01 - Illuminatus Parte I: El Ojo en La Pirámide - Libro I: VERWIRRUNG - Primer Viaje, o Kether





1975



Título Original: The Eye in the Pyramid

Autores: Robert Shea y Robert Anton Wilson

Traducción: Guillermo A. Mazzucchelli

Arte de cubierta: Carlos Victor Ochagavia




¡Illuminatus! Parte I



El Ojo en la Pirámide



Libro Uno: VERWIRRUNG



La historia del mundo es la historia de las guerras entre sociedades secretas

- Ishmael Reed, Mumbo-Jumbo






Primer Viaje, o Kether



De Dealey Plaza al Watergate…







El Sabio Púrpura abrió su boca y movió su lengua y habló y les dijo:

La Tierra tiembla y los Cielos se sacuden; las bestias de la naturaleza huyen en manadas, y las naciones de los hombres se divididen; los volcanes hacen erupción mientras que en todas partes el agua se congela y luego se derrite; otros días solamente llueve. De hecho, muchas cosas pasarán.

-Lord Omar Khayaam Ravenhurst, G. C. S., “El Libro de las Predicciones”. El Honesto Libro de la Verdad









Fue el año en que finalmente hicieron inmanente el Eskatón. El primero de Abril las potencias mundiales se acercaron más que nunca a un conflicto nuclear, debido a una oscura isla llamada Fernando Poo. Al poco tiempo los asuntos internacionales de la guerra fría retomaron su nivel normal y algunos ingeniosos se refirieron al suceso como la peor broma de mal gusto en la historia. Sucede que me enteré de todos los detalles de lo acontecido pero no tengo idea de cómo referirlos de manera tal que tengan sentido para el grueso de los lectores. Por ejemplo, no estoy seguro siquiera de quién soy, y mi problema con esta cuestión es que me hace reflexionar si creerán lo que digo. Peor aún, soy conciente de una ardilla - en el Central Park, justo sobre la 68 street, en la ciudad de New York - que está saltando de un árbol a otro -, y creo que esto sucede la noche del 23 de Abril (¿o es la mañana del 24?), pero encajar a la ardilla con Fernando Poo está mas allá de mis poderes actuales. Les ruego tolerancia. No hay nada que pueda hacer para facilitarnos las cosas, ustedes deberán aceptar ser guiados por una voz sin cuerpo, y yo deberé aceptar la compulsión de hablar, incluso siendo dolorosamente conciente de que hablo para una audiencia invisible y tal vez inexistente. Los sabios han considerado a la Tierra como una tragedia, una farsa e incluso como el truco de un ilusionista; pero todos, si son verdaderos sabios y no intelectuales parlanchines, reconocerán que es una especie de escenario en donde interpretamos un rol que muchos de nosotros hacemos sin haber estudiado y ensayado antes de que se abra el telón. Tal vez es excesivo si les pido que la veamos como un circo, un carnaval ambulante que vaga alrededor del Sol en una temporada récord de mil millones de años produciendo nuevos monstruos y milagros, engaños y contratiempos malditos, maravillas y meteduras de pata, pero que nunca es tan entretenido como para impedir que la audiencia se vaya marchando, uno a uno, hacia sus moradas para pasar un invierno largo y aburrido durmiendo bajo el polvo. Entonces digamos, aunque sea por un momento, que he encontrado una identidad como maestro de ceremonias; pero como esa corona no ajusta bien en mi cabeza (si es que tengo cabeza), debo advertirles que la troupe es pequeña para un universo de este tamaño, y muchos debemos doblar o triplicar nuestras apariciones, así que volverán a verme en otros disfraces. De hecho, muchas cosas pasarán.



Por ejemplo, ahora no estoy para bromas o de buen humor. Estoy furioso. Estoy en Nairobi - Kenia - y mi nombre es, si ustedes me disculpan, Nkrumah Fubar. Mi piel es negra (¿eso los incomoda? a mi no) y estoy, como muchos de ustedes, a medio camino entre el tribalismo y la tecnología. Para ser franco, como chamán kikuyu moderadamente ajustado a la vida citadina, todavía creo en la brujería - no he enloquecido lo suficiente como para negar mis propios sentidos - . Es 3 de Abril y Fernando Poo ha arruinado mi sueño durante varias noches consecutivas, así que espero que me disculpen si admito que mi tarea actual está lejos de ser edificante y no es otra que la de construir muñecos de los dirigentes de América, Rusia y China. Adivinaron: voy a clavar agujas en sus cabezas todos los días durante un mes; si ellos no me dejan dormir, yo no los dejaré dormir. Esto es justicia, en cierto sentido.



En efecto el presidente de los Estados Unidos tuvo migrañas severas esa semana, pero los regentes ateos de Moscú y Pekín fueron menos susceptibles a la magia. No reportaron ni una molestia. Pero, aguarden, hay otro protagonista en nuestro circo y es uno de los más inteligentes y decentes del grupo; su nombre es impronunciable, pero pueden llamarlo Howard y nació delfín. Él se encuentra nadando entre las ruinas de la Atlántida, el tiempo corre y ya es 10 de Abril; no estoy seguro de qué es lo que Howard ve, pero le preocupa y decide contárselo a Hagbard Celine. Hagbard Celine no es alguien que yo conozca. No importa; miren las olas correr y alégrense de que todavía no haya demasiada contaminación. Miren la manera en que el Sol dorado ilumina cada ola con un destello que explota en chispas con la rompiente; y observen, observen el oleaje; así es sencillo dejar pasar cinco horas en un solo segundo y encontrarnos en tierra, entre los árboles y las hojas caídas, como una brisa poética antes del horror. ¿Dónde estamos? Hace cinco horas, en el mismo instante en que Howard hace piruetas en la Atlántida, Sasparilla Godzilla, una turista de Simcoe - Ontario - (que tuvo la desgracia de nacer humana) hace un clavado frontal en seco y queda inconciente en el suelo. Es afuera del Museo de Antropología del parque de Chapultepec, México D. F., y los otros turistas están bastante sorprendidos debido al colapso de la pobre dama. Más tarde ella culpó al calor. Mucho menos sofisticada en materias de importancia que Nkrumah Fubar, no se molestó en contarle a nadie, ni recordar ella misma qué era lo que provocó su desmayo. En Simcoe, los vecinos siempre dijeron que Harry Godzilla tenía una esposa sensata, y en Canadá (o los EEUU) es sensato ocultar ciertas verdades. No, en este punto mejor no las llamo verdades. Dejemos en claro que ella vio, o imaginó ver, una especie de sonrisa burlona y siniestra cruzando el rostro de la gigantesca estatua de Tlaloc, el dios de la lluvia. Nadie de Simcoe había visto algo semejante anteriormente; De hecho, muchas cosas pasarán.



Y si ustedes creen que el caso de la pobre dama es inusual, deberían examinar los registros psiquiátricos de instituciones públicas y privadas del resto del mes. Los reportes de ansiedades inusitadas y manías religiosas entre los pacientes esquizofrénicos de hospitales psiquiátricos ascendieron hasta el cielo. Hombres y mujeres corrientes abandonaron las calles alegando ojos vigilantes, seres encapuchados atravesando habitaciones cerradas, figuras coronadas dando órdenes ininteligibles y voces que clamaban ser Dios o el Diablo; un verdadero aquelarre, por cierto. Pero el veredicto cuerdo fue atribuir todo esto a las secuelas de la tragedia de Fernando Poo.



El teléfono sonó a las 2:30 A.M. de la madrugada del 24 de Abril. Entumecido, atontado, abatido, y a tientas en la oscuridad, encuentro e identifico un cuerpo, un ‘yo’, una acción. “Goodman” digo al descolgar, apoyado en un brazo y sin lograr despertar.



“Bomba y homicidio” me dice la voz eléctrica y de eunuco en el tubo. Duermo desnudo (perdón por eso) y me voy poniendo los calzoncillos y los pantalones mientras copio la dirección. 68 Street Oeste, cerca del Consejo para las Relaciones Exteriores. “Voy” digo y cuelgo.



“¿Qué pasa?” murmura Rebecca desde la cama. Ella también duerme desnuda y ello me trae memorias placenteras de hace un par de horas atrás. Supongo que algunos de ustedes se sorprenderán si les cuento que estoy pasando los sesenta años y ella sólo tiene veinticinco. El hecho de que estemos casados no mejora nada, lo sé.



Éste no es un mal cuerpo para mi edad, y ver a Rebecca con las sábanas corridas a un costado me recuerda lo bueno que es. A esta altura ya no recuerdo haber sido el maestro de ceremonias, o los ecos que retengo se confunden con el sueño. Beso su cuello, casi sin darme cuenta, porque ella es mi mujer y yo su marido (e inspector del Escuadrón de Homicidios del Norte, para ser exactos), y cualquier noción de haber sido un extraño en este cuerpo se desvanece en el aire junto con mis sueños. En el aire limpio.



“¿Qué pasa?” repite, todavía más dormida que despierta.



“Los malditos extremistas de nuevo” digo poniéndome la camisa, sabiendo que cualquier respuesta es buena para su estado de semi-conciencia.



“Umm” dice satisfecha, y vuelve al sueño profundo.



Lavé mi cara, la de un viejo cansado mirándome desde el espejo, y me peiné. El tiempo suficiente como para pensar en que el retiro está a pocos años, para recordar cierta aguja hipodérmica y un día en Catskills junto a mi primera mujer, Sandra, cuando todavía al menos tenían aire limpio allí…medias, zapatos, corbata, sombrero…y el duelo nunca termina: por mucho que amo a Rebecca, nunca dejé de estar de duelo por Sandra. Bomba y homicidio. Qué mundo meshuganah. ¿Recuerdan cuando al menos todavía se podía manejar en New York a las tres de la madrugada sin embotellamientos? Esos días terminaron; los camiones, a los que han prohibido circular de día, hacen sus entregas a esta hora. Se supone que todo el mundo debe fingir que la polución se ha ido al amanecer. Papá solía decir: “Saúl, Saúl, se lo hicieron a los indios y ahora se lo hacen a sí mismos. Goyische narrs”. Él dejó Rusia para escapar del pogrom en 1905, pero creo que vio demasiado antes de irse. Me parecía un viejo cínico por entonces, y yo ahora parezco un viejo cínico para otros. ¿Hay algún patrón o sentido en algo de esto?



La escena de la explosión era en uno de esos viejos edificios de oficinas con recibidores estilo gótico y suelo color jengibre. A la luz exigua de esa hora, me hizo recordar a la atmósfera oscura de Charlie Chan en el Museo de Cera. Un olor golpeó mis fosas nasales tan pronto como llegué.



Un patrullero que rondaba en el interior se sobresaltó al reconocerme. “Perjudicó al diecimoséptimo piso y parte del diecimoctavo,” dijo “también a una tienda de mascotas en la planta baja. Un efecto de la dinámica. Nada más se dañó aquí abajo, aunque reventaron todas las peceras. Eso es el olor”.



Barney Muldoon, un viejo amigo con el look y los manierismos de un policía de las películas de Hollywood, apareció entre las sombras. Un tipo duro y nada tonto - como a él le gustaba simular - razón por la cual era jefe del Escuadrón de Explosivos.



“¿Tu caso Barney?” pregunté, casualmente.



“Eso parece. Nadie murió. El llamado se derivó a ti porque un maniquí del decimoctavo se quemó y el primer patrullero en llegar aquí pensó que era un cuerpo humano”.



(Esperen: George Dorn está gritando)



La cara de Saúl no mostró reacción a la respuesta, pero los jugadores de póker de la Orden Fraternal de la Policía ya se habían dado por vencidos hace mucho, tratando de leer esa moderación talmúdica inescrutable. Como Barney Muldoon, supe cómo me sentiría si hubiera tenido la opción de arrojar este caso a otro departamento y apurarme en llegar a casa, teniendo una mujer hermosa como Rebecca Goodman. Miré hacia abajo, le sonreí a Saúl - ahora su altura no le permitiría entrar en la Fuerza, pero las reglas eran diferentes cuando él era joven - y añadí tranquilamente “…pero de cualquier manera aquí debe haber algo para ti”.



El sombrero se inclinó mientras Saúl sacó su pipa y comenzó a llenarla. Todo lo que dijo fue, “¿Ah?”.



“En este momento estamos notificando a Personas Perdidas,” dije, “pero si lo que temo es correcto, esto terminará en tu escritorio después de todo”.



Él encendió un fósforo y comenzó a pitar. “Alguien perdido a esta hora… será encontrado entre los vivos… en la mañana” dijo entre pitadas. El fósforo se apagó y las sombras se quedaron quietas.



“No en este caso” dijo Muldoon. “Él ha desaparecido hace tres días”



“Un irlandés de tu tamaño no puede ser más sutil que un elefante,” dijo Saúl cansinamente “Deja de sugerir. ¿Qué es lo que tienes?”.



“La oficina que recibió el ataque era de una revista llamada Confrontación,” explicó Muldoon obviamente alegre de compartir la miseria. “Es de centro izquierda, así que esto probablemente sea un trabajo de radicales de derecha y no de izquierdistas. Lo interesante es que no hemos podido encontrar al editor - Joseph Malik - en su casa, y cuando llamamos a uno de los editores asociados, ¿Qué piensas que nos dijo?: que Malik desapareció hace tres días. Su casero lo confirmó. Él intentó dar con Malik, porque hay un reglamento de prohibición de mascotas allí y los otros inquilinos se han estado quejando por sus perros. Por lo tanto, si un hombre desaparece y una bomba estalla en su oficina, creo que el asunto eventualmente debería atraer la atención del Departamento de Homicidios, ¿no crees?”.



Saúl gruñó. “Debería o no debería,” dijo. “Me voy a casa. En la mañana lo comprobaré con Personas Perdidas, a ver qué tienen.”



El patrullero habló. “¿Saben qué es lo que más me molesta? Los Criadores Bucales egipcios”.



“¿Los qué?” preguntó Saúl.



“La tienda de mascotas,” explicó el policía señalando al otro lado del vestíbulo, “escudriñé el daño y vi que tenían una de las mejores colecciones de peces tropicales exóticos de la ciudad de New York. Incluso Criadores Bucales egipcios”. Notó las expresiones en las caras de los detectives y añadió quedamente “Si no coleccionan peces no lo comprenderán. Pero, créanme, un Criador Bucal egipcio es bastante difícil de conseguir en estos días, y están todos muertos allí dentro”.



“¿Criador Bucal?” preguntó Muldoon incrédulamente.



“Si, verá, mantienen a sus crías en la boca varios días después del nacimiento y nunca, nunca se las tragan. Eso es lo genial de coleccionar peces: uno puede apreciar las maravillas de la naturaleza”.



Muldoon y Saúl se miraron. “Es estimulante,” dijo Muldoon al fin, “tener tantos universitarios graduados en la Fuerza por estos días”.



