submarino y los sucesos de los días anteriores eran reales. “Así que los Illuminati conspiran para tiranizar al mundo ¿Es eso? ¿Dices que existen desde la primera Internacional?”.



“No. Son el resultado de la colisión entre el Iluminismo del siglo XVIII y el misticismo alemán. El nombre correcto de la organización es ‘los Antiguos Videntes Iluminados de Baviera’. De acuerdo a sus propias tradiciones, fueron fundados o resucitados el primero de Mayo de 1776 por un hombre llamado Adam Weishaupt. Weishaupt fue  jesuita y masón degradado. Él predicaba que las religiones y los gobiernos nacionales debían ser depuestos, que el mundo debía ser regido por una elite de científicos materialistas y ateos, y que el poder debía ser resguardado para devolverlo a las masas, que eventualmente se gobernarían a sí mismas cuando la iluminación se volviera universal. Pero eso era solamente la ‘Doctrina Externa’ de Weishaupt. También había una ‘Doctrina Interna’ que decía que el poder era un fin en sí mismo, y que Weishaupt y sus seguidores más cercanos usarían los nuevos conocimientos desarrollados por científicos e ingenieros para apoderarse del mundo. Allá por 1776 el dominio de la iglesia y de los señores feudales era total, un capitalismo que iba obteniendo de a poco un trozo cada vez más grande del pastel. Weishaupt declaró que esos grupos eran obsoletos, y que era momento de que una elite monopólica con conocimientos científicos y tecnológicos tomara el poder. En vez de producir eventualmente una sociedad democrática, como prometía la ‘Doctrina Externa’, los Antiguos Videntes Iluminados de Baviera pondrían un yugo dictatorial sobre la humanidad, que duraría para siempre”.



“Bien, es bastante lógico que alguien de esa época pensara así” dijo George. “Y ¿Quién mejor que un jesuita y masón degradado?”.



“Aceptas que lo que digo es relativamente posible” dijo Hagbard. “Es una buena señal”.



“Una señal de que es posible” rió George.



“No, una señal de que eres el tipo de persona que estoy buscando. Bien, luego de reclutar un núcleo sólido de masones y librepensadores, y de establecer contactos internacionales, los Illuminati permitieron que el gobierno bávaro pensara que los habían suprimido. Subsecuentemente, lanzaron su primera revolución experimental en Francia. Embobaron a la clase media, cuyos verdaderos intereses residían en el laissez faire del libre emprendimiento, con el slogan de Weishaupt ‘Libertad, Igualdad y Fratenidad’. La trampa, por supuesto, era que donde la igualdad y la fraternidad gobiernan, no hay libertad. Luego de la carrera de Napoleón, cuyo ascenso y caída fue el resultado de las manipulaciones de los Illuminati, comenzaron a plantar las semillas del socialismo Europeo, provocando las revoluciones de 1848, el marxismo y finalmente el dominio sobre Rusia: un sexto de la superficie seca de la Tierra. Por supuesto, tuvieron que idear una guerra mundial para hacer posible la Revolución Rusa, pero para 1917 ya eran muy hábiles en esa materia. La Segunda Guerra Mundial fue un trabajo mucho más astuto y les dio muchas ganancias”.



“Eso explica” dijo George “por qué el Marxismo-Leninismo ortodoxo, a pesar de sus ideales, siempre termina siendo una mierda. Y por qué siempre traiciona a la gente que lo implementa. Y explica la inclinación inevitable de América hacia el totalitarismo”.



“Correcto” dijo Hagbard “América es el objetivo actual. Ya tienen la mayoría de Europa y Asia. Una vez que tengan América, podrán salir al descubierto. El mundo será casi como lo predijo Orwell en 1984. Lo liquidaron luego de la publicación ¿Sabes? El libro se había acercado demasiado a la verdad. Obviamente los había estado investigando - la referencia a los partidos Internos y Externos con sus diferentes enseñanzas, el discurso de O’Brien sobre el poder como un fin en si mismo - y lo atraparon. Orwell, verás, se topó con ellos en España, donde hasta cierto punto funcionaban al descubierto durante la Guerra Civil. Pero los artistas también llegan a la verdad a través de la imaginación, si la dejan vagar libremente. Suelen descubrir la verdad más a menudo que la gente con una mentalidad más científica”.



“Acabas de atar doscientos años de historia mundial en una teoría que me hace sentir que yo mismo habría ideado, si la aceptara” dijo George. “Pero admito que me atrae. En parte intuitivamente - siento que eres una persona esencialmente cuerda y no paranoica -En parte porque la versión ortodoxa de la historia que me enseñaron en la escuela nunca me convenció, y sé cómo la gente puede retorcer la historia para acomodarla a sus creencias, por lo tanto, asumo que la historia que aprendí está retocada. Y en parte por la verdadera locura de la idea. Si algo aprendí en los pasados años, es que cuanto más loca es una idea, más suele acercarse a la verdad. Así y todo, habiendo expuesto estas razones para creerte, me gustaría ver más pruebas”.



Hagbard asintió. “Bien. Pruebas. Que así sea. Antes, una pregunta. Suponiendo que tu jefe, Joe Malik, andaba detrás de una pista - y que el lugar al que te envió tenía algo que ver con los asesinatos y que eso te conduciría a los Illuminati -: ¿Qué crees que le sucedió a Joe Malik?”.



“Comprendo la sugerencia. No sé qué pensar”.



“No pienses”. Repentinamente, Hagbard sacó un teléfono que estaba detrás del pasamano del balcón. “Podemos ingresar al sistema telefónico a través del cable atlántico desde aquí. Marca el código de área de New York y llama a cualquier persona que te pueda dar información actualizada sobre Joe Malik y la revista Confrontación. No me digas a quién estás llamando. De otra forma, podrías pensar que tengo a alguien en la nave haciéndose pasar por la persona a la que llamas”.



Escondiendo el teléfono para que Hagbard no pudiera verlo, George marcó un número. Después de esperar treinta segundos y de numerosos clics y otros sonidos extraños, George escuchó que el teléfono llamaba. Al rato, una voz dijo “Hola”.



“Habla George Dorn ¿Quién habla?”



“Bien ¿Quién carajo piensas que soy? Tú discaste mi número”.



“Oh, Cristo” dijo George “Mira, estoy en un lugar en el que no puedo fiarme de los teléfonos. Tengo que asegurarme que estoy hablando contigo. Así que quiero que te identifiques sin tener que decirte quién creo que eres ¿Comprendes?”.



“Por supuesto que comprendo. No tienes necesidad de utilizar ese lenguaje universitario. Habla Peter Jackson, George, como creo que creíste que debía ser ¿Adonde demonios estás? ¿Todavía estás en Mad Dog?”.



“Estoy en el fondo del océano Atlántico”.



“Conociéndote, no me sorprende ¿Estás enterado de lo que pasó? ¿Es por eso que me llamas?”.



“No ¿Qué pasó?” George apretó el teléfono.



“Volaron en pedazos la oficina con una bomba, hoy a la mañana. Y Joe desapareció”.



“¿Lo mataron?”



“Creo que no. No hubo víctimas en el atentado ¿Qué hay de ti? ¿Estás bien?”.



“Estoy en medio de una historia increíble, Peter. Tan increíble que no voy a contarte nada. No hasta que esté de vuelta. Si es que todavía existe la revista”.



“Todavía existe, la estoy armando en mi apartamento” dijo Peter. “Sólo espero que no decidan hacerme volar por los aires”.



“¿Quién?”



“Quien sea. Todavía tienes una tarea por hacer. Y si tiene algo que ver con lo que estabas haciendo en Mad Dog, Texas, estás en problemas. Se supone que los reporteros no deben andar dando vueltas por allí cuando han cometido un atentado contra la revista de su jefe”.



“Suenas bastante alegre, considerando que probablemente Joe esté muerto”.



“Joe es indestructible. A propósito, George, ¿Quién está pagando esta llamada?”.



“Un amigo adinerado, eso creo. Es un magnate del lino, o algo así. Luego te diré más sobre él. Ahora debo colgar, Peter. Gracias por la charla”.



“De nada. Cuídate, nene”.



George le pasó el teléfono a Hagbard. “¿Sabes qué es lo que le sucedió a Joe? ¿Quién atentó contra Confrontación? Lo sabías antes de que yo llamara. Y tu gente es muy habilidosa con los explosivos”.



Hagbard sacudió la cabeza. “Todo lo que sé es que la olla estaba hirviendo. Tu editor, Joe Malik, andaba detrás de los Illuminati. Por eso te envió a Mad Dog. Tan pronto como apareciste allí te arrestaron y metieron una bomba en la oficina de Malik ¿Qué piensas?”.



“Pienso que me has dicho la verdad, o una versión de ella. No sé si confiar completamente en ti. Pero obtuve mi prueba. Si los Illuminati Bávaros no existen, algo existe en su lugar. Entonces, ¿A dónde nos conduce todo esto?”.



Hagbard sonrió. “Estás hablando como un verdadero homo neophilus, George. Bienvenido a la tribu. Queremos reclutarte porque eres muy crédulo. O sea, crédulo en el buen sentido. Eres escéptico con respecto a los conocimientos tradicionales, pero te atraen las ideas heterodoxas. Una marca inconfundible del homo neophilus. La raza humana no está dividida entre racionales e irracionales, como piensan algunos idealistas. Todos los seres humanos son irracionales, pero hay dos tipos diferentes de irracionalidad: aquellos que aman las viejas ideas pero temen a las nuevas, y aquellos que desprecian las ideas viejas pero abrazan gozosamente las nuevas. Homo neophobus y homo neophilus. Neófoba es aquella parte de la humanidad que apenas ha cambiado después de un millón de años de historia. Neófila es la mutación creativa que ha estado surgiendo en intervalos regulares durante ese millón de años, dándole pequeños empujones hacia delante a la raza, la especie que hace girar más y más rápido la rueda. Los neófilos cometen un montón de errores, pero se mueven. Viven la vida como debe ser vivida, un noventa y nueve por ciento de errores y un uno por ciento de mutaciones viables. Todos en mi organización son neófilos, George. Es por eso que estamos adelantados al resto de la humanidad. Influencias neófilas concentradas, sin distracciones neófobas. Cometemos un millón de errores, pero nos movemos tan rápido que nuestros propios errores no pueden alcanzarnos. Antes de profundizar más en el tema, George, quisiera que te conviertas en uno de nosotros”.