La puerta del ascensor se abrió y Dan Pricefixer, un joven detective pelirrojo del equipo de Muldoon, emergió llevando una caja de metal.



“Creo que es importante, Barney” dijo rápidamente, apenas saludando a Saúl con un gesto. “Muy importante. La encontré entre los escombros, y se había abierto con la explosión, así que miré en su interior”.



“¿Y?” urgió Muldoon.



“Es el conjunto de informes más raros que he visto. Más raro que un obispo con tetas”.



Esta va a ser una noche larga, pensó Saúl de repente, con un sentimiento abrumador. Una noche larga y un caso difícil.



“¿Quieres echarle una ojeada?” le preguntó Muldoon maliciosamente.



“Mejor que encuentren un lugar para sentarse,” señaló Pricefixer, “les llevará un rato examinarlos”.



“Usemos la cafetería” sugirió Saúl.



“No tienen idea,” repitió el patrullero “de lo que vale un Criador Bucal egipcio”.



“Es duro para todas las razas, hombre o pez.” dijo Muldoon en uno de sus raros intentos por emular la forma de hablar de Saúl. Se dirigieron a la cafetería dejando atrás al patrullero, que se veía vagamente angustiado.



Su nombre es James Patrick Hennessy y hace tres años que está en la Fuerza. No vuelve a aparecer en esta historia en absoluto. Tiene un hijo retardado de cinco años a quien ama desconsoladamente; ustedes ven miles de caras como la suya en la calle todos los días, y nunca imaginan lo bien que sobrelleva su tragedia… y George Dorn, quien una vez quiso dispararle, todavía está gritando… pero Barney y Saúl están en la cafetería. Miren alrededor. La transición del vestíbulo gótico a éste salón de colores plásticos laminados brillantes y funcionales es, podría decirse, muy loca. No le presten atención al olor; aquí estamos más cerca de la tienda de mascotas.



Saúl se quitó el sombrero y pasó una mano por su cabello gris, pensativamente, mientras Muldoon inspeccionaba los dos primeros informes de un vistazo. Luego se puso los lentes y comenzó a leerlos detenidamente, en su propia manera metódica y pensativa. Sostengan sus sombreros. Esto es lo que decían:





PROYECTO ILLUMINATI: MEMO # 1



23/7



J. M.:

La primera referencia que encontré está en Violencia, de Jacques Ellul (Seabury Press, New York, 1969). Él dice (páginas 18-19) que los Iluminados fueron fundados por Joachim de Floris en el siglo XI y originalmente enseñaban una antigua doctrina cristiana de pobreza e igualdad, pero luego bajo el liderazgo de Fra Dolcino en el siglo XV se volvieron violentos, robándole a los ricos y anunciando el inminente reinado del Espíritu. “En 1507”, concluye, “fueron derrotados por ‘las fuerzas del orden’ - esto es, un ejército comandado por el obispo de Vercueil”. No menciona ningún movimiento Iluminista en los siglos posteriores o en épocas más recientes. Tendré más material hoy.



Pat



P. S.: Encontré algo más sobre Joachim de Floris en los archivos del National Review. William Buckley y sus seguidores piensan que Joachim es responsable del liberalismo, socialismo y comunismo modernos. Lo condenaron, en el sentido teológico de la palabra. Cometió la herejía, dijeron, de “hacer inmanente el Eskatón cristiano”. ¿Quieres que busque en un tratado técnico de tomismo? Creo que significa algo así como acercar el fin del mundo.





PROYECTO ILLUMINATI: MEMO # 2



23/7



J. M.:



Mi segunda fuente fue de más ayuda: Akron Daraul, Historia de las Sociedades Secretas (Citadel Press, New York, 1961).



Daraul también sigue el rastro de los Illuminati hasta el siglo XI, pero no hasta Joachim de Floris. Él ve su origen en la secta islámica de los Ismaelitas, también conocida como la Orden de los Asesinos. Fueron vencidos en el siglo XIII, pero más tarde volvieron a aparecer con una filosofía menos violenta y eventualmente se convirtieron en la secta Ismaelita actual liderada por el Aga Kahn. De cualquier manera, durante el siglo XVI en Afganistán, los Iluminados (Roshinaya) utilizaron las tácticas originales de la Orden de los Asesinos. Fueron derrotados gracias a una alianza entre mongoles y persas (páginas 220-223). Pero “los albores del siglo XVII vieron la fundación de los Iluminados españoles, los Alumbrados, condenados por un edicto de la Santa Inquisición en 1623. En 1654, los iluministas Guerinets atrajeron la atención pública en Francia”. Y finalmente - la parte que más te interesa - los Illuminati bávaros, fundados el primero de Mayo de 1776 en Ingolstadt, Baviera, por Adam Weishaupt, un ex-jesuita. “Los documentos existentes muestran muchos puntos de semejanza entre los iluministas germanos y los de medio oriente, puntos difíciles de ubicar en el terreno de la mera coincidencia” (página 225). Los Illuminati de Weishaupt fueron suprimidos por el gobierno bávaro en 1785; Daraul también menciona a los Illuminati de París en 1880, pero sugiere que sólo fueron una moda pasajera. No acepta la noción de que en la actualidad todavía existan los Illuminati.



Esto empieza a verse grande. ¿Por qué le ocultamos los detalles a George?



Pat





Saúl y Muldoon intercambiaron miradas. “Veamos que dice el siguiente” dijo Saúl. Leyeron juntos:





PROYECTO ILLUMINATI: MEMO # 3



24/7



J. M.:



La Encyclopedia Britannica tiene muy poco sobre el tema (Edición de 1966, volumen 11, de “Halicar a Impala”, página 1094):



Illuminati: movimiento republicano de librepensadores de corta duración, fundado el 1 de mayo de 1776 por Adam Weishaupt, profesor de leyes canónicas de Ingolstadt y jesuita retirado. De 1778 en adelante empezaron a contactarse con varias Logias Masónicas bajo el impulso de A. Knigge (uno de sus jefes conversos) donde paulatinamente comenzaron a ganar posiciones jerárquicas…



La confabulación fue atractiva para hombres de letras como Gohete y Herder, y para los duques reinantes de Gotha y Weimar…



El movimiento sufrió una discrepancia intestina y finalmente fue prohibido por un edicto del gobierno bávaro en 1785.



Pat





Saúl hizo una pausa. “Te hago una apuesta, Barney” dijo reposadamente. “El Joseph Malik que desapareció es el J. M. para quien fueron escritos estos memos”.



“Seguro,” replicó Muldoon con tono burlón “y estos Illuminati todavía andan por aquí y lo raptaron. Honestamente, Saúl,” completó, “aprecio la forma en que tu mente se adelanta a los hechos. Pero no puedes ir tan lejos empezando desde la nada”.



“No estamos empezando desde la nada.” dijo Saúl suavemente, “aquí tenemos lo necesario para empezar, Uno:” levantó un dedo, “una bomba estalla en un edificio. Dos:” - otro dedo - “un ejecutivo importante desapareció tres días antes del ataque. Aquí hay dos inferencias: Alguien lo secuestró, o él supo lo que se venía y se esfumó. Ahora, mira los informes. Punto Tres:” - levantó otro dedo - “un trabajo estándar de referencia, la Encyclopedia Britannica, parece estar equivocado en lo referente al nacimiento de los Illuminati. Dice que fue en Alemania, siglo XVIII, pero los otros reportes los rastrean hasta, veamos, España en el siglo XVII, Francia mismo siglo, en el siglo XI en Italia y a medio mundo de distancia, en Afganistán. Así que tenemos otra deducción: Si la Britannica está equivocada sobre su comienzo, puede estar equivocada sobre su final. Ahora une los puntos con las inferencias”.



“…Y los Illuminati raptaron al editor y volaron su oficina. Una locura. Todavía digo que estás yendo muy rápido”.



“Tal vez no estoy yendo bastante rápido,” dijo Saúl “una organización que, como mínimo, existió un par de siglos y mantuvo sus secretos bien escondidos la mayor parte de ese tiempo, en la actualidad podría ser muy fuerte”. Guardó silencio y cerró sus ojos para concentrarse. Luego de un momento miró al otro hombre en forma inquisitiva.



Muldoon también había estado pensando. “He visto al hombre en la Luna,” dijo, “he visto a los estudiantes irrumpir en las oficinas de administración y cagar en los cestos de basura. Incluso he visto monjas en minifaldas. Pero que una conspiración internacional haya existido por más de ochocientos años es como abrir la puerta de tu casa y encontrarte con James Bond y el Presidente de los EEUU a los tiros con Fu Manchú y los cinco hermanos Marx originales”.



“Estás tratando de convencerte a tí mismo, no a mí, Barney, esto se entierra tan profundo que si lo partes en tres, cada uno de los fragmentos todavía serían tan largos que llegarían de aquí hasta el Bronx. Hay una sociedad secreta que sigue entorpeciendo la política internacional. Cualquier persona inteligente lo ha sospechado alguna vez. Nadie quiere más guerras, pero las guerras continúan sucediendo ¿Por qué? Enfréntalo Barney, éste es el caso pesado sobre el cual hemos tenido pesadillas. Muy pesado. Si fuera un cadáver los portadores del féretro sufrirían hernias dobles durante el funeral… ¿Y bien?” apremió Saúl.



“Bien, tendremos que hacer algo o quitarnos del paso, como decía mi santa madre”.



Fue el año en que finalmente hicieron inmanente el Eskatón. El primero de Abril las potencias mundiales se acercaron más que nunca a un conflicto nuclear, debido a una oscura isla llamada Fernando Poo. Pero mientras todos los ojos se volvieron hacia el edificio de la ONU con desconfianza y con esperanza apremiante, en Las Vegas vivía un sujeto único conocido como Carmel. Su casa estaba en Date Street y tenía una vista magnífica del desierto, algo que él valoraba. Le gustaba pasar largas horas mirando los cactus del yermo, aunque no sabía por qué. Si ustedes le hubieran dicho que simbólicamente estaba dándole la espalda a la humanidad, él no habría comprendido, aunque tampoco se habría ofendido; el comentario le habría sido irrelevante. Si hubieran añadido que él mismo parecía una criatura del desierto como el Monstruo de Gila o la serpiente de Cascabel, se habría aburrido de ustedes, clasificándolos como tontos. Para Carmel la mayoría del mundo era gente estúpida que hacía preguntas sin sentido y que se preocupaba por asuntos intrascendentes; sólo unos pocos - como él - habían descubierto lo que era realmente importante - el dinero - y lo perseguían sin distracciones, escrúpulos o trivialidades. Sus momentos favoritos eran aquellos como esa noche del primero de Abril, en que se sentaba a contar el fajo del mes, mirando ocasionalmente el paisaje chato y arenoso en su ventana apenas iluminado por las luces de la ciudad detrás de él. En este desierto físico y emocional experimentó la felicidad, o lo más cercano a la felicidad que pudo encontrar. Sus chicas habían ganado 46.000 dólares durante Marzo, de los cuales él tomaba 23.000; luego de pagar el diez por ciento a la Hermandad para que le dejaran operar sin el estorbo de los soldados de Nariz de Banana Maldonado, le quedaban 20.700 dólares de beneficio libre de impuestos. El Pequeño Carmel, - por su altura de un metro cincuenta y ocho - con su cara de comadreja triste, sonreía de oreja a oreja mientras completaba sus cálculos; su emoción era tan inexpresable, en términos normales, como la de un necrófilo entrando en la morgue. Había probado cada combinación sexual posible con sus chicas; pero ninguna le había dejado con una cara de satisfacción como aquella del primero de mes.



No sabía que obtendría 5 millones de dólares, ni que incidentalmente se convertiría en el ser humano más importante sobre la Tierra antes del primero de Mayo. Si hubieran intentado explicárselo él habría largado todo y habría preguntando simplemente: “5 millones… ¿Cuántas gargantas tengo que cortar para poner mis manos sobre ellos?”



Pero aguarden: Saquen el Atlas y busquen África. Recorran visualmente hacia abajo la costa occidental del continente hasta llegar a Guinea Ecuatorial. Deténganse en la curva donde el océano Atlántico se transforma en el Golfo de Biafra. Notarán una cadena de islitas; luego, observarán que una de ellas es Fernando Poo. Allí, en la ciudad capital de Santa Isabel, a principio de los ‘70s el capitán Ernesto Tequila y Mota leyó y releyó cuidadosamente Golpe de Estado: Manual Práctico de Edgard Luttwak y plácidamente puso manos a la obra en la fórmula para lograr un golpe de estado perfecto en Santa Isabel. Armó su agenda, hizo sus primeros seguidores entre otros oficiales, formó un grupo y comenzó el lento proceso de arreglar las cosas de manera tal que los oficiales leales a Guinea Ecuatorial estuvieran asignados al menos durante cuarenta y ocho horas en algún punto alejado de la capital cuando ocurriera el golpe. Hizo el boceto de la primera proclama que su nuevo gobierno emitiría. Tomó los mejores eslóganes de los grupos más poderosos de izquierda y derecha y los incrustó firmemente en un contexto de conservadurismo liberal insípido. Esto encajaba excelentemente con las prescripciones de Luttwak, dándole a todo el mundo en la isla una pequeña esperanza de que sus propios intereses y creencias serían respetados por el nuevo régimen. Y, luego de tres años de planeamiento, golpeó: los oficiales principales del viejo régimen fueron puestos bajo arresto domiciliario rápidamente y sin derramamiento de sangre; las tropas ocuparon las estaciones radiales y las oficinas de los diarios. La proclama inofensivamente fascista-conservadora-liberal-comunista de la Nueva República del Pueblo de Fernando Poo salió al mundo a través de la radio de Santa Isabel. Ernesto Tequila y Mota consiguió lo que ambicionaba - ascender de capitán a generalísimo de un solo paso-. Ahora, al fin, comenzó a preguntarse cómo hace uno para gobernar un país. Probablemente tendría que leer un nuevo libro y esperaba que hubiese uno tan bueno como el tratado de Luttwak sobre cómo tomar un país. Esto fue el 14 de Marzo.



El 15 de Marzo, el mero nombre de Fernando Poo era desconocido para todos los miembros de la Casa de los Representativos de EEUU, para cada senador, cada oficial del Gabinete y para todos los jefes de personal de la Junta menos uno. De hecho, la primera reacción del Presidente al leer el informe de la CIA que aterrizó en su escritorio esa tarde, fue preguntar a su secretario “¿Adonde carajo está Fernando Poo?”



Saúl se quitó los lentes y los limpió con un pañuelo, conciente de su edad y repentinamente más cansado que nunca. “Te pregunto, Barney,” comenzó.



Muldoon sonrió. “Ya sé lo que se viene”



Metódicamente, Saúl inquirió “¿Quién, de tu equipo, piensas que es un doble agente de la CIA?”