“¿Qué significa eso?”.



“Que te conviertas en un Legionario de la Legión de la Discordia Dinámica”.



George rió. “Suena como un chiste. Es difícil creer que una organización con un nombre tan absurdo haya podido construir algo tan serio como éste submarino, o que trabaje en una misión tan seria como la de frustrar los planes de los Antiguos Videntes Iluminados de Baviera”.



Hagbard sacudió la cabeza. “¿Qué hay de serio en un submarino amarillo? Salió de una canción de rock. Y todo el mundo sabe que la gente que se preocupa por los Illuminati Bávaros está chiflada ¿Te unirás a la Legión a tu manera?”.



“Ciertamente” dijo George impulsivamente.



Hagbard palmeó su espalda. “Ah, eres de nuestra clase, si. Bien. Vuelve por donde viniste, gira a la derecha y entra en la puerta dorada”.



“¿Habrá alguien con una lámpara allí?”



“No hay hombres honestos en este viaje. Acostúmbrate a eso”. Los labios de Hagbard formaron una sonrisa maliciosa. “Estás aquí para gozar”.



(“Todas las perversiones” gritó Jim el Sonriente. “Hombres teniendo sexo con hombres. Mujeres teniendo sexo con mujeres. Degradación obscena de imágenes religiosas para propósitos desviados. Incluso hombres y mujeres teniendo sexo con animales. Porque, amigos, lo único que todavía no hicieron es copular con frutas y vegetales, aunque creo que eso es lo próximo ¡Degenerados divirtiéndose con una manzana!” La audiencia rió con el chiste.)



“Debes correr muy rápido para alcanzar al sol. Eso debes hacer, cuando estás perdido” dijo la vieja, estirando las últimas palabras como si fueran los versos de una melodía infantil… el bosque era increíblemente espeso y oscuro, y Barney Muldoon tambaleó detrás de ella… “Está oscureciendo más y más” dijo ella oscuramente “pero siempre está oscuro cuando estás perdido”… “¿Por qué debemos alcanzar al sol?” preguntó Barney, perplejo. “Necesitamos más luz” cacareó la vieja con regocijo. “Siempre necesitas más luz cuando estás perdido”…



Detrás de la puerta dorada estaba la hermosa recepcionista negra. Ahora vestía una minifalda roja de cuero, que dejaba al descubierto sus largas piernas. Sus manos descansaban suavemente sobre su cinturón blanco de plástico.



“Hola Stella,” dijo George “¿Ese es tu nombre? ¿Stella Maris?”.



“Así es”.



“Eso es lo que Hagbard me dijo telepáticamente. Me dijo tu nombre”.



“Te dije mi nombre cuando abordaste al submarino. Debes haberlo olvidado. Has pasado por muchas cosas. Y me temo que pasarás muchas más. Debo pedirte que te quites la ropa. Déjala en el suelo, por favor”.



George lo hizo sin dudar. En muchas iniciaciones rituales era requerida la desnudez total o parcial; sintió una punzada de ansiedad. Confiaba en estas personas porque todavía no le habían hecho nada malo. Pero no tenía idea con que tipo de locos se había metido, o a que tipo de tortura ritual o sangrienta lo inducirían. Dichos miedos también eran parte de la iniciación ritual.



Stella sonrió y levantó las cejas cuando George se bajó los shorts. Él comprendió el significado de esa sonrisa, y sintió como corría un torrente de sangre caliente hacia su pene, que en un instante engrosó su tamaño. El hecho de estar desnudo y con un principio de erección en frente de una mujer hermosa y deseable que gozaba del espectáculo, lo puso aún más erecto y duro.



“Tienes una buena herramienta. Linda, gorda y rosada”. Stella se acercó y tocó la parte inferior de su verga, en el punto donde se une al escroto. Él sintió que las bolas se le subían. Entonces, con el dedo medio, ella recorrió su miembro a lo largo hasta rozar la parte posterior del glande. El pene de George se puso totalmente tieso, como elogiando la destreza manual de la chica.



“Un macho que responde sexualmente” dijo Stella. “Bien, bien, bien. Ahora estás listo para entrar en la habitación contigua. Por esa puerta verde, por favor”.



Desnudo, erecto y apenado por dejar a Stella detrás, George cruzó la puerta. Esta gente es adinerada, y tiene muy buen humor como para desconfiar de ellos, pensó. Le gustaban, y uno debe seguir sus sentimientos.



Pero cuando escuchó el portazo detrás de él, la ansiedad retornó aún más fuerte que antes.



En el centro del cuarto había una pirámide con diecisiete escalones de mármol rojo y blanco, alternadamente. La habitación era grande, con cinco paredes que se juntaban en lo alto, formando un arco gótico a nueve metros del suelo pentagonal. A diferencia de la pirámide de la cárcel de Mad Dog, ésta no exponía un ojo ciclópeo mirándolo desde la cima. En su lugar había una enorme manzana dorada, una esfera de oro de la altura de un hombre, con un tallo de treinta centímetros de largo y una hoja del tamaño de la oreja de un elefante. Al costado tenía grabada en letras griegas la palabra KALLISTI. Los muros del cuarto estaban ocultos por formidables cortinas doradas que parecían robadas del teatro Cinerama, y el piso estaba cubierto por una opulenta alfombra áurea en la cual se hundían profundamente los pies descalzos de George.



Esto es diferente, se dijo George para calmar su miedo. Esta gente es diferente. Hay una conexión con los otros, pero son distintos.



Las luces se apagaron. La manzana dorada brillaba en la oscuridad como una luna llena. La palabra KALLISTI se recortaba en afiladas líneas negras.



Una voz similar a la de Hagbard retumbó desde todas las direcciones: “No hay otra diosa que la Diosa, y ella es tu diosa”.



En verdad esto es una ceremonia del Club del Alce, pensó George. Había un perfume filtrándose por sus fosas nasales. Un olor inconfundible. Esta gente usaba inciensos caros. Es costosa esta religión, logia o lo que quiera que sea. Pero cuando eres un magnate del lino, puedes permitirte lo mejor. ¿Lino, eh? Es difícil imaginar cómo un hombre puede hacer tanto dinero en el negocio del lino ¿Acaparaste el mercado o qué? Capitales compartidos, eso tenía más sentido que el lino. Creo que estoy sintiendo los efectos. No deberían drogar a un hombre sin su consentimiento.



Se dio cuenta de que estaba agarrándose el pene, el cual había disminuido considerablemente. Le pegó un tirón para reafirmarlo.



La voz dijo “No hay otro movimiento que el movimiento Discordiano, y ese es el movimiento Discordiano”.



Aquello parecía redundante. George movió los ojos y vio cómo la manzana dorada gigante rodaba y giraba sobre él.



“Este es el momento más sagrado y serio para los discordianos. Este es el momento cuando el corazón grande y palpitante de Discordia bombea y se dilata, cuando Aquella Que Es El Comienzo se prepara para recibir con esfuerzo en su seno a otro Legionario de la Legión de la Discordia Dinámica. Oh, minerval: ¿Estás deseoso de comprometerte con Discordia?”.



Avergonzado al ser interrogado directamente, George soltó su pene. “Si” respondió, con una voz que le sonó apagada.



“¿Eres un ser humano, y no un repollo o alguna otra cosa?”.



George emitió una risita. “Si”.



“Que mal” retumbó la voz. “¿Deseas superarte?”.



“Si”.



“Qué estúpido. ¿Deseas ser filosóficamente iluminado?”.



¿Por qué esa palabra? se preguntó George brevemente. ¿Por qué iluminado? Pero dijo “Eso creo”.



“Muy gracioso. ¿Te dedicarás al sagrado movimiento Discordiano?”.



George encogió los hombros. “Mientras me convenga”.



Sintió una correntada en el abdomen. Stella Maris, desnuda y reluciente, surgió detrás de la pirámide. El brillo suave de la manzana dorada iluminaba los ricos matices marrones y negros de su cuerpo. George sintió que la sangre corría nuevamente hacia su miembro. Esta parte iba a estar OK. Stella caminó hacia él con pasos largos y majestuosos, brazaletes dorados centelleaban y tintineaban en sus muñecas. George sintió hambre, sed y una presión como si estuvieran inflando lentamente un globo en sus intestinos. Su verga se irguió, latido a latido. Los músculos de sus nalgas y muslos se contrajeron, se relajaron y se contrajeron nuevamente.



Stella se acercó deslizándose y bailó en círculos a su alrededor, rozando con una mano su cintura desnuda. Él se adelantó, extendiendo las manos para tocarla. Y ella se alejó bailando en puntas de pie, girando, con los brazos sobre la cabeza y contoneando los pechos pesados y cónicos de negros pezones. Por primera vez, George comprendió por qué algunos hombres adoraban las tetas grandes.



Sus ojos se movieron hasta las nalgas redondeadas y las sombras musculares de los muslos y pantorrillas de la chica. Caminó torpemente hacia ella. Stella se detuvo de repente formando un arco con las piernas levemente separadas que culminaba en su abundante mata de vello púbico, meneando suavemente las caderas con un movimiento circular. Su herramienta lo jalaba como si fuese de hierro y ella estuviese magnetizada; miró hacia abajo y vio que una reluciente perla de fluido, brillante y dorada a la luz de la manzana, había aparecido en la punta. Polifemo estaba deseoso de entrar a la cueva.



George se acercó, hasta que la cabeza de la serpiente se enterró en el jardín tupido y espeso del bajo vientre de Stella. Le apretó las tetas, sintiendo en sus manos cómo subía y bajaba su caja toráxica con cada jadeo pesado. Ella tenía los ojos entrecerrados y los labios entreabiertos. Sus fosas nasales estaban dilatadas.



Stella se relamió, y él sintió cómo sus dedos le acariciaban gentilmente la verga apenas rozándola, pero con la fricción suficiente para electrizarla suavemente. Ella se hizo un poco hacia atrás y presionó su dedo en la humedad del glande de George. Él metió la mano en su enredado vello púbico, sintiendo el calor y la hinchazón de sus labios, sintiendo cómo los jugos le empapaban los dedos. Deslizó su dedo mayor entre los labios y lo empujó, pasando la estrecha abertura, metiéndolo hasta el nudillo. Ella jadeó y su cuerpo serpenteó alrededor del dedo con un movimiento en espiral. “¡Oh, Dios!” suspiró George. “¡Diosa!” respondió Stella salvajemente. George asintió. “Diosa” dijo roncamente, refiriéndose tanto a Stella como a la legendaria Discordia.