“Robinson, seguro, y sospecho de Lehrman”



“Ambos deben irse. No tenemos opción”



“Los transferiré al Escuadrón de Vicios en la mañana. ¿Qué hay de los tuyos?”



“Hay tres de ellos, creo; también se irán”



“El Escuadrón de Vicios estará encantado por el incremento de mano de obra”



Saúl volvió a encender su pipa. “Algo más. Tendremos noticias del FBI”



“Seguro, si”



“No deben saber nada”



“Me estás llevando lejos en esto, Saúl”



“A veces uno debe seguir sus corazonadas. Éste va a ser un caso difícil ¿Concuerdas?”



“Un caso difícil” afirmó Muldoon.



“Entonces lo haremos a mi manera”



“Miremos el cuarto memo” dijo Muldoon atonalmente. Leyeron:





PROYECTO ILLUMINATI: MEMO # 4



24/7



J. M.:



Esta es una carta publicada en Playboy hace unos años (“The Payboy Advisor”, Playboy, Abril de 1969, páginas 62-64):



Recientemente escuché a un anciano con inclinaciones derechistas - un amigo de mis abuelos - que afirmaba que la ola actual de asesinatos en América es obra de una sociedad secreta llamada Illuminati. Dijo que los Illuminati existieron a lo largo de la historia, son dueños de los grupos financieros internacionales, todos han sido masones del grado 32 y eran conocidos para Ian Fleming, quien los retrató como Spectre en sus libros de James Bond, por lo cual los Illuminati lo eliminaron. Al principio me pareció un delirio paranoico. Hasta que leí en el New Yorker que Allan Chapman, uno de los investigadores de Jim Garrison en las pruebas del asesinato de Kennedy, creía que los Illuminati existen realmente…



Playboy, por supuesto, desprecia la idea como ridícula y relata la historia aceptada de la Encyclopedia Britannica, explicando que los Illuminati desaparecieron en 1785.



Pat





Pricefixer asomó la cabeza por la puerta de la cafetería. “¿Un minuto?”, preguntó.



“¿Qué sucede?” replicó Muldoon.



“Peter Jackson está aquí afuera. Él es el editor asociado con quién hablé por teléfono. Acaba de contarme algo sobre su última reunión con Joseph Malik, el editor, antes de su desaparición”.



“Tráelo” dijo Muldoon.



Peter Jackson era un hombre negro - verdaderamente negro, no oscuro o moreno - Vestía un chaleco a pesar del clima primaveral. También era, obviamente, muy desconfiado con la policía. Saúl lo notó de entrada y comenzó a pensar cómo hacer para solucionarlo - y al mismo tiempo observó un incremento en la suavidad del rostro de Muldoon, indicando que él también lo había notado y estaba tomando sus precauciones.



“Siéntate,” dijo Saúl cordialmente “y cuéntanos lo que le has relatado al otro oficial”. Con la gente nerviosa conviene dejar el rol de policía  y tratar de sonar como cualquier otra persona - alguien que, naturalmente, hace muchas preguntas -. Saúl comenzó a deslizarse dentro de la personalidad de su propio médico familiar, cosa que solía hacer cada tanto. Hasta se obligaba a sentir el estetoscopio colgando de su cuello.



“Bien,” comenzó Jackson con acento de Harvard, “tal vez esto no sea importante. Tal vez solo sea una coincidencia”.



“Mucho de lo que escuchamos son coincidencias sin importancia,” dijo Saúl gentilmente, “pero escuchar es nuestro trabajo”.



“Cualquier persona habría abandonado este asunto, excepto un chiflado,” dijo Jackson, “por eso realmente me sorprendió cuando Joe me contó en qué iba a involucrar a la revista”. Hizo una pausa y estudió los rostros impasibles de ambos detectives; encontrando poco allí, continuó reluctante “fue el viernes pasado. Joe me dijo que tenía una pista que le interesaba y que iba a poner a un escritor del staff en ella. Quería reabrir la investigación de los asesinatos de Martin Luther King y de los hermanos Kennedy”.



Saúl, cuidadosamente, evitó mirar a Muldoon y corrió su sombrero para cubrir los informes sobre la mesa. “Discúlpenme un momento”, dijo amablemente y dejó la cafetería.



Encontró una cabina telefónica en el vestíbulo y llamó a su casa. Rebecca contestó luego del tercer timbrazo; obviamente no había vuelto a dormirse cuando él se fue. “¿Saúl?”, preguntó, suponiendo quién podría llamar a esa hora. “Va a ser una noche muy larga” dijo Saúl.



“Oh, carajo”



“Ya sé, nena. Pero este es un caso muy jodido”.



Rebecca suspiró “me alegra que tuvimos acción esta noche. Si no estaría furiosa”.



Saúl pensó, por un instante, en cómo sonaría esta conversación para un extraño. Un hombre de sesenta años y su esposa de veinticinco. Y si supieran que cuando él la conoció, ella era una prostituta adicta a la heroína…



“¿Sabes que voy a hacer?” Rebecca bajó la voz. “Voy a quitarme el camisón, tiraré las sábanas al pié de la cama, me recostaré desnuda y pensaré en ti, esperándote”.



Saúl suspiró “un hombre de mi edad no sería capaz de responder a eso, después de hacer lo que hicimos más temprano”



“Pero respondiste, ¿No fue así?” su voz era íntima y sensual.



“Seguro. Y ahora no podré abandonar la cabina telefónica por un par de minutos”



Ella emitió una risita suave y dijo “estaré esperando…”



“Te amo” dijo él, sorprendido (como siempre) por la simpleza de esa verdad para un hombre de su edad. Si esto sigue no podré abandonar esta caseta, pensó. “Escucha,” añadió apurado, “cambiemos de tema antes de que comience a utilizar los recursos viciosos de un muchacho adolescente. ¿Qué es lo que sabes sobre los Illuminati?” Rebecca se había graduado en antropología con estudios en psicología antes de que la droga la capturara y la arrojara al abismo del que él la había rescatado; su erudición a veces lo dejaba atónito.



“Son una farsa” dijo ella.



“¿Cómo?”



“Una farsa. Un grupo de estudiantes de Berkeley la iniciaron alrededor del ‘66 o del ‘67”



“No es eso lo que pregunto. Hablo de los Illuminati originales de Italia, España y Alemania, desde el siglo XV al XVIII, ¿Sabes?”



“Ah, esa es la base de la farsa. Algunos historiadores derechistas piensan que los Illuminati todavía existen, verás, así que éstos estudiantes abrieron una facción Illuminati en el campus de Berkeley y comenzaron a lanzar impresos sobre todo tipo de hechos extraños, así la gente que quisiera creer en las conspiraciones tendría evidencia de reseña. Eso es todo. Humor de estudiantes”.



Eso espero, pensó Saúl. “¿Qué hay sobre la secta islámica de los Ismaelitas?”



“Tiene veintitrés divisiones, pero el Aga Kahn es el líder de todas ellas. Fue fundada alrededor de - eh… - 1090 D.C., creo, y originalmente fue perseguida, pero ahora forma parte de la religión musulmana ortodoxa. Tenían algunas doctrinas realmente raras. El fundador, Hassan i Sabbah, enseñaba que nada es verdad y que todo es permisible. Él vivió de esa manera - la palabra ‘asesino’ es una corrupción de su nombre -”.



“¿Algo más?”



“Si, estaba pensando en ello. Sabbah introdujo la marihuana al mundo occidental desde la India. La palabra ‘hachís’ también proviene de su nombre”



“Éste es un caso espinoso,” dijo Saúl, “y ahora que puedo salir de la cabina telefónica sin escandalizar al policía del hall, voy a volver al trabajo. No digas nada que me provoque otra erección. Por favor”



“No lo haré. Solo estaré aquí acostada, desnuda y…”



“Adiós”



“Adiós” dijo ella, riendo.



Saúl colgó frunciendo el ceño. La intuición de Goodman, lo llamaban los otros detectives. No es intuición; es una forma de pensar mas allá y entre medio de los hechos, una forma de sentir totalidades, de ver que debe haber relación entre el hecho número uno y el hecho número dos incluso cuando dicha relación no es visible aún. Lo sé, pensó. Los Illuminati existen, a pesar de que esos chicos de Berkeley estén bromeando.



Salió de su concentración y se dio cuenta de donde estaba. Notó una calcomanía en la puerta.



ESTA CABINA TELEFÓNICA ESTÁ RESERVADA PARA CLARK KENT



Sonrió: una broma intelectual. Probablemente alguien de la revista.



Volvió a la cafetería reflexionando. “Nada es verdad, todo es permisible. Con una doctrina como esa la gente sería capaz de…” se estremeció. Imágenes de Buchenwald y Belsen, de judíos que podrían haber sido él mismo…



Peter Jackson levantó la mirada cuando Saúl retornó a la cafetería. Una cara negra, inteligente, curiosa. Muldoon estaba tan impasible como los rostros del Monte Rushmore. “Mad Dog, en Texas, es el pueblo donde Malik creía que estos… asesinos… tendrían sus cuarteles,” dijo Muldoon “allí fue enviado el escritor del staff”.



“¿Cuál era el nombre del escritor?” preguntó Saúl.



“George Dorn,” respondió Muldoon “es un muchacho que estuvo en el ESD. Era más que cercano a la facción de Weathermen”



La computadora gigantesca de Hagbard Celine, FUCKUP[1] - First Universal Cybernetic-Kinetic-Ultramicro-Programmer - (Primer Ultramicro-Programador Universal Cibernético-Cinético) era básicamente, para la norma, la máquina lógica-logarítmica auto-programática más sofisticada de su tiempo; el nombre era uno de los chascarrillos de Celine. El verdadero atributo de singularidad de FUCKUP residía en el proceso programático-estadístico mediante el cual el artefacto podía “tirar” los hexagramas del I Ching, leyendo aleatoriamente los circuitos abiertos como una línea rota (yin) y los circuitos cerrados como una línea completa (yang) hasta completar un total de seis “trazos”. Consultando en sus bancos de memoria, donde estaban almacenadas todas las interpretaciones tradicionales del I Ching, y luego cruzándolos con sus datos sobre la política actual, y los datos económicos, meteorológicos, astrológicos, astronómicos y otras tecnicidades excéntricas, proveía una lectura de los hexagramas, la cual, para la mente de Hagbard Celine, combinaba lo mejor de los métodos científicos y ocultistas para prever los sucesos venideros. El 13 de Marzo el proceso generó espontáneamente el hexagrama 23 “La Desintegración”. Luego FUCKUP interpretó:



“Este signo de desdicha - tradicionalmente - fue el que leyeron los sacerdotes-científicos de la Atlántida poco antes de la destrucción de su continente, y generalmente se lo relaciona con la muerte en el agua. Otras vibraciones lo vinculan a  terremotos, tornados y otros desastres similares, así como a la enfermedad, decadencia y morbidez.



La primera correlación es con el desequilibrio entre la aceleración tecnológica y la regresión política que sigue creciendo a nivel mundial desde 1914 y especialmente desde 1964. La Desintegración es fundamentalmente el desbande mental esquemáticamente esquizoide  que provoca el intento de los políticos en administrar mundialmente una tecnología cuyos mecanismos desconocen y no comprenden, y cuya tendencia gestáltica los frustra, llevándolos a una división de naciones-estados medieval y obsoleta.



La inminencia de una III Guerra Mundial es probable y, considerando los avances del armamento químico-bacteriológico en conjunción con las vibraciones enfermas del hexagrama 23, la liberación de una plaga o gas nervioso - o ambos - es tan probable como la hecatombe termonuclear.



Prognosis general: Masacre masiva.



Hay cierta esperanza de evitar este patrón emergente, mediante prontas acciones de naturaleza correcta. Probabilidad de evitar el desastre: 0,17 ± 0,05.



Sin culpables.”



“¡Sin culpables una mierda!” rabió Hagbard; y rápidamente reprogramó a FUCKUP para que le leyera las psico-biografías condensadas de las figuras clave del mundo político y de los científicos más importantes de la tecnología bélica químico- bacteriológica.



El sueño le llegó al Dr. Charles Mocenigo el 2 de Febrero - más de un mes antes de la lectura de FUCKUP -. Él estaba, como era usual, conciente de estar soñando, por lo tanto la visión de una pirámide gigantesca que parecía caminar o moverse no lo afectó y se desvaneció rápidamente. Ahora parecía estar mirando la ampliación de una doble hélice de ADN; era tan detallada que comenzó a buscar las irregularidades vinculantes luego de cada 23 Angstroms. Para su sorpresa no estaban; en cambio había otras irregularidades cada 17 Angstroms. “¿Qué diablos…?” preguntó y la pirámide retornó y pareció hablar, diciendo: “Si, el Diablo”. Se despertó de un sacudón con un nuevo concepto viniendo a su conciencia, el Ántrax-Lepra-Mu, y comenzó a garabatear en el anotador en la mesa de luz.



“¿Qué carajo es este proyecto Puerta del Desierto?” preguntó el presidente luego de analizar el presupuesto. “Guerra de gérmenes” explicó un asistente solícitamente. “Comenzaron trabajando en algo llamado Ántrax Delta hasta desarrollar lo que llaman Ántrax Mu y…” Su voz quedó sepultada bajo el ruido de las trituradoras de papel en el cuarto de al lado. El presidente reconoció el sonido característico de los “Limpiadores de Fosas Sépticas” trabajando duro. “No importa,” dijo, “esas cosas me ponen nervioso”. Garabateó un rápido “OK” en el ítem y pasó a “Niños Desamparados”, lo cual lo hizo sentir mejor. “Aquí,” dijo, “esto es algo que podemos recortar”.



Olvidó todo acerca de la Puerta del Desierto, hasta la crisis de Fernando Poo. “Supongan, sólo supongan,” le preguntó a la Junta de Jefes, el 29 de Marzo, “que los amenazo con un zafarrancho termonuclear y ellos ni parpadean. ¿Tenemos algo que los pueda asustar aún más?”



Los Jefes intercambiaron miradas. Uno de ellos habló, tentativamente. “En las afueras de Las Vegas,” dijo, “tenemos este Proyecto Puerta del Desierto, que parece estar muy adelantado a los Camaradas en cuanto a b-b y b-q”



“Quiere decir biológico-bacteriológico y biológico-químico” el presidente explicó al vicepresidente, que fruncía el ceño. “Nada que ver con las armas de fuego B-B”. Volviendo su atención a los militares, preguntó “¿Qué tenemos, específicamente, que pueda revolver la sangre de Iván?”



“Bien, está el Ántrax-Lepra-Mu… es peor que cualquier otra forma de ántrax. Más mortal que la peste bubónica, el ántrax y la lepra juntos. De hecho,” el general que estaba hablando sonrió lúgubremente con la idea, “nuestra evaluación sugiere que ‘provoca una muerte tan rápida que la desmoralización psicológica de los sobrevivientes - si es que los hay - sería peor que en un intercambio termonuclear con un máximo de lluvia radiactiva”.