Ella sonrió y se alejó un poco de él. “Intenta imaginar que ésta no soy yo, Stella Maris, la hija más joven de Discordia. Soy simplemente el recipiente de la Diosa. Su sacerdotisa. Piensa en la Diosa. Piensa en ella entrando y actuando a través de mí. Ahora yo soy Ella”. Mientras decía esto, meneaba a Polifemo suave pero insistentemente. Ya estaba feroz como un potro, pero parecía aún más inflamado, si tal cosa era posible.



“En un segundo acabaré en tu mano” gimió George. La detuvo tomándola por su delgada muñeca. “Tengo que cogerte, quien quiera que seas, mujer o diosa. Por favor”.



Ella se alejó nuevamente, con las palmas de sus manos vueltas hacia él, sosteniendo los brazos en un gesto receptivo y de aceptación. Pero dijo “Sube los escalones. Sube hasta la manzana”. Con los pies volando sobre la gruesa alfombra, Stella corrió y desapareció detrás de la pirámide.



George subió los diecisiete escalones, con su viejo amigo hinchado y tieso. La cima de la pirámide era amplia y plana, y se paró encarando a la manzana. Extendió una mano para tocarla, esperando metal frío, y se sorprendió al sentir que la textura brillante era cálida al tacto, como la de un cuerpo humano. A unos centímetros por debajo del nivel de su cintura, en el costado de la manzana, vio una abertura elíptica y oscura, y una sospecha siniestra se formó en su mente.



“Así es, George” dijo la voz atronadora que presidía su iniciación. “Ahora debes plantar tu semilla en la manzana. Hazlo, George. Entrégate a la Diosa”.



Mierda, pensó George. ¡Qué idea más estúpida! Excitar a un tipo de esta forma y luego esperar que le eche un polvo a un maldito ídolo dorado. Tuvo bastantes ganas de darle la espalda a la manzana, sentarse en el escalón superior de la pirámide y masturbarse para demostrarles lo que pensaba de ellos.



“¿Te hemos decepcionado, George? Está rico adentro de la manzana. Vamos, métela. Apúrate”.



Soy tan ingenuo, pensó George. Pero un agujero es un agujero. Todo es fricción. Se acercó a la manzana y cautelosamente colocó la punta de la verga en la abertura elíptica, en parte esperando ser succionado por una fuerza mecánica y en parte temiendo que se la cortaran con una guillotina en miniatura. Pero no había nada allí dentro. Su miembro ni siquiera tocó los bordes del agujero. Se acercó un poco más, metiéndola hasta la mitad. Nada. Entonces, algo tibio, húmedo y peludo se apretó contra la punta de su pene. Sintió que, lo que sea que fuera, cedía mientras él empujaba hacia delante. Empujó un poco más, aquello empujó hacia él, y penetró. ¡Es una concha, por todos los Dioses, una concha! y sintió que seguramente era la de Stella.



George suspiró hondamente, poniendo sus manos en la superficie suave de la manzana para sostenerse mientras comenzaba a moverse. El bombeo desde dentro de la manzana era igualmente feroz. El metal era cálido contra sus muslos y abdomen. Súbitamente, la pelvis en el interior golpeó contra el agujero y un grito sordo resonó desde adentro. Un eco pareció perpetuarlo en el aire, conteniendo toda la agonía, espasmo, rabia, crispación, locura, horror y éxtasis de la vida desde el océano primigenio hasta ahora.



La piel de la verga de George estaba tan estirada como un globo a punto de estallar. Apretó los dientes. La deliciosa electricidad del orgasmo se estaba formando en su cadera, en la raíz mas profunda de su pene, en su carne viva. Estaba acabando. Gimió mientras disparaba su semilla en el coño invisible, en la manzana, en la Diosa, en la eternidad.



Hubo un estruendo arriba. Los ojos de George se abrieron. El cuerpo de un hombre desnudo colgando de una soga caía hacia él. Se sacudió al frenar con un horrible crujido, con los pies temblando sobre el tallo de la manzana. Mientras los latidos de la eyaculación todavía estremecían el cuerpo de George, el pene del hombre colgado escupió gruesos chorros blancos de esperma que, como palomitas, volaron sobre la cabeza levantada y el rostro horrorizado de Dorn, para caer en algún lado al costado de la pirámide. George observó el rostro caído de lado con el cuello roto y con un nudo de horca al lado de la oreja. Era su propia cara.



Enloqueció. Sacó su pene de la manzana y casi cayó de espaldas por la escalera. Bajó corriendo los diecisiete escalones y miró hacia atrás. El muerto todavía colgaba, desde una trampilla en el cielorraso, directamente sobre la poma. El falo ya no estaba erecto. El cuerpo rotaba lentamente. Una carcajada enorme, muy parecida a la de Hagbard Celine, retumbó en el salón.



“Nuestros saludos” dijo la voz. “Ahora eres un Legionario de la Legión de la Discordia Dinámica”.



La figura colgante se desvaneció sin hacer ningún sonido. No había ninguna trampilla en el cielorraso. En algún lado, una orquesta colosal comenzó a tocar Pompa y Circunstancia. Stella volvió desde atrás de la pirámide, esta vez vestida de pies a cabeza con una simple túnica blanca. Traía una cubeta plateada con una toalla caliente que despedía vapor. Dejó la cubeta en el suelo, se arrodilló y envolvió el pene relajado de George en el paño. Se sentía delicioso.



“Estuviste genial” susurró ella.



“Si, pero ¡Guau!” George miró la pirámide. La manzana dorada brillaba alegremente. “Levántate” dijo “Me haces sonrojar”.



Ella se puso de pie sonriéndole, la amplia sonrisa de una mujer bien satisfecha por su amante.



“Me alegra que te haya gustado” dijo George, con sus emociones disparadas gradualmente colindando con la furia “¿Cuál era la idea de la broma del final? ¿Alejarme permanentemente del sexo?”.



Stella rió. “Admítelo, George. Nada puede alejarte permanentemente del sexo ¿Verdad? Así que no seas gruñón”.



“¿Gruñón? ¿Ese truco enfermo es tu idea de una broma? ¡Qué puto chasco de mierda para hacerle a alguien, la concha de su madre!”



“¿La concha de su madre? No, eso es para cuando investimos diáconos”.



George sacudió la cabeza rabiosamente. Ella se negaba absolutamente a sentirse avergonzada. Él se quedó sin palabras.



“Si tienes alguna queja, dulce hombre, llévasela a Hagabard Celine, Epískopo de la capilla del Lief Erikson” dijo Stella. Giró y comenzó a caminar hacia la pirámide. “Él te está esperando en el mismo lugar de donde viniste. En la habitación contigua hay una muda de ropa”.



“¡Espera un minuto!” dijo George. “¿Qué demonios significa Kallisti?”.



Ella se había ido.



En el vestíbulo de la cámara de iniciación encontró una túnica verde y unos ajustados pantalones negros colgando de un perchero. No quería ponérselos. Probablemente fueran una especie de uniforme de este culto estúpido, del cual no quería formar parte. Pero no había otra ropa. También había un par de hermosas botas negras. Todo le quedaba perfecta y confortablemente bien. Había un espejo de cuerpo entero en la pared, se miró y admitió, con resentimiento, que el conjunto era estupendo. Una pequeña manzana dorada relucía a la izquierda en su pecho. Aunque necesitaba lavarse el pelo. Se estaba poniendo correoso.



Dos puertas más allá, se encontró frente a Hagbard.



“¿No te gustó nuestra pequeña ceremonia?” preguntó Hagbard con simpatía exagerada. “Que lástima. Yo estaba tan orgulloso de ella, especialmente de las partes que tomé de William Burroughs y del Marqués de Sade”.



“Es morbosa” dijo George. “Y también lo es poner a una mujer adentro de la manzana para que yo no pueda tener ningún tipo de sexo personal con ella, para que la utilice como un receptáculo, como…, como un objeto. Lo volviste algo pornográfico. Pornografía sádica”.



“Compréndelo George” dijo Hagbard. “Eso es lo que eres. Si no existiera la muerte, no habría sexo. Si no existiera el sexo, no habría muerte. Y si no existiera el sexo, no habría evolución hacia la inteligencia, y no existiría la raza humana. Por lo tanto, la muerte es necesaria. La muerte es el precio del orgasmo. Solamente hay un ser en todo el planeta que es asexuado, inteligente e inmortal. Mientras bombeabas tus semillas dentro del símbolo de la vida, junté tu orgasmo y tu muerte en una sola imagen y te la mostré. Y nunca la olvidarás. Fue todo un viaje, George ¿No fue así?”.



George asintió reluctante. “Fue todo un viaje”.



“Y ahora sabes - hasta en tus huesos - un poco más sobre la vida que antes, ¿Correcto?”



“Si”.



“Bien, por lo tanto, gracias por unirte a la Legión de la Discordia Dinámica”.



“De nada”.



Hagbard le indicó a George que se acercara al borde del balcón con forma de barco. Señaló hacia abajo. Lejos, debajo de ellos en el paisaje azul verdoso en el que parecían estar volando, George pudo ver tierras pasajeras, colinas, lechos sinuosos - y de repente, edificaciones en ruinas. Pirámides que se elevaban tan altas como las colinas.



“Esta es una de las grandes ciudades portuarias” dijo Hagbard. “Los navíos de las Américas cargaban y descargaban sus mercancías en este puerto, hace diez mil años”.



“¿Hace cuanto?”.



“Hace diez mil años” respondió Hagbard. “Ésta fue una de las últimas ciudades en desaparecer. Por puesto, para ese entonces su civilización ya estaba en decadencia. Pero ahora tenemos un problema. Los Illuminati ya están aquí”.



Una forma azul grisácea, grande y ondulante apareció nadando delante de ellos. Giró e igualó la velocidad del submarino, nadando a la par. George sintió otro momentáneo lapso de miedo ¿Era otro de los trucos de Hagbard?



“¿Qué es ese pez? ¿Cómo es que nada a la par nuestra?” preguntó George.



“Es un delfín, no es un pez, es un mamífero. Y ellos pueden nadar mucho más rápido que la velocidad de navegación de los submarinos. A pesar de eso, nosotros podemos seguirlos. Los delfines poseen una película alrededor del cuerpo que les permite deslizarse a través del agua sin provocar turbulencias. Aprendí de ellos cómo hacerlo, y lo apliqué al submarino. Podemos atravesar el Atlántico en menos de un día”.