“Mi Dios,” dijo el presidente, “mi Dios. No usaremos eso al descubierto. Mi discurso sólo hablará de la Bomba, pero dejaremos que se filtre a los muchachos del Kremlin para que sepan que también tenemos el truco del ántrax en la nevera. Santo Dios, sólo esperen, y los tendremos de rodillas”. Se puso de pié decidido, firme, con la imagen que siempre proyectaba en la televisión. “Voy a ver a los escritores de mi discurso ya mismo. Mientras tanto arreglen que el cerebro responsable de éste Ántrax-Pi reciba un aumento. ¿Cuál es su nombre?” preguntó por encima del hombro mientras cruzaba la puerta.



“Mocenigo. Dr. Charles Mocenigo”



“Un aumento para el Dr. Charles Mocenigo” dijo el presidente desde el hall.



“¿Mocenigo?” preguntó el vicepresidente “¿Qué es? ¿Un tano[2]?”. 



“No digas tano,” le espetó el presidente “¿Cuántas veces debo decírtelo? No uses tano, mioshe o cualquier otra de esas palabras nunca más”. Habló con cierta aspereza por  temor de que algún día las grabaciones secretas que guardaba de todas las transacciones llevadas a cabo en la Sala Oval se hicieran públicas. Hacía tiempo se había jurado que si ese día llegaba, las cintas no estarían repletas de - “expeditamente borrado” - o - “intervención suprimida” -. Estaba desecho, pero así y todo habló con autoridad. Era, efectivamente, la mejor caracterización del macho dominante del mundo en su tiempo. Tenía 55 años, era duro, inteligente, era libre de las ambigüedades éticas que confundían a los intelectuales y hacía mucho tiempo había determinado que el mundo es un lugar de mierda en el cual sólo los más astutos y atrevidos pueden sobrevivir. También era lo más amable posible, para una persona con esa filosofía ultra-Darwiniana; amaba a los niños y a los perros genuinamente, a menos que se encontraran en un sitio a bombardear en nombre del Interés Nacional. Todavía tenía un poco de sentido del humor, a pesar de la carga de su oficio casi todopoderoso; era impotente con su esposa desde hacía diez años a la fecha, y generalmente conseguía el orgasmo en la boca de alguna prostituta habilidosa en un minuto y medio. Tomaba anfetaminas para mantener el ritmo de su jornada agotadora de veinte horas diarias, con el resultado de que su visión del mundo estaba un tanto inclinada en dirección a la paranoia, entonces tomaba tranquilizantes para evitar la preocupación excesiva, con el resultado de que sus distracciones a veces bordearan la esquizofrenia; pero la mayor parte del tiempo su perspicacia innata le hacía aferrarse a la realidad. Resumiendo, era bastante parecido a los mandatarios de Rusia y China.



En el Central Park, la ardilla despertó nuevamente con el sonido del bocinazo de un auto que pasaba. Gesticulando, furiosa, saltó a otro árbol e inmediatamente volvió a dormir. En el restaurante Brickford, de la calle 72, un hombre joven llamado August Personage salió de una cabina telefónica luego de hacer una llamada obscena a una mujer de Brooklyn; detrás suyo dejó una de sus calcomanías: ÉSTA CABINA TELEFÓNICA ESTÁ RESERVADA PARA CLARK KENT”. En Chicago, una hora antes en el reloj, pero al mismo instante en que se cerraba la puerta de la caseta, un grupo de rock llamado Clark Kent y sus Superhombres hacían un revival de “Rock Around the Clock”: su líder, un hombre negro y alto, doctorado en antropología, había sido conocido como El Hajj Starkerlee Mohammed durante su época de militancia unos pocos años atrás, pero su certificado de nacimiento decía que era Robert Pearson. Estaba observando a la audiencia y notó que el barbudo joven blanco, Simon, estaba - como de costumbre - con una chica negra, fetiche que Pearson-Mohammed-Kent podía comprender por psicología inversa, ya que él prefería a las chicas blancas. Simon no estaba metido en la música esta vez; estaba conversando profundadamente con la chica, y dibujaba el diagrama de una pirámide en la mesa para explicar lo que quería decir. “El Punto de la Corona…” Pearson escuchó que decía Simon por encima de la música. Escuchando Rock Around the Clock hace diez años, George Dorn decidió que se iba a dejar el pelo largo, iba a fumar hierba e iba a ser músico. Tuvo éxito en dos de estas ambiciones. La estatua de Tlaloc, en el Museo Antropología, México D. F., observaba insondablemente hacia arriba, hacia las estrellas… y esas mismas estrellas brillaban sobre el Caribe, donde un delfín llamado Howard jugaba en las olas.



La caravana de autos pasa por la Biblioteca de la Escuela de Texas y se mueve lentamente hacia el paso triple. En una ventana del sexto piso, Lee Harvey Oswald observa cuidadosamente a través del Carcano-Mannlicher: su boca esta seca, seca como el desierto. Pero su pulso es normal y no hay sudor en su frente. Éste es el momento, piensa, el momento de trascender el tiempo y el azar, lo hereditario y el entorno, el examen final para reafirmar la voluntad libre y el derecho de llamarme a mi mismo un hombre. En este instante, ahora, mientras aprieto el gatillo, el tirano muere y con él mueren todas las mentiras de una época cruel y falsa. Este momento y éste conocimiento son la exaltación suprema: su boca todavía está seca, seca como el polvo, seca como la muerte, como si sólo sus glándulas salivales se hubieran rebelado contra el asesinato que su intelecto pronuncia como necesario y justo. Ahora: recuerda la fórmula militar RARA[3]: Respirar, Apuntar, Relajar, Apretar. Respira, apunta, se relaja y comienza a apretar el gatillo cuando un perro ladra de repente.



Y queda con la boca abierta de estupefacción mientras escucha tres disparos obviamente provenientes de Grassy Knoll y el paso triple.



“Hijo de puta” dijo despacio como una plegaria. Y comenzó a sonreír, no con una mueca omnipotente como había esperado, pero sí con un gesto diferente, inesperado y, por ende, mejor: omnisciencia. Esa expresión aparece en todas las fotos del siguiente día y medio, antes de su propia muerte, una sonrisa burlona que dice claramente algo que nadie se atrevió a leer: Yo sé algo que ustedes no saben. Esa sonrisa sólo se apagó el domingo a la mañana cuando Jack Ruby enterró dos balas en el cuerpo fanático y frágil de Lee, y su secreto se fue junto a él a la tumba. Pero otra parte del secreto ya había abandonado Dallas en un jet de TWA hacia Los Ángeles, viajando detrás del traje de negocios, el cabello gris y los ojos moderadamente sardónicos de un pequeño hombre mayor, quien figuraba en la hoja de vuelo como “Frank Sullivan”.



Esto es serio, pensaba Peter Jackson; Joe Malik no sufría de alucinación paranoica. Las expresiones despreocupadas de Muldoon y Goodman no lo engañaban en absoluto. Hacía mucho que había aprendido el arte negro de sobrevivir en un mundo blanco, que  no es el arte de leer lo que hay en los rostros, si no lo que hay detrás. Los policías estaban preocupados y nerviosos, como cazadores tras las huellas de un animal grande y peligroso. Joe tenía razón con respecto al complot de asesinatos, y su desaparición y la bomba eran parte de eso. Esto significaba que George Dorn también estaba en peligro, y Peter le tenía cariño, a pesar de que fuera un crío esnob en cierto sentido y en otro aspecto un besa-culos del asunto racial como casi todos los jóvenes radicales blancos. Mad Dog, Texas, pensó Peter: suena como un mal lugar para meterse en problemas.



(Casi cincuenta años antes, un ladrón de bancos llamado Harry Pierpont se acercó a un joven convicto en la Prisión de Michigan y le preguntó: “¿Crees que haya una religión verdadera?”)



Pero, ¿Por qué está gritando George Dorn mientras Saúl Goodman lee los informes? Sosténganse para otro salto, y este es impactante. Saúl ya no es un ser humano; es un cerdo. Todos los policías son cerdos. Todo lo que han creído probablemente es mentira. El mundo es un lugar oscuro, siniestro, misterioso y aterrorizante. ¿Pueden digerir rápidamente todo eso? Entonces, entren en la mente de George Dorn por segunda vez, cinco horas después de la explosión en la Confrontación (cuatro horas, en el reloj), péguenle una pitada al porro, una calada profunda, y retengan el aliento (“One o’clock… two o’clock… three o’clock… ROCK!”) Están desparramados en la cama barata de un hotel andrajoso y una luz exterior de neón dibuja formas rosadas y azules en la habitación. Exhalen lentamente, sientan la subida de la hierba y miren si el empapelado ya luce más brillante. Hace calor, calor seco de Texas, se corren el pelo largo de la frente y hojean la libreta de notas, George Dorn, porque leer lo que han escrito últimamente los ayuda a entender en que se están metiendo. Mientras el neón tiñe la página de rosa y azul, leen lo siguiente:



23 de Abril



¿Cómo sabemos si el universo se está dilatando o si los objetos en él se están achicando? No pueden decir que el universo se está dilatando en relación con algo externo, porque no hay exterior con que comparar. No hay ‘afuera’. Pero si el universo no tiene un lado externo, entonces no tiene fin. Bien, pero lo interno sí tiene fin. ¿Cómo sabes que lo tiene idiota? Sólo estás jugando con las palabras, man.



- No, no lo estoy haciendo. El universo es un adentro sin afuera, el sonido de un…





Golpearon la puerta.



El Miedo se apoderó de George. Cada vez que estaba fumado, hasta el detalle más pequeño fuera de lugar en su mundo atraía al Miedo, irresistible, incontrolable. Contuvo la respiración, no para retener el humo en sus pulmones, si no porque el terror había paralizado los músculos de su pecho. Soltó el cuadernito de notas donde escribía sus pensamientos diariamente y agarró su pene, gesto habitual en momentos de pánico. La mano que sostenía el porro se movió automáticamente hacia la copia ahuecada de No puede suceder aquí, de Sinclair Lewis que yacía a su lado en la cama y arrojó el centímetro y medio de papel retorcido y marihuana en la bolsita llena de granitos verdes que había allí dentro. Instantáneamente se abrió un agujero ardiente en la bolsa, y la hierba que estaba cerca de la brasa comenzó a humear.



“Estúpido” se dijo George mientras su pulgar aplastaba el rescoldo humeante y contraía los labios en una mueca de dolor.



Un hombre bajo y gordo irrumpió en la habitación, y en cada línea de su rostro pequeño y astuto se leía: Oficial de la Ley. George se encogió y comenzó a cerrar No puede suceder aquí; y, como un relámpago, tres dedos duros como el concreto le torcieron el antebrazo. Él gritó y el libro saltó de sus manos desparramando marihuana a lo largo de toda la cama.



“No toques eso,” dijo el hombre, “vendrá un oficial para juntarlo como evidencia. Fui suave con esa llave de karate. De otra forma pasarías la noche con una fractura compuesta del brazo izquierdo en la enfermería de la Cárcel del Condado de Mad Dog y ningún doctor conservador tendría ganas de salir de su casa para tratarte”.



“¿Tiene una orden judicial?” George trató de sonar desafiante.



“Ah, crees tener cojones[4]”. El aliento del gordo apestaba a bourbon y cigarros baratos. “Cojones de conejo. Te he dado un susto mortal, chico, tú lo sabes, yo lo sé y así y todo encuentras el ánimo para hablarme de órdenes judiciales. Después querrás ver a la Unión Americana de Derechos Civiles”. Se quitó la chaqueta gris brillante de su traje que debió ser nuevo cuando Heartbreak Hotel era número uno en el Hit Parade. Una estrella plateada de cinco puntas decoraba el bolsillo de su camisa rosa y una 45 automática se clavaba en la cintura de su pantalón, apretujada contra la grasa de su panza. “Ésta es toda la ley que necesito cuando trato con los de tu tipo en Mad Dog. Ten cuidado conmigo, hijo, o no tendrás nada que agarrarte cuando te atrape otro cerdo, como te gusta llamarnos en tus articulillos. Algo que no sucederá durante los próximos cuarenta años, mientras te pudrirás y envejecerás en nuestra prisión estatal”. Parecía inmensamente satisfecho con su propio estilo de oratoria, como un personaje de Faulkner.



George pensó: Nuevamente está prohibido soñar; mutilamos nuestros placeres o los escondemos; los caballos están hechos de acero cromado. Y los hombres bajos y gordos los cabalgarán.



Y dijo “No pueden darme cuarenta años por posesión. Y la hierba es legal en la mayoría de los otros estados. Esta ley es arcaica y absurda”



“Mierda y cebollas, chico, tienes un montón de esa hierba asesina como para llamarlo simple posesión. Yo lo llamo posesión con intención de venta. Y las leyes de este estado son severas, justas, y son nuestras leyes. Sabemos lo que esa planta puede hacer. Recordamos a las tropas de Álamo y Santa Ana perdiendo todos sus miedos gracias a Rosa María, como la llamaban en aquellos días. Ponte de pié. Y tampoco pidas hablar con un abogado”.



“¿Puedo preguntar quién es usted?”



“Soy el Sheriff Jim Cartwright, Némesis de la maldad en Mad Dog y en el Condado de Mad Dog”.



“Y yo soy el pequeño Tim,” dijo George, inmediatamente diciéndose: cierra el culo, estás muy fumado. Y le dijo al hombre “tal vez los de su lado habrían vencido si Davy Crockett y Jim Bowie también hubieran estado drogados. Y, a propósito, ¿Cómo supo que podía atraparme con porro? Usualmente un periodista undergroud se aseguraría de estar limpio al venir a una de estas partes desoladas del país. No fue telepatía lo que le dijo que yo tenía hierba encima”.



El Sheriff Cartwright palmeó su muslo “Oh, pero lo fue. Fue telepatía. ¿Qué es lo que te hace pensar que no fue telepatía lo que me trajo aquí?”. Rió, agarró con puño de hierro el brazo de George y lo empujó por la puerta del cuarto del hotel. George sintió un terror abismal, como si el infierno se abriera debajo de él y el Sheriff Jim Cartwright fuera a empujarlo con un tridente hacia el azufre burbujeante. Y debo admitir que ese era más o menos el caso; hay momentos en la historia en que las visiones de los locos y de los drogadictos son una mejor guía a la realidad que el sentido común y la interpretación de los datos existentes en la - así llamada - mente normal. Éste es uno de esos períodos, por si no lo habían notado.