Una voz habló desde el panel de control “Mejor hazte invisible. Entrarás al alcance de sus detectores dentro de las próximas diez millas”.



“OK” dijo Hagbard. “Mantendremos el curso actual hasta tener novedades, así sabes adónde estamos”.



“Lo sabré” dijo la voz.



Hagbard apuñaló el aire con la mano, disgustado. “Mierda, eres tan superior”.



“¿Con quién estás hablando?” dijo George.



“Con Howard”.



La voz dijo “Nunca había visto máquinas como esas. Parecen cangrejos. Ya han cavado en el templo”.



“Cuando los Illuminati hacen algo por su cuenta, lo hacen con excelencia” dijo Hagbard.



“¿Quién carajo es Howard?” preguntó George.



“Soy yo. Aquí afuera. Hola, Sr. Humano” dijo la voz “Soy Howard”.



Incrédulo, pero al tanto de lo que estaba sucediendo, George giró lentamente la cabeza. El delfín parecía estar mirándolo.



“¿Cómo hace para hablar con nosotros?”



“Howard nada cerca de la proa del submarino, que es donde recogemos su voz. Mi computadora traduce del delfín al inglés. Un micrófono aquí en la sala de control envía nuestras voces a la computadora, que las traduce al delfín y transmite los sonidos equivalentes a través del agua hacia él”.



“Lara-li, lara-li-lo, un nuevo ser humano en mi camino” cantó Howard. “Apareció al alcance de mi vista, espero que no sea antagonista”.



“Cantan mucho” dijo Hagbard “También recitan e improvisan poesía. Una gran parte de su cultura es poesía. Poéticos y atléticos - por supuesto, ambas cosas están muy emparentadas -. Se dedican mayormente a nadar, cazar y a comunicarse entre ellos”.



“Pero lo hacemos con complejidad artística y con refinamiento” dijo Howard, haciendo piruetas en el exterior.



“Llévanos donde el enemigo, Howard” dijo Hagbard.



Howard nadó al frente, mientras cantaba:



Vamos, vamos, carguemos contra los villanos

Las impetuosas corrientes del mar del sur navegamos

Ataquemos, ataquemos, con narices como piedras

Ni los tiburones sobrevivirán a esta afrenta



“Épica” dijo Hagbard “La épica los enloquece. Tienen cuarenta mil años de historia relatada en poemas épicos. No tienen libros ni escritura - ¿Cómo sostener un lápiz con sus aletas? -. Tienen todo memorizado. Por eso aman la poesía. Sus poemas son maravillosos, pero debes pasarte años estudiando su lenguaje antes de comprenderlos. Nuestra computadora traduce una mala versión de sus trabajos. Es lo mejor que puede hacer. Cuando tenga tiempo añadiré algunos programas que puedan traducir realmente la poesía de un lenguaje a otro. Cuando el Corpus Delfín sea traducido a idiomas humanos, hará que nuestra cultura avance varios siglos. Será como si descubriésemos las obras que toda una raza de Shakespeares ha estado escribiendo desde hace cuarenta milenios”.



“Por otro lado” dijo Howard “tu raza podría desmoralizarse con el choque cultural”.



“No tanto” dijo Hagbard apáticamente “También tenemos algunas cosas para enseñarles a ustedes, ¿Sabes?”.



“Y nuestros psicoterapeutas podrían ayudarles a digerir la angustia que les provocaría nuestro conocimiento” dijo Howard.



“¿Tienen psicoterapeutas?” preguntó George.



“Inventaron el psicoanálisis hace miles de años, como una forma de pasar el tiempo durante las largas migraciones. Poseen cerebros y sistemas simbólicos altamente complejos. Pero sus mentes difieren de las nuestras en forma significativa. Por decirlo de alguna manera, ellos están en una sola pieza. Carecen de la diferenciación estructural entre súper ego, ego e id. No tienen represión. Ellos aceptan y son concientes de sus deseos más primitivos. Sus acciones están guiadas por la conciencia, y no por una disciplina adquirida de los padres. Entre ellos no hay psicosis ni neurosis. Para ellos el psicoanálisis es más un ejercicio autobiográfico poético-imaginativo, que un arte curativo. No sufren de dificultades mentales que requieran curación”.



“Eso no es del todo cierto” dijo Howard. “Hace aproximadamente veinte mil años existió una escuela de pensamiento que sentía envidia de los humanos. Se llamaban ‘los Pecadores Originales’, porque eran como los ancestros de la raza humana quienes, de acuerdo a algunas de sus leyendas, envidiaban a los dioses y sufrían por ello. Ellos decían que los humanos eran superiores, porque podían hacer muchas más cosas que los delfines. Pero desesperaron, y la mayoría terminó suicidándose. Fueron los únicos neuróticos en la larga historia de los delfines. La mayoría de nuestros filósofos sostienen que vivimos la belleza de cada uno de nuestros días como ningún ser humano puede hacerlo. Nuestra cultura es lo que ustedes llamarían un mero comentario sobre nuestro medio ambiente natural, mientras que la cultura humana está en guerra con la naturaleza. Si existe una raza afligida, es la suya. Pueden hacer muchas cosas, y las cosas que pueden hacer, deben hacerlas. Y hablando de guerra, el enemigo está allá adelante”.



A la distancia, George distinguió lo que parecía una gran ciudad que se erguía sobre unas colinas alrededor de una profunda depresión, que debió ser un puerto cuando la Atlántida estaba en la superficie. Las edificaciones llegaban hasta donde el ojo alcanzaba a ver. La mayoría eran bajas, pero aquí y allá había torres cuadradas que sobresalían. El submarino se dirigía hacia el centro del antiguo muelle. George miraba los edificios; ahora podía verlos mejor. Eran angulares, de apariencia muy moderna y, al igual que la otra ciudad sobre la que habían navegado, poseían un estilo que mezclaba las arquitecturas griega, egipcia y maya. No había pirámides. La mayoría de las estructuras estaban rotas en la cúspide, y muchas otras eran un montón de escombros. Así y todo era notorio que una ciudad, sumergida a miles de pies en el fondo del océano por efectos de lo que debió ser un terremoto gigantesco, estuviera tan bien preservada. Las edificaciones debieron ser increíblemente resistentes. Si New York atravesara una catástrofe semejante, no quedaría nada de sus rascacielos de vidrio y aleación.



Había una sola pirámide. Era mucho más pequeña que las torres que la rodeaban. Tenía un débil brillo amarillento. A pesar de su escasa estatura, parecía dominar el horizonte del puerto, como un poderoso capitán enano y rechoncho en medio de un círculo formado por guerreros altos y delgados. Había movimiento en su base.



“Esta es la ciudad de Peos, en la región de Poseida” dijo Hagbard “y fue esplendorosa en la Atlántida durante mil años luego de la Estrella Dragón. Me recuerda a Bizancio, que fue una ciudad poderosa durante mil años luego de la caída de Roma. Y esa pirámide es el Templo de Tethys, la diosa del Océano. Fueron los navegantes quienes hicieron grande a Peos. Tengo un rincón en mi corazón para esa gente”.



Extrañas criaturas marinas, semejantes a arañas gigantes, se arrastraban alrededor de la base del templo. En sus cabezas tenían luces que se reflejaban en los lados de la pirámide. A medida que el submarino se acercaba, George pudo ver que las arañas eran máquinas, con un cuerpo del tamaño de un tanque de guerra. Parecían estar excavando zanjas profundas alrededor de la base del santuario.



“Me pregunto adónde habrán construido esos bichos” murmuró Hagbard. “Es difícil mantener en secreto innovaciones como esas”.



Mientras hablaba, las arañas dejaron de hacer lo que estaban haciendo alrededor de la pirámide. Entonces, una de ellas se elevó desde el fondo del océano, seguida por otra y otra más. Rápidamente se formaron en V y avanzaron hacia el submarino como un par de brazos extendidos para atraparlo. Ganaban velocidad a medida que se acercaban.



“Nos detectaron” gruñó Hagbard “Se supone que no podían hacerlo. Pero lo han hecho. Nunca es bueno subestimar a los Illuminati. Bien, George. Sostente el culo. Estamos en una batalla”.



En el mismo instante, pero dos horas antes en el reloj, Rebecca Goodman despertó de un sueño sobre Saúl, una conejita de Playboy y algo siniestro. El teléfono estaba sonando, (¿Había una pirámide en el sueño? - intentaba recordar - o algo por el estilo) y torpemente, sorteando la estatua de la sirena, puso el tubo en su oído. “¿Si?” dijo con cautela.



“Ponte la mano en la concha y escucha:” dijo August Personage “Me gustaría levantarte el vestido y -…” Rebecca colgó.



Súbitamente recordó el pinchazo de la aguja, y todos aquellos años perdidos. Saúl la había salvado de aquello, pero ahora había desaparecido, y voces extrañas en el teléfono le hablaban de sexo en la misma forma que los adictos hablaban de la droga. “En el principio de todas las cosas estaba Mummu, el espíritu puro del Caos. Al principio fue la Palabra, y fue escrita por un babuino”. Rebecca Goodman, de veinticinco años, comenzó a llorar. Está muerto, pensó, y todos estos años también han sido en vano. Aprendiendo a amar. Aprendiendo que el sexo era algo más que otro tipo de droga. Aprendiendo que la ternura era algo más que una palabra en el diccionario: como dijo D. H. Lawrence, no es un embellecimiento del sexo, si no el centro mismo del acto. Aprendiendo lo que el pobre tipo del teléfono nunca podría adivinar, al igual que la mayor parte de la gente de este país de locos. Para luego perderlo, perderlo por culpa de una bala perdida disparada a ciegas por ahí.



August Personage, a punto de abandonar la cabina telefónica del Automat, en la Calle Cuarta y la Avenida de las Américas, capta un brillo plástico en el suelo. Agachándose, levanta una carta de tarot pornográfico, la cual mete rápidamente en un bolsillo para examinarla en detalle más tarde.



Era el cinco de Oro.



Una vez que la sala del trono quedó desierta, y los creyentes se habían retirado maravillados y con fe redoblada, Hassan se arrodilló y separó las dos mitades de la bandeja que sostenía la cabeza de Ibn Azif. “Tus gritos fueron muy convincentes” comentó, levantando la trampilla debajo del plato; Ibn Azif salió, satisfecho por su propia performance. Su cuello era grueso, taurino, sólido y estaba indemne.