(“Sigue saliendo con esos vagos de Passaic y terminarás en la cárcel” solía decir la madre de George. “Recuerda mis palabras, George”. Y, en otro momento, en Columbia, tarde, luego de una reunión, Mark Rudd dijo sobriamente “muchos de nosotros vamos a pasar algún tiempo en las cárceles del Hombre antes de que la tormenta de mierda termine” y George y los demás asintieron tristemente pero con valentía. La marihuana que había estado fumando fue cultivada en Cuernavaca por un granjero llamado Arturo Jesús María Ybarra y Méndez quien la vendió a granel a un joven Yanqui llamado Jim Riley, hijo de un oficial de policía de Dayton, Ohio, que la pasó de contrabando por Mad Dog pagándole el soborno adecuado al Sheriff Jim Cartwright. Después, fue revendida a una dealer de Times Square llamada Rosetta la Fumona, y una tal Srta. Walsh del departamento de investigación de Confrontación compró trescientos gramos para sí, vendiéndole luego ciento cincuenta gramos a George, quien la llevó nuevamente a Mad Dog sin sospechar que virtualmente estaba completando un círculo. La semilla original era parte de la cepa recomendada por el General George Washington en su famosa carta a Sir John Sinclair, en la que escribe: “encuentro que, para todos los propósitos, la hierba india es muy superior a la variedad neocelandesa previamente cultivada aquí”. En New York, Rebecca Goodman, decidiendo que Saúl no volvería esa noche a casa, se puso una bata y comenzó a revisar su biblioteca. Finalmente seleccionó un libro de mitología babilónica y comenzó a leer: “Antes de todos los dioses estaba Mummu, el Espíritu del Caos Puro…” En Chicago, Simon y Mary Lou Servix están sentados desnudos en la cama, las piernas cruzadas en posición del loto. “No” está diciendo Simon “No te muevas, nena; espera a que tu cuerpo te mueva” Clark Kent y sus Superhombres repiten: “We’re gonna rock around the clock tonight… We’re gonna ROCK ROCK ROCK till the broad day light”)



El compañero de celda de George en la cárcel del Condado de Mad Dog tenía un rostro cadavérico y dientes grandes y protuberantes. Medía casi dos metros y yacía retorcido en el banco del calabozo como una pitón enroscada.



“¿Has pedido tratamiento?” preguntó George.



“¿Tratamiento para qué?”



“Bueno, si crees que eres un asesino…”



“Yo no creo, hermanito. He matado a cuatro blancos y a dos negros. Uno en California, el resto aquí. Me pagan por cada uno de ellos”.



“¿Es por eso que estás aquí? Dios mío. No encierran a los asesinos junto a los cabezas-de-porro, ¿No?”



“Estoy aquí de vacaciones” dijo el hombre con sorna “En realidad estoy aquí por seguridad, hasta que me den órdenes. Entonces viene el ‘adiós’ a quien sea: Presidentes, líderes de derechos civiles, enemigos del pueblo. Algún día seré famoso. Voy a escribir un libro sobre mi mismo algún día, As. Por supuesto, no soy bueno escribiendo. Mira, tal vez podamos hacer un trato. Haré que el Sheriff Jim te traiga algo de papel si tú escribes sobre mi vida. Te tendrán aquí para siempre, ¿sabes? Vendré a visitarte entre los asesinatos, tú escribirás el libro, y el Sheriff Jim lo mantendrá a salvo hasta mi retiro. Entonces lo publicarás y harás un montón de dinero, y estarás realmente cómodo en la cárcel. O podrás contratar un abogado que te saque”.



“¿Dónde dormirás?” dijo George. Todavía estaba asustado, pero también estaba soñoliento, y comenzaba a pensar que todo aquello eran puros disparates, lo cual tuvo un efecto calmante para sus nervios. Pero lo mejor era no dormirse en la celda mientras ese tipo estuviera despierto. No creía realmente en toda esa cháchara de los asesinatos, pero era prudente asumir que cualquiera que conoces en prisión es homosexual.



Como leyendo su mente, su compañero de calabozo dijo “¿Te gustaría que te la meta un asesino famoso? ¿Cómo sería, eh, As?”



“Por favor” dijo George “eso no es lo mío ¿sabes? Realmente no lo es”



“Mierda, pis y pudrición” dijo el asesino. Repentinamente se desenroscó y se incorporó. “He estado perdiendo mi tiempo contigo. Ahora date vuelta y bájate los pantalones. Te la voy a dar, eso es lo que va a pasar”. Se acercó a George con los puños apretados.



“¡Guardia! ¡Guardia!” aulló George. Agarró la puerta de la celda con ambas manos y comenzó a sacudirla frenéticamente.



El hombre le dio un sopapo en medio de la cara. Otro golpe en la mandíbula noqueó a George contra la pared.



“¡Guardia!” gritó con su cabeza dando vueltas por el porro y el pánico.



Un hombre de uniforme azul entró por la puerta al final del corredor. Parecía estar a millas de distancia y enormemente desinteresado, como un dios aburrido de sus creaciones.



“¿Qué mierda es todo ese griterío allí?” preguntó con la mano en la culata de su revolver, su voz todavía alejada por millas.



George abrió la boca, pero su compañero habló antes “Este comunista pelilargo y rarito no quiere bajarse los pantalones cuando yo le digo ¿No se supone que debes asegurar que yo sea feliz aquí?” La voz se tornó un gemido “Hazlo hacer lo que le diga”



“Usted tiene que protegerme,” dijo George “debe sacarme de esta celda”.



El guardia-dios rió. “Bien, podrás decir que tenemos una prisión muy educativa aquí. Viniendo de New York probablemente pienses que estamos muy atrasados. Pero no lo estamos. Aquí no hay brutalidad policial. Ahora, si interfiero entre tú y Harry Coin deberé utilizar la fuerza para mantenerlo alejado de tu tierno culito. Sé que tu gente cree que la policía debe ser abolida. Bien, en esta situación me derogo a mi mismo. Es más, sé que tu gente cree en la libertad sexual, y yo también. Así que Harry Coin tendrá su libertad sexual sin ningún tipo de interferencia o brutalidad de mi parte”. Su voz todavía sonaba distante y desinteresada como en un sueño.



“¡No!” dijo George.



El guardia sacó su pistola. “Ahora, hijo, te bajas los pantalones y te inclinas. Harry Coin, aquí, te va a romper el culo, no hay otra salida, y yo voy a observar para ver cómo dejas que lo haga correctamente. De otra forma no estarás aquí cuarenta años. Mueres ahora. Te meto un balazo y digo que te resististe a la autoridad. Convéncete. Realmente te mataré si no haces lo que él dice. Realmente lo haré. Tú eres totalmente dispensable y él no. Él es un hombre muy importante, y mi trabajo es mantenerlo feliz”.

                                                             

“Y de cualquier manera te voy a coger, vivo o muerto” Coin rió enloquecido, como un espíritu maligno. “No hay manera de que escapes, As”



La puerta al final del corredor hizo un sonido metálico, y el Sheriff Jim Cartwright junto a dos policías uniformados caminaron hacia el calabozo. “¿Qué está pasando aquí? dijo el Sheriff.



“Atrapé a este marica mugriento de George Dorn tratando de cometer una violación homosexual a Harry” dijo el guardia “Tuve que sacar mi pistola para detenerlo”



George sacudió la cabeza “Ustedes son increíbles. Si están actuando este jueguito en mi beneficio, pueden dejarlo, porque no se engañan entre ustedes, y no me están engañando a mí”.



“Dorn,” dijo el Sheriff, “has intentado actos anti-naturales en mi cárcel, actos prohibidos por la Santa Biblia y por las leyes de este Estado. Eso no me gusta. Ni un poco. Ven aquí. Quiero tener una charlita contigo. Vamos a conversar un rato a la sala de interrogatorios”.



Abrió la puerta de la celda e indicó con un gesto a que le precediera. Giró hacia los dos policías que le acompañaban “Quédense aquí y arreglen ese otro asuntito” Había un énfasis extraño en la última palabra.



George y el Sheriff atravesaron una serie de pasillos y puertas aseguradas, hasta que al final llegaron a una sala cuyas paredes estaban cubiertas con planchas repujadas color verde botella. El Sheriff le indicó tomar asiento en una silla mientras él giraba otra para enfrentarlo.



“Eres una mala influencia para mis prisioneros” dijo. “Me encargaré de que te ocurra algún tipo de accidente. No quiero verte corrompiendo a los presidiarios de mi cárcel - la mía o cualquier otra - durante cuarenta años”.



“Sheriff,” dijo George, “¿Qué es lo que quiere de mí? Me atrapó con porro: ¿Qué más quiere? ¿Por qué me metió en la celda con ese tipo? ¿Qué son todos estos sustos, amenazas e interrogatorios?”



“Quiero averiguar un par de cosas” dijo el Sheriff  “Quiero saber todo lo que puedas decirme sobre ciertos asuntos. Así que a partir de éste momento prepárate a decirme toda la verdad. Si lo haces, tal vez las cosas te irán mejor, más adelante”



“Si, Sheriff,” afirmó George. Cartwright bizqueó. Realmente parece un cerdo, pensó George. Todos ellos ¿Por qué todos engordan y tienen esos ojos pequeñitos?



“Bien, entonces:” dijo el Sheriff “¿Cuál era tu propósito para venir hasta aquí desde New York?”



“Simplemente estoy haciendo un trabajo para la revista Confrontación



“Lo sé. Es una revista obscena y comunista. La he leído”



“Está usando palabras cargadas. Es una revista libertaria de izquierda, para ser exactos”



“Mi pistola también esta cargada, chico. Así que háblame con claridad. Bien, dime sobre qué viniste a escribir”.



“Seguro. Usted estará tan interesado como yo, si realmente le interesan la Ley y el Orden. Hay rumores circulando a lo largo del país, desde hace más de una década, de que los grandes asesinatos políticos en América - Malcom X, los hermanos Kennedy, Edgard Evers, M. L. King, Nixon y hasta incluso George Lincoln - son obra de una misma organización derechista, conspirativa y violenta, y que dicha organización tiene su base aquí, en Mad Dog. Vine a ver qué podía indagar sobre ése grupo”.



“Lo que imaginaba” dijo el Sheriff. “Eres una pobre y pequeña escoria afligida. Vienes aquí con tu pelito largo y esperas obtener, como tú dices, información sobre una organización de derecha. Has tenido suerte de no encontrarte con ninguno de nuestros verdaderos grupos de derecha como los Relámpagos de Dios, por ejemplo. Te hubieran torturado hasta la muerte por tu parloteo, chico. Eres tonto realmente. OK, no seguiré derrochando mi tiempo contigo. Vamos, te llevaré de vuelta a tu celda. Deberás acostumbrarte a ver la Luna entre los barrotes”.



Volvieron por el mismo camino. El Sheriff abrió la puerta del corredor en donde se encontraba el calabozo de George, y gritó “Ven a buscarlo, Charley”



El guardia de George, de cara pálida y labios finos, lo tomó del brazo. La puerta se cerró con un rumor metálico dejando atrás al Sheriff. Charley llevó a George hasta su celda y lo empujó adentro sin decir una palabra. Ahora, al menos, se sentía tridimensional y no como un fantasma de la marihuana.



Harry Coin no estaba allí. El calabozo estaba vacío. George notó una sombra con el rabillo del ojo. Algo en la celda contigua. Giró: su corazón se detuvo. Había un hombre colgando desde un caño del cielorraso. George se acercó y miró a través de los barrotes. El cuerpo se balanceaba suavemente. Estaba atado al caño con un cinturón de cuero anudado alrededor del cuello. La cara, de mirada fija, era la de Harry Coin. George bajó la vista. Algo salía de la parte media de Harry Coin y colgaba hasta el suelo. No fue suicidio. Lo habían destripado, y alguien había puesto el balde para la mierda debajo de su cuerpo para que sus intestinos ensangrentados cayeran allí.



George gritó. No había nadie cerca que respondiese. El guardia se había esfumado como Hermes.



(Pero en el hospital psiquiátrico de Cherry Knolls - en Sunderland, Inglaterra - donde era el mediodía de la mañana siguiente, un paciente esquizofrénico que no había hablado en diez años, abruptamente comenzó a exhortar a un enfermero “Están volviendo - Hitler, Goering, Streicher - todos. Y detrás suyo los poderes y personas de otras esferas que los controlan…” Pero Simon Moon en Chicago todavía mantiene la posición de loto tranquila y plácidamente, e instruye a Mary Lou sobre cómo sentarse en su regazo “Agárralo, retenlo con tus paredes vaginales como lo harías con tus manos, suavemente, y siente su calidez, pero no pienses en el orgasmo, no pienses en el futuro, no te adelantes ni un minuto, piensa en el ahora, sólo ahora, el único presente que tenemos, el ahora sólo es mi pene en tu vagina y el placer simple en ello, no un placer más grande luego…”. “Me duele la espalda” dice Mary Lou)



WE’RE GONNA ROCK ROCK ROCK AROUND THE CLOCK TONIGHT



Hay chicas y chicos suecos, noruegos, daneses, italianos, franceses, griegos e incluso estadounidenses. George y Hagbard se mueven entre la multitud intentando estimar su número ¿200.000? ¿300.000? ¿500.000? Hay símbolos de la paz colgando en cada cuello, cuerpos desnudos pintados, cuerpos desnudos sin pintar, cabellos largos y enmarañados de chicas y chicos sin distinción y, sobre todo, un ritmo hipnótico sin fin. “El Woodstock de Europa” dice Hagbard, secamente. “La última Walpurgisnacht final y la última etapa cumplida del Erotión de Adam Weishaupt”.



WE’RE GONNA ROCK ROCK ROCK TILL BROAD DAYLIGHT



“Es la Liga de las Naciones,” dice George “la Liga de las Naciones de la gente joven” Hagbard no lo está escuchando. “Allá,” apunta, “en el noroeste está el Rihn, donde se suponía que die Lorelei se sentaba a cantar sus canciones mortuorias. Va a haber música más mortífera esta noche en el Danubio”.



WE’RE GONNA ROCK AROUND THE CLOCK TONIGHT



(Pero eso pasaba en el futuro, siete días después. Ahora, George yace inconciente en la cárcel del Condado de Mad Dog. Así comenzó esa fase de la operación - como Hagbard Celine gustaba en llamar a esa etapa, en honor a un químico suizo llamado Hoffman, quien, treinta años antes, subido a su bicicleta, pedaleó por caminos campestres hacia nuevas dimensiones - .)



“¿Todos ellos volverán?” preguntó George.



“Todos” respondió Hagbard. “Cuando el ritmo alcance la intensidad apropiada…si no lo detenemos”.



(“Lo estoy logrando” gimió Mary Lou “No es lo que esperaba. Es distinto y mejor que el sexo”. Simon sonrió mansamente “Es sexo, nena” dijo “Lo que tuviste antes no era sexo. Ahora podemos comenzar a movernos… pero despacio… suavemente… como por el camino del Tao…” Todos volverán, nunca murieron - el lunático deliraba sorprendiendo al enfermero - Espera. Sólo espera. Lo verás.)



Los amplificadores chillaron repentinamente. Había mucha distorsión, y el sonido se transformó en un acople insoportable. George hizo una mueca de dolor y vio cómo los demás cubrían sus orejas. ROCK, ROCK, ROCK, AROUND THE CLOCK. La llave no entró en la cerradura e hizo un corte en la mano de Muldoon. “Nervios” le dijo a Saúl. “Siempre me siento como un ladrón cuando hago esto”.



Saúl gruñó. “Olvida a los ladrones” dijo “Seremos colgados por traición cuando todo esto termine. Si no nos convertimos en héroes nacionales”.



“Un caso putástico[5]” Muldoon sonrió. Intentó de otra forma.



Estaban en un viejo edificio de Riverside Drive, tratando de entrar en el departamento de Joseph Malik. No solamente estaban buscando evidencia, ambos admitían tácitamente que estaban escondiéndose del FBI.



La llamada del cuartel llegó cuando terminaban de interrogar a Peter Jackson, el editor asociado. Muldoon fue hasta el auto a recibirla, mientras Saúl completaba la descripción física de Malik y George Dorn. Jackson se había retirado y Saúl estaba recogiendo el quinto informe cuando Muldoon retornó con cara de haber recibido malas noticias de su médico.



“Dos agentes especiales del FBI están viniendo para ayudarnos” dijo rígidamente.



“¿Estás dispuesto a seguir mi corazonada?” dijo Saúl con calma, mientras volvía a meter los informes en la caja metálica.



Muldoon llamó a Pricefixer y le dijo “Dos fedes estarán aquí en unos minutos. Diles que volvimos al cuartel. Responde a cualquier pregunta que te hagan, pero no les cuentes sobre  esta caja”.



Pricefixer miró a los dos agentes veteranos detenidamente y luego le dijo a Muldoon “Usted es el jefe”.



Es terriblemente tonto y confiado, pensó Saúl, o es muy inteligente y algún día será peligroso.



“Bien” Muldoon preguntó, nervioso: “¿Esta es la última llave?”



“No. Tengo cinco bellezas más, y alguna lo será - ¡Aquí está!” La puerta se abrió suavemente.



La mano de Saúl se posó sobre el revolver mientras entraban al departamento y tanteaba en busca del interruptor de la luz. Cuando la encendió y vio que no había nadie en el cuarto, se relajó. “Busca los perros,” dijo, “yo quiero sentarme a ver el resto de estos reportes”



El cuarto había sido usado para trabajar y comer, y estaba lo suficientemente desordenado como para no dejar lugar a dudas de que Malik era soltero. Saúl corrió una máquina de escribir de la mesa, apoyó la caja de los informes y notó algo raro. La pared estaba completamente cubierta de retratos de George Washington. Examinándolos de cerca, vio que cada uno tenía una etiqueta. Una mitad decía “G. W.” y la otra “A. W.”



Extraño - pero todo el caso tenía matices que olían a pescado podrido, como aquellos Criadores Bucales egipcios muertos.



Saúl se sentó y tomó un informe de la caja.



Muldoon volvió al living y dijo “No hay perros. No hay ningún puto perro en todo el departamento”



“Es interesante,” remarcó Saúl, pensativo “¿No dijiste que su casero recibió quejas de varios inquilinos por sus perros?”



“Dijo que todos en el edificio se estaban quejando. Están prohibidas las mascotas. La gente quería saber por qué debían deshacerse de sus gatitos, cuando Malik podía tener toda una jauría aquí arriba. Decían que debía haber unos diez o doce por el ruido que hacían”.



“Seguramente debió amar a esos animales si los llevó consigo a su escondite” meditó Saúl. El busca polos de su inconciente saltaba nuevamente. “Miremos en la cocina” sugirió suavemente.



Barney lo seguía, mientras Saúl revolvía el refrigerador y las alacenas, culminando con un cuidadoso examen de la basura.



“No hay comida para perros” dijo Saúl finalmente.



“Me di cuenta”



“Ni platos para los perros. Y no hay bolsas vacías de alimento para perros en la basura”.



“¿Qué loca noción estás siguiendo ahora?”



“No lo sé” dijo Saúl, pensativo “No le importaba que los vecinos escucharan a los perros. Tal vez no tenía nada mejor que hacer que pelear con su casero y con los otros inquilinos por un asunto como la prohibición de mascotas. Así que no escondía nada hasta que desapareció. Y no solamente se llevó a sus perros, si no que además escondió toda evidencia de que hubieran estado aquí. Incluso sabiendo que todos sus vecinos hablarían sobre ellos”.



“Tal vez los alimentaba con carne humana” sugirió Muldoon con voz fantasmagórica.



“Señor, no sé. Busca alrededor cualquier cosa de interés. Voy a leer esos informes sobre los Illuminati” Saúl volvió al living y comenzó:







PROYECTO ILLUMINATI: MEMO # 5



26/7



J. M.:



A veces encuentras cosas en los lugares menos pensados. Lo siguiente es de una revista para chicas (‘La Conspiración’ por Sandra Glass, Teenset, Marzo de 1969, páginas 34-40):



Simon comenzó a contarme sobre los Illuminati. Su historia pesadillezca comienza en 1090 D. C. en Medio Oriente, cuando Hassan i Sabbah fundó la secta Ismaelita, o Hashishismo - así llamado por su uso del hachís, una droga terrible derivada de la planta de cáñamo, mejor conocida como marihuana, la hierba asesina -. El culto aterrorizó al mundo musulmán hasta que los mongoles de Gengis Kahn llevaron la ley y el orden al lugar. Acorralados en su escondite de la montaña, los Hashishins drogadictos no fueron rivales para los sobrios guerreros mongoles, su fortaleza fue destruida y sus bailarinas fueron embarcadas hacia Mongolia para ser rehabilitadas. Los líderes del culto huyeron a occidente…



“Los Illuminati surgieron en Baviera en 1776” me contó Simon, “Adam Weishaupt, un estudiante de lo Oculto, asimiló las enseñanzas de Hassan i Sabbah y cultivó cáñamo en su patio. El 2 de Febrero de 1776 Weishaupt alcanzó la iluminación. Oficialmente, fundó “Los Antiguos Videntes Iluminados de Baviera” el 1 de Mayo de 1776. Su eslogan era ‘Ewige Blumenkraft’… Atrajeron muchos miembros ilustres como Goethe y Beethoven. Beethoven había puesto un póster de ‘Ewige Blumenkraft’ en la tapa del piano en el cual compuso sus nueve sinfonías”.



De cualquier manera, el último párrafo del artículo es el más interesante de todos:



Recientemente vi un documental sobre la Convención Democrática de 1968 y me sorprendió la escena en que el Senador Abraham Ribicoff hace una observación crítica, provocando la ira del Alcalde de Chicago. En medio del tumulto que surgió, es imposible escuchar lo que el Alcalde gritó en respuesta, y ha habido mucha especulación sobre qué fue lo que dijo. Para mí, sus labios formaron las palabras que se han vuelto espantosamente familiares: “¡Ewige Blumenkraft!



Cuanto más profundizo, más loco se ve el cuadro. ¿Cuándo vamos a contarle todo esto a George?



Pat





PROYECTO ILLUMINATI: MEMO # 6



26/7



J. M.:



La Sociedad John Birch ha estudiado el tema y tienen su propia teoría. La primera fuente que encontré es el panfleto “CRE: Conspiración para dominar al mundo” escrito por Gary Allen, editor asociado de la revista de los Birchers Opinión Americana. La tesis de Allen es que Cecil Rhodes creó en 1888 una sociedad secreta para instaurar el dominio inglés del mundo. Esta sociedad actuaba a través de la Universidad de Oxford, las Becas Rhodes y - aguanta la respiración - el Consejo de Relaciones Exteriores, una fundación sin fines de lucro para el estudio de Asuntos Internacionales, cuyo cuartel general se encuentra aquí mismo, en la calle 68 de New York. Siete de nuestros últimos nueve Secretarios de Estado fueron reclutados del CRE, señala Allen, lo mismo que otra docena de lideres políticos, incluyendo a Richard Nixon. Sugiere, aunque no afirma directamente, que William Buckley Jr. (un viejo enemigo de los Birchers) es otra herramienta del CRE; y supone que los fondos bancarios de los Morgan y los Rothschild financian al conjunto.



¿Cómo se liga esto a los Illuminati? El Sr. Allen sólo deja caer pistas, vinculando a Rhodes con John Ruskin, y a Ruskin con internacionalistas anteriores, para terminar declarando que “el creador, a nivel profano, de este tipo de sociedad secreta” fue Adam Weishaupt, a quien llama “el monstruo que fundó la Orden de los Illuminati el 1 de Mayo de 1776”



Pat.







PROYECTO ILLUMINATI: MEMO # 7



27/7



J. M.:



Esto viene de un pequeño diario de izquierda de Chicago (The Roger SPARK, Chicago, Julio de 1969, volumen 2 núm.9: “Daley vinculado a los Illuminati”, no figura el nombre del autor):



Ningún historiador sabe qué pasó con Adam Weishaupt luego de su exilio de Baviera en 1785, y los escritos en los diarios de “Washington” luego de aquella fecha, comienzan a referir  frecuentemente al cultivo de cáñamo en Mount Vernon.



La posibilidad de que Adam Weishaupt haya asesinado a George Washington y haya tomado su lugar como nuestro primer presidente durante dos mandatos, ha sido confirmada… Los colores principales de la bandera estadounidense, excluyendo el parche azul del rincón, son rojo y blanco: los mismos colores oficiales de los Hashishims. Tanto la bandera como la pirámide de los Illuminati tienen trece divisiones horizontales: el trece es, por supuesto, el código tradicional para la marihuana… todavía es usado con ese sentido por los Hell’s Angels, entre otros.



Ahora: “Washington” formó el partido Federal.



El otro partido mayoritario por aquel entonces, el Demócrata Republicano, fue fundado por Thomas Jefferson [y] hay motivos para aceptar el testimonio del reverendo Jebediah Morse, de Charleston, quien acusó a Jefferson de ser un agente Illuminati. Por lo tanto, incluso a inicios de nuestro gobierno, ambos partidos eran una tapadera de los Illuminati…



Esta historia repite luego aquel mismo suceso que refiere Teenset, donde el Alcalde Daley utiliza la frase “Ewige Blumenkraft” durante su diatriba incoherente contra Abe Ribicoff.



Pat.





PROYECTO ILLUMINATI: MEMO # 8



27/7



J. M.:



Más sobre la teoría Washington-Weishaupt:



A pesar de que su cara aparece en billones de estampas y billetes de un dólar, y de que su retrato cuelga en cada edificio público del país, nadie está seguro de cuál era el aspecto real de George Washington. Un guión de “Project 20”, “Conozca a George Washington”, será emitido hoy a las 7:30 por canal (complete con una emisora local). El programa ofrece retratos contemporáneos a nuestro primer presidente, en algunos de los cuales no parece ser el mismo hombre.



Éste es un comunicado de prensa enviado por NEC el 24 de Abril de 1969. Algunos de los retratos pueden encontrarse en la Encyclopedia Britannica, y la semejanza con los retratos de Weishaupt es innegable.



Incidentalmente, Barbara llamó mi atención sobre esto: La carta a Playboy preguntando por los Illuminati estaba firmada “R. S., Kansas City, Missouri” De acuerdo a los diarios de la ciudad de Kansas, un tal Robert Stanton, de dicha ciudad, fue encontrado muerto el 17 de Marzo de 1969 con la garganta despedazada como por las garras de alguna bestia enorme (una semana después la Playboy de Abril apareció en los puestos). No hubo reportes de animales desaparecidos en ninguno de los zoológicos locales.



Pat





Saúl miró los retratos de Washington en la pared. Por primera vez notó la extraña media-sonrisa en el más famoso de todos ellos, el retrato hecho por Gilbert Stuart que aparece en el billete de un dólar. “Como por las garras de alguna bestia enorme”, citó para sí mismo, pensando en los perros desaparecidos de Malik.



“¿De que carajo te estás riendo?” le preguntó amargamente al retrato.



Saúl recordó súbitamente que el Congresal Koch dijo algo sobre la plantación de cáñamo de Washington en un discurso de hace años, cuando la marihuana era ilegal en todos lados, ¿Qué fue? Si: era sobre las anotaciones del General en su diario - éstas mostraban que él separaba a las plantas de cáñamo hembras de los machos antes de la fertilización. Esto era botánicamente innecesario si las estaba cultivando para hacer sogas, pero es una práctica estándar en el cultivo de cáñamo para la marihuana, señaló Koch.



“Iluminación” era una de las palabras que los hippies usaban siempre para describir la experiencia que uno obtiene en el grado mayor de la hierba. E incluso, si uno se pone a pensar, el término más común, “encenderse”, tiene el mismo significado que “iluminación”. ¿No era eso lo que se suponía que significaba la corona de luz alrededor de la cabeza de Jesús en el arte católico? Y Goethe - si es que realmente era parte de esto - podría haber hecho referencia a esa experiencia en sus últimas palabras en su lecho de muerte: “¡Más luz!”.



Debería haberme hecho rabino como quería mi padre, pensó Saúl, confundido. El trabajo de policía empieza a ser demasiado para mí.



En pocos minutos estaré sospechando de Thomas Edison.



ROCK ROCK ROCK TILL BROAD DAYLIGHT



Lentamente, Mary Lou Servix nadó de vuelta a la conciencia, como una víctima de naufragio alcanzando una balsa.



“Buen Señor” respiró lentamente.



Simon besó su cuello “Ahora sabes”, suspiró.



“Buen Señor” ella repitió “¿Cuántas veces acabé?”



Simon sonrió. “No soy del tipo anal-compulsivo. No estaba contando. Diez o doce veces, o algo así, supongo”.



“Buen Señor. Y las alucinaciones. ¿Fue lo que estabas haciéndole a mi sistema nervioso, o fue el porro?”



“Dime qué fue lo que viste”



“Bien, tu tenías un halo alrededor, o algo así. Un gran halo azul. Entonces vi que estaba también alrededor mío y que tenía un montón de puntitos azules que bailaban como en remolinos en su interior. Y después ni siquiera eso. Sólo luz. Pura luz blanca”.



“Supongo que te dije que tengo un amigo que es un delfín y que él se halla en ese tipo de luz ilimitada todo el tiempo”.



“Oh, no te burles de mi. Habías sido tan tierno hasta ahora”.



“No me estoy burlando. Se llama Howard. Puedo programar un encuentro para que lo conozcas”.



“¿A un pez?”



“No, nena. El delfín es un mamífero. Como tu y yo”.



“Eres el cerebro más grande del mundo, o el hijo de puta más loco, Sr. Simon Moon. En serio. Pero esa luz… Dios mío, nunca olvidaré esa luz”.



“¿Y qué pasó con tu cuerpo?” preguntó Simon casualmente.



“¿Sabes? No sé adonde estaba. Incluso en medio de mis orgasmos. No sabía adonde estaba mi cuerpo. Todo era… la luz…”



ROCK ROCK ROCK AROUND THE CLOCK TONIGHT  



Mientras abandonaba Dallas, aquella tarde tan discutida del 22 de Noviembre de 1963, el hombre que usaba el nombre “Frank Sullivan” elude a McCord y a Barker en el aeropuerto, pero ningún presagio del Watergate le oscurece la mente… (Volviendo a Grassy Knoll, la película de Howard Hunt está siendo editada, y aparecerá mas tarde en los expedientes del fiscal del distrito de New Orleáns Jim “el Gigante Verde y Alegre” Garrison: aunque Garrison estaba años luz de la auténtica verdad…)



“Jiii, ji, ji, ji” ríe Hagbard.



Pero ahora volvemos al 2 de Abril y a Las Vegas; Sherri Brandi (Sharon O’Farrell) llega a su casa a las cuatro de la mañana y encuentra a Carmel en el living. Esto no la sorprende; él suele hacer esas visitas inesperadas. Parece disfrutar invadiendo el territorio de otra gente, como una especie de virus espantoso. “Querido” gimo, apurándome a besarlo, como él espera. Ojala esta basura cayera muerta, pienso mientras nuestras bocas se encuentran.



“¿Un cliente de toda la noche?” preguntó él distraídamente.



“Si. Uno de esos científicos que trabajan en ese lugar en el desierto, del que se supone que debemos fingir que no sabemos nada. Un chiflado”.



“¿Quería algo especial?” preguntó Carmel rápidamente “¿Le cobraste extra?”. A veces creo que realmente puedo ver el signo del dólar en sus ojos.



“No” dije “sólo quería un polvo normal. Pero luego no me dejaba ir. Siguió allí parloteando” bostecé mirando los bellos muebles alrededor. Me las había arreglado para conseguir todo en tonos rosados y lavandas, y sería realmente hermoso si esa basura no estuviera sentada en el sofá con cara de rata muerta de hambre. Siempre quise cosas bonitas y creo que pude haber sido una especie de artista o diseñadora si mi suerte no hubiera sido siempre fatal. Cristo ¿Quién le dijo a Carmel que una polera azul combina con un saco marrón? Si no fuera por las mujeres, en mi opinión más honesta, todos los hombres andarían así. Eso es lo que pienso. Insensibles. Son un montón de cavernícolas Ni Anda en Tales[6], o como quiera que se llamen. “El tipo tenía muchas cosas en la cabeza” dije, antes de que Carmel comenzara a preguntarme sobre otras cosas. “Está en contra de los fluoruros en el agua potable, de la Iglesia Católica y de los maricas, piensa que la nueva pastilla anticonceptiva es tan mala como la antigua y que yo debería usar un diafragma en lugar de tomarla. Cristo, él cree tener una opinión sobre cada cosa bajo el sol, y tuve que escucharlas todas. Ése tipo de cliente”.



Carmel asintió “Los científicos son unos tarados”



Me quité el vestido, lo colgué en el closet (era uno verde y bonito con brillos, y con la novedad de que mis pezones asoman por unos agujeritos, lo cual es un grano en el culo, porque todo el tiempo están refregándose contra algo y se me ponen duros, pero eso calienta mucho a los tipos, y, como siempre digo, ése es el nombre del juego; en esta ciudad hija de puta y con esta suerte fatal la única forma de hacer dinero es salir y vender lo tuyo, chica) y tomé rápidamente mi bata, antes de que el viejo adicto a la mamada decidiera que era el momento de su Francesa semanal. “Aunque tiene una casa muy bonita”, dije para distraer a la basura. “No le obligan a vivir en la base porque es muy importante para todas esas reglas y regulaciones. Linda de ver. Paredes de madera roja y decorados naranja oscuro, ¿sabes? Bonita. Aunque él la odia. Actúa como si estuviera embrujada por el Conde Frankenstein o uno de esos. Saltaba y caminaba de un lado a otro, como buscando algo. Algo que le arrancaría la cabeza de un solo mordisco si lo encontraba”. Decidí dejar la bata un poco abierta. O bien Carmel estaba caliente, o estaba buscando otra cosa, y otra cosa significa que piensa que te estás quedando con algo de dinero. Él y su puto cinturón. Por supuesto, con eso a veces me siento rara y pienso que eso debe ser lo que los hombres sienten cuando acaban, el orgasmo, pero no vale lo que duele, créanme. Me pregunto si es verdad que algunas mujeres lo consiguen en el polvo. ¿Realmente lo logran? No lo creo. Nunca conocí a nadie en el negocio que lo consiguiera con un hombre, solamente con “Rosa Palma” y sus cinco hermanas, a veces; y si ninguna de nosotras lo consigue: ¿Cómo puede hacerlo una buena ‘chica de su casa’?



“Bichos” dijo Carmel, mostrándose inteligente e ingenioso con su actitud habitual de parecer más informado sobre cualquier cosa que nadie en esta verde tierra de Dios.



“¿Qué quieres decir con ‘bichos’?” pregunté. Era mejor que hablar de dinero.



“El tipo,” dijo con sonrisa de sabelotodo “es importante, dijiste. Así que su casa tiene bichos. Él probablemente los quite, pero el FBI vuelve a poner otros nuevos. Apuesto a que estaba muy callado cuando lo hacía contigo, ¿verdad?”. Yo asentí, recordando. “Mira, él no puede soportar la idea de imaginarse a los Fedes escuchando a escondidas al otro extremo del cable. Como Mal - un tipo que conozco del Sindicato -. Teme tanto a los bichos, que no habla de negocios salvo susurrando en el baño de su cuarto de hotel con todos los grifos abiertos al máximo. Por alguna razón científica el sonido del agua corriente jode más a los micrófonos que la música fuerte de la radio”.



“Bichos” dije repentinamente. “Eso es”. El otro tipo de bichos. Estaba recordando a Charley desvariando sobre la fluorización: “Ahora nos consideran maniáticos, por culpa de unos derechistas chiflados que hace quince o veinte años dijeron que la fluorización era un complot comunista para envenenarnos. Ahora cualquier persona que critica la fluorización es considerada tan trastornada como los Relámpagos de Dios. Buen Señor, si alguien quisiera matarnos sin disparar ni un solo tiro, yo soy la persona indicada para hacerlo”. Se contuvo, escondió algo que casi se traslució en su cara y terminó como si su mente cojeara “…puedo señalar una docena de cosas en cualquier libro de química que son mucho más efectivas que el fluoruro”. Pero él no estaba pensando en productos químicos, estaba pensando en esos bichitos, microbios es la palabra, y eso es en lo que él trabajaba. Pude sentir ese flash que siempre me llega cuando leo algo en un cliente, como si tiene más dinero del que paga, o que sorprendió a su esposa abierta de piernas con el lechero y hace esto para quedar a mano, o que es marica y quiere demostrarse a sí mismo que no es del todo marica.



“Mi Dios” dije “leí sobre esos bichitos microbios en el Enquirer; si ellos llegan a tener un accidente allí afuera, todo este pueblo la palma y el Estado con él, y Dios sabe cuantos otros Estados. ¡Jesús!, ¡ya sé por qué se lavaba tanto las manos!”



“¿Armas biológicas?” dijo Carmel, pensando rápido. “Dios, apuesto a que este pueblo está infestado de espías rusos tratando de averiguar qué es lo que sucede allí afuera. Y tengo una pista directa para ellos. Pero ¿Cómo carajo haces para encontrar a un espía ruso o chino para pasarles el dato? No puedes poner un aviso en el diario. Carajo. Tal vez si voy a la universidad y hablo con alguno de esos estudiantes comunistas…”



Yo estaba boquiabierta “¡Carmel! ¡No puedes vender a tu país de esa manera!”



“Un carajo no puedo. La Estatua de la Libertad solamente es otra puta, y tomaré de ella todo lo que pueda. No seas tonta”. Metió la mano en el bolsillo de su chaqueta y sacó una barra de caramelo, como hacía siempre que estaba entusiasmado. “Apuesto a que alguien de la Mafia lo sabe. Ellos lo saben todo. Jesús, debe haber alguna forma de hacer dinero con esto”.



La emisión televisiva Presidencial fue transmitida al mundo a las 10:30 PM (Este) del 31 de Marzo. Les fue advertido a rusos y chinos que tenían veinticuatro horas para abandonar Fernando Poo antes de que comenzaran a llover misiles nucleares desde el cielo de Santa Isabel: “Esto es en serio” dijo el Jefe Ejecutivo “¡y América no eludirá su responsabilidad con el pueblo amante de la libertad de Fernando Poo!” La transmisión concluyó a las 11 PM (Este) y a los dos minutos los intentos de la gente para conseguir boletos de trenes, aviones y autobuses a Canadá, virtualmente sobrecargaron todas las líneas telefónicas del país.



En Moscú, donde eran las diez de la mañana siguiente, el Premier llamó a conferencia y dijo crispado: “Ese personaje de Washington es un lunático y habla en serio. Saquen de inmediato a nuestros hombres de Fernando Poo, y luego averigüen quién autorizó su envío allí en primer lugar, y transfiéranlo como supervisor de trabajos hidroeléctricos a Mongolia Exterior”.



“No tenemos hombres en Fernando Poo” dijo un funcionario “Los americanos están imaginando cosas nuevamente”.



“Bien, ¿Y cómo mierda sacamos a nuestros hombres si ni siquiera los tenemos allí?” preguntó el Premier.



“No lo sé. Tenemos veinticuatro horas para averiguarlo, o…” el funcionario citó un viejo proverbio ruso que dice, aproximadamente, que cuando el excremento de un oso polar interfiere con la correa del ventilador, toda la maquinaria se recalienta.



“Supongan que anunciamos que nuestras tropas se están yendo,” sugirió otro funcionario, “no sabrán que mentimos si luego no encuentran tropas nuestras allí”



“No, ellos nunca creen nada de lo que decimos. Quieren ver”. Dijo el Premier, pensativo. “Bien, debemos infiltrar algunas tropas subrepticiamente y luego retirarlas con mucha fanfarria y publicidad. Eso es”.



“Temo que el problema no termina ahí” dijo lúgubremente otro funcionario “Nuestra Inteligencia indica que hay tropas chinas. A menos que Pekín retroceda, quedaríamos atrapados en el medio del bombardeo, y…” citó un proverbio sobre un hombre en un cruce donde chocan dos camiones de estiércol.



“Mierda” dijo el Premier “¿Qué carajo están haciendo los chinos en Fernando Poo?”



Estaba desecho, pero así y todo habló con autoridad. Era, efectivamente, la mejor caracterización del macho dominante del mundo en su tiempo. Tenía 55 años, era duro, inteligente, era libre de las ambigüedades éticas que confundían a los intelectuales y hacía mucho tiempo había determinado que el mundo es un lugar de mierda en el cual sólo los más astutos y atrevidos pueden sobrevivir. También era lo más amable posible, para una persona con esa filosofía ultra-Darwiniana; amaba a los niños y a los perros genuinamente, a menos que se encontraran en un sitio a bombardear en nombre del Interés Nacional. Todavía tenía un poco de sentido del humor, a pesar de la carga de su oficio casi todopoderoso; era impotente con su esposa desde hacía diez años a la fecha, y generalmente conseguía el orgasmo en la boca de alguna prostituta habilidosa en un minuto y medio. Tomaba anfetaminas para mantener el ritmo de su jornada agotadora de veinte horas diarias, con el resultado de que su visión del mundo estaba un tanto inclinada en dirección a la paranoia, entonces tomaba tranquilizantes para evitar la preocupación excesiva, con el resultado de que sus distracciones a veces bordearan la esquizofrenia; pero la mayor parte del tiempo su perspicacia innata le hacía aferrarse a la realidad. Resumiendo, era bastante parecido a los mandatarios de EEUU y China.



Y arrojando a Thomas Edison y sus lamparitas de la mente, Saúl Goodman repasó brevemente los primeros ocho informes utilizando el lado conservador y lógico de su personalidad, conteniendo rígidamente sus funciones intuitivas. Era un ejercicio habitual en él, y lo llamaba expansión-y-contracción: buscaba en la oscuridad la conexión que pudiera haber entre los hechos uno y dos, para luego retroceder lentamente, verificándolos.



Nombres y frases fluyeron en su repaso: Fra. Dolcino-1508-Roshinaya-Hassan i Sabbah-1090-Weishaupt-asesinatos-John Kennedy, Bobby Kennedy, Martin Luther King-Alcalde Daley-Cecil Rhodes-1888-George Washington…



Opciones: (1) Todo es verdad, exactamente como sugieren los reportes; (2) En parte es cierto y en parte falso; (3) Todo es falso y no hay una sociedad secreta que haya durado desde 1090 D. C. hasta el presente.



Bueno, no todo es cierto. El Alcalde Daley nunca le dijo “Ewige Blumenkraft” al Senador Ribicoff. Saúl había leído en el Washington Post la traducción de la diatriba de Daley hecha por un lector de labios y no había alemán allí; aunque sí obscenidades y antisemitismo. La teoría del Weishaupt-Washington impostor también tiene sus fallas: que en aquellos días, antes de la cirugía plástica, semejante apropiación de la identidad de una figura muy conocida no haya sido detectada es especialmente difícil de creer, a pesar de la evidencia circunstancial citada en los memos. Dos argumentos fuertes en contra de la opción uno. No todo lo que dicen los reportes es cierto.



¿Qué hay de la opción tres? Los Illuminati podrían no ser una línea continua desde el primer seguidor que reclutó el viejo Hassan i Sabbah hasta la persona que metió una bomba en Confrontación. Tal vez desaparecieron o permanecieron inactivos durante un período, como el Ku Kux Klan entre 1872 y 1915; en ocho siglos pudieron haber atravesado muchas rupturas y resurrecciones más de una vez; y con vínculos de algún tipo, incluso tenues, pudieron haber llegado desde el siglo XI al siglo XX, desde medio Oriente a Europa y desde Europa a América. La insatisfacción de Saúl con las explicaciones oficiales de los recientes asesinatos, la imposibilidad de ver un sentido racional a la política exterior de los EEUU y el hecho de que incluso los historiadores que desconfían vehementemente de las “teorías conspirativas” reconozcan el rol primordial de las logias Masónicas en la Revolución Francesa, son razones de peso para rechazar la opción tres. Además, los Masones fueron el primer grupo en ser infiltrado por Weishaupt, de acuerdo al menos a dos de los informes.



Entonces: la opción 1 quedó definitivamente afuera y la opción 3 es, casi ciertamente, igualmente inválida; la opción 2, por lo tanto, sea, probablemente la más acertada. La teoría de los informes es parcialmente cierta y parcialmente falsa. Pero, en esencia: ¿Qué dice la teoría? y ¿Qué parte es cierta y qué parte es falsa?



Saúl encendió su pipa, cerró los ojos y se concentró.



La teoría, esencialmente, era que los Illuminati reclutaban gente de varios “frentes”, los introducían en algún tipo de experiencia iluminadora a través de la marihuana (o algún extracto especial de marihuana) y los convertían en fanáticos dispuestos a usar cualquier medio necesario para “iluminar” al resto del mundo. Su objetivo, obviamente, es nada menos que la transformación de la humanidad misma, como sugiere el film 2007, o el concepto del Superhombre de Nietzsche. En el curso de esta conspiración, los Illuminati, de acuerdo a las pistas que Malik dio a Jackson, han ido asesinando sistemáticamente a cada figura política popular que pudiera interferir con su programa.        



Saúl pensó de repente en Charlie Manson, y en la glorificación de Manson por los grupos Weathermen y Morituri. Pensó en la popularidad de la hierba, en el eslogan “por cualquier medio necesario” y en la juventud radical contemporánea, más allá de Weathermen. Pensó en los lemas de Nietzsche “Sean fuertes… Cualquier cosa hecha por amor está más allá del bien y del mal… Por encima del simio está el hombre y por encima del hombre, el Superhombre… No olvidéis vuestros pesares…” A pesar de su propia lógica, la cual había probado que la teoría de Malik era sólo parcialmente cierta, Saúl Goodman, un liberal de toda la vida, de pronto sintió el pinchazo de un terror típicamente conservador hacia la juventud moderna.



Recordó que Malik parecía creer que la conspiración emanaba principalmente desde Mad Dog y que ése era el territorio de los Relámpagos de Dios. Los Relámpagos de Dios no sentían ningún cariño por la marihuana, la juventud, o por las connotaciones definitivamente anti-cristianas de la filosofía Illuminati.



Además, las fuentes de Malik sólo eran parcialmente confiables.



Y había otras posibilidades: los Relicarios, por ejemplo, una rama del movimiento Masónico, eran generalmente de derecha, tenían sus propios secretos y ritos ocultos, y usaban accesorios arábicos que bien podrían derivar de Hassan i Sabbah o de los Roshinaya afganos. ¿Quién puede decir qué complots secretos se habrán incubado en las convenciones Relicarias?



No, ése era su busca polos intuitivo del lóbulo derecho trabajando nuevamente; ahora Saúl estaba ocupado con el intelectual lento del lóbulo izquierdo.



La clave del misterio estaba en obtener una definición más clara de los propósitos de los Illuminati. Identificando el cambio que ellos estaban intentando realizar - en el hombre y en la sociedad - sería capaz de suponer, por lo menos aproximadamente, quienes eran.



De acuerdo a los Birchers, su objetivo era el dominio inglés del mundo y eran becarios Rhodes. Esa idea obviamente encajaba con la de Saúl sobre una conspiración mundial de los Relicarios ¿Entonces qué? Los illuminati italianos de Fra Dolcino querían redistribuir la riqueza. Pero los Banqueros Internacionales mencionados en la carta de Playboy probablemente desearan preservar sus riquezas. Weishaupt era un “librepensador”, de acuerdo a la Britannica, lo mismo que Washington y Jefferson, pero Sabbah y Joachim de Florencia eran evidentemente místicos herejes de las tradiciones islámica y católica respectivamente.



Saúl sostuvo el noveno informe, decidido a recolectar más hechos (o presuntos hechos) antes de seguir conjeturando - y entonces se dio cuenta de algo.



Cualquiera fuesen los objetivos de los Illuminati, no habían sido alcanzados. Prueba: si fuera así, no seguirían conspirando en secreto.



Ya que casi todo ha sido intentado en el curso de la historia humana, encontremos algo que no haya sido probado (por lo menos en gran escala) y ése será el estado al que los Illuminati tratan de llevar al resto de la humanidad.



Se probó el capitalismo. Se probó el comunismo. Incluso se probó el Impuesto Único de Henry George en Australia. Se probaron el fascismo, el feudalismo y el misticismo. Nunca se intentó el anarquismo.



El anarquismo era frecuentemente asociado a asesinatos. Y atraía a los librepensadores como Kropotkin y Bakunin, pero también a idealistas religiosos como Tolstoi, y Dorothy Day, del Movimiento de Trabajadores Católicos. La mayoría de los anarquistas, como Joachim, deseaban redistribuir la riqueza, pero una vez Rebecca le había contado sobre un clásico de la literatura anarquista, El Único y sus Propiedades de Max Stirner, conocido como “La Biblia del Multimillonario” por el énfasis que hacía en las ventajas que tendría el individualista ambicioso en una sociedad sin Estado, y Cecil Rhodes fue aventurero antes de ser banquero. Los Illuminati eran anarquistas.



Todo encajaba: Las piezas del rompecabezas se acoplaron suavemente.



Saúl estaba convencido. También estaba equivocado.



“Bien, saquemos nuestras tropas de Fernando Poo” dijo el Presidente del Partido Comunista Chino, el 1 de Abril. “No vale la pena hacer una guerra mundial por un lugar de ese tamaño”



“Pero no tenemos tropas allí” dijo un asistente “los rusos las tienen”



“¿Eh…?” el Presidente citó un proverbio sobre la orina en el agua de rosas, “Me pregunto, ¿Qué carajo están haciendo los rusos en Fernando Poo?”



Estaba desecho, pero así y todo habló con autoridad. Era, efectivamente, la mejor caracterización del macho dominante del mundo en su tiempo. Tenía 55 años, era duro, inteligente, era libre de las ambigüedades éticas que confundían a los intelectuales y hacía mucho tiempo había determinado que el mundo es un lugar de mierda en el cual sólo los más astutos y atrevidos pueden sobrevivir. También era lo más amable posible, para una persona con esa filosofía ultra-Darwiniana; amaba a los niños y a los perros genuinamente, a menos que se encontraran en un sitio a bombardear en nombre del Interés Nacional. Todavía tenía un poco de sentido del humor, a pesar de la carga de su oficio casi todopoderoso; era impotente con su esposa desde hacía diez años a la fecha, y generalmente conseguía el orgasmo en la boca de alguna prostituta habilidosa en un minuto y medio. Tomaba anfetaminas para mantener el ritmo de su jornada agotadora de veinte horas diarias, con el resultado de que su visión del mundo estaba un tanto inclinada en dirección a la paranoia, entonces tomaba tranquilizantes para evitar la preocupación excesiva, con el resultado de que sus distracciones a veces bordearan la esquizofrenia; pero la mayor parte del tiempo su perspicacia innata le hacía aferrarse a la realidad. Resumiendo, era bastante parecido a los mandatarios de EEUU y Rusia.



(“Y no solamente es un pecado ante Dios,” gritó el Sr. Mocenigo “también contraes gérmenes”. Es a comienzos de la primavera de 1950, en Mulberry Street, y el joven Charles Monicego levanta unos ojos aterrorizados. “Mira, mira,” continúa furiosamente el Sr. Mocenigo “no le creas a tu padre. Mira lo que dice el diccionario. Mira, mira la página. Aquí, mira ‘Masturbación: auto-polución’ ¿Sabes qué significa auto-polución? ¿Sabes lo que duran esos gérmenes?” Otra primavera, la de 1955, Charles Mocenigo, un genio introvertido, pálido y flaco, se anota para su primer semestre en el MIT, y al llegar al recuadro de la planilla donde dice “Religión”, escribió con esmeradas mayúsculas: ATEO. Había leído a Kinsey, a Hirschfeld y casi todos los tratados sexológicos biológicamente orientados de su tiempo - ignorando sistemáticamente a los sicoanalíticos o poco científicos - y el único remanente visible de su terror adolescente, es el hábito de lavarse las manos frecuentemente cuando se encuentra bajo presión, con lo que ganó el sobrenombre de “Jaboncito”)



El general Talbot miró con compasión a Mocenigo y apuntó su pistola a la cabeza del científico.



El 6 de Agosto de 1902 el mundo produjo su usual cultivo de nuevos seres humanos, todos programados para actuar mas o menos igual, todos conteniendo variaciones mínimas del mismo esquema de ADN básico; de éstos, aproximadamente 51.000 eran mujeres y 50.000 eran hombres; dos de ésos hombres, nacidos en el mismo segundo, interpretarán un gran rol en nuestra historia. El primero, nacido en una burda caballeriza de alquiler del Bronx - New York -, se llamaba Arthur Flegenheimer y, hacia el otro extremo de su vida, habló muy tiernamente de su madre (así como de los osos, veredas y conservas canadienses); el segundo, nacido en uno de los más refinados hogares de Beacon Hill - Boston -, se llamaba Robert Putney Drake y, hacia el otro extremo de su vida, pensó antipáticamente en su madre… pero cuando los senderos del Sr. Flegenheimer y del Sr. Drake se cruzaron en 1935, se formó uno de los vínculos que condujeron al Incidente de Fernando Poo.



Y, más o menos en el presente, 00005 fue convocado a reunirse con W en los cuarteles de cierta rama de la Inteligencia Británica. Era 17 de Marzo pero, siendo ingleses, ninguno de los dos pensó en el bendito San Patricio; en cambio, hablaron de Fernando Poo.



“Los Yanquis,” dijo W ásperamente, “han recabado información de que los rusos o los chinos, o ambos, están detrás de ese cerdo de Tequila y Mota. Por supuesto, y aunque fuera cierto, eso le importa un carajo al gobierno de Su Majestad; ¿Qué nos importa si una islita de ese tamaño se vuelve Roja? Pero ya conoces a los Yanquis, 00005; ya están dispuestos a atacar auque todavía no lo hayan anunciado”.



“¿Mi misión” preguntó 00005, tornando las líneas crueles de su boca en la sonrisa más atractiva “es llegar a Fernando Poo, descubrir la verdadera política de este tipo Tequila y Mota, y, si es Rojo, desbancarlo antes de que los Yanquis vuelen el mundo en pedazos?”



“Ése es el trabajo. No podemos tener una maldita guerra nuclear justo cuando el balance de los pagos se está enderezando y el Mercado Común finalmente está comenzando a funcionar. Así que ve directamente allí. Naturalmente, si eres capturado, el gobierno de Su Majestad se desentenderá de cualquiera de tus acciones”.



“Siempre parece ser así” dijo irónicamente 00005 “desearía que alguna vez me dieras una misión en la que el maldito Gobierno de Su Majestad pueda apoyarme en una situación difícil”



Por supuesto, 00005 estaba siendo meramente sarcástico; como un sujeto leal, él hubiera seguido las órdenes bajo cualquier circunstancia, incluso si éstas requerían su muerte y la de cada alma de Fernando Poo. Se levantó con su estilo característicamente elegante y fue hasta su oficina, donde comenzó los preparativos para la misión Fernando Poo. Su primer paso fue buscar en su agenda personal de viajero mundial algún bar en Santa Isabel que sirviera lo más cercano a un Martini aceptable, y algún restaurante que preparara una Langosta Neuburg decente. Para su horror, no había tal bar ni tal restaurante. Santa Isabel carecía de esos refinamientos sociales.



“Esto va a ser un tanto espeso” murmuró 00005.



Pero se alegró al instante cuando supo que Fernando Poo estaría poblado por hordas de mujeres de piel morena o color café, ya que ése tipo de féminas eran el Santo Grial para él. Además había establecido su propia teoría sobre Fernando Poo: estaba convencido de que los BUGGERS[7], - Blowhard’s Unreformed Gangsters, Goons, and Espionage Renegades - (los Gangsters, Insurrectos, Matones y Renegados del Espionaje de Blowhard) una conspiración internacional de criminales y agentes dobles liderados por el infame y misterioso Eric “el Rojo” Blowhard, estaban detrás de todo esto. 00005 nunca había oído hablar de los Illuminati.



A pesar de su cabello oscuro peinado hacia atrás, de sus ojos penetrantes, de su rostro cruel y atractivo, de la condición atlética de su cuerpo y de su capacidad para penetrar a cualquier número de mujeres y de defenestrar a cualquier número de hombres en el transcurso de una tarea, 00005 no era el ideal de agente de Inteligencia. Creció leyendo las novelas de Ian Fleming y un día, a los veintiún años, se miró en el espejo, decidió que era todo lo que un héroe de Ian Fleming debía ser, y se puso en campaña para entrar en el juego del espionaje. Luego de catorce años de excavaciones burocráticas finalmente llegó a uno de los servicios de inteligencia, pero era más del tipo de organización escuálida e inepta en la que Harry Palmer había desperdiciado sus días, que un salón de Bondage. De cualquier manera, 00005 hizo todo lo posible para renovar y darle glamour al lugar, y, tal vez porque Dios cuida a los tontos, siempre se las arregló para no morir en ninguna de las misiones cada vez más bizarras que le asignaban. Al principio le concedían misiones raras que nadie tomaba en serio, - estaban basadas en rumores locos que igualmente debían ser comprobados, por si acaso fueran ciertos - pero luego se dieron cuenta de que la esquizofrenia peculiar de 00005 encajaba bien con ciertos problemas reales, así como el tipo de esquizofrénico más retraído es ideal como agente “latente” porque puede olvidar fácilmente lo que convencionalmente es considerado como su propio yo. Por supuesto, nadie tomaba seriamente a los BUGGERS, y a sus espaldas, la obsesión de 00005 con esta organización era blanco del humor interdepartamental.



“A pesar de que fue hermoso,” dijo Mary Lou “también me dio miedo”.



“¿Por qué?” preguntó Simon.



“Todas esas alucinaciones. Pensé que podría estar volviéndome loca”.



Simon encendió otro porro y se lo pasó. “¿Qué te hace pensar que sólo eran alucinaciones?” preguntó.



ROCK ROCK ROCK TILL BROAD DAYLIGHT



“Si eso era real” dijo Mary Lou firmemente, “todo lo demás en mi vida ha sido una alucinación”.



Simon sonrió. “Ahora,” dijo calmado “estás comprendiendo el punto”.







1 Es un juego de palabras en inglés utilizando la expresión ‘fuck’ (joder, coger, o también arruinar, estropear), por lo tanto las siglas FUCKUP podrían traducirse como ‘JODERLA’ o ‘CAGARLA’ o ‘MARAÑA’ (nota del traductor).
[2] “Wop” en el original, término slang (jerga popular) en inglés. Forma despectiva de llamar a los italianos. Más adelante se utiliza el término “kike” (que traduje como moishe) referido a los judíos.
[3] En el original: BASS: Breathe, Aim, Slack, and Squeeze.
[4] En español en el original (Nota del Trad.)
[5] “Fanfuckingtastic” en el original (n. del trad.)
[6] Confusión de la palabra “Neandertales”. Meander Thralls en el original (n. del trad.)
[7] Otro juego de palabras en inglés. La sigla forma la palabra Buggers que puede traducirse como sodomitas, o en lenguaje vulgar, bufarras. Blowhard, el nombre de su líder, también es una broma y podría traducirse como “pedante”, o  “fanfarrón”.

